La aventura de ser mamá: ¡Feliz cumpleaños Elisa!

Tuxtla.- El día finalmente llegó: el pasado jueves, Elisa cumplió un año... un año de cambios, de risas, de mordidas, de berrinches, de adaptarnos, de crecer, de consultas con el pediatra, de vacunas, de papillas, de galletas de arroz, de moños y chonguitos, y de felicidad.

Todos te dicen que el tiempo pasa muy rápido, que los niños crecen volando, y de repente te descubres despertando a lado de una bebé que ya no tiene cara de bebé, sino de niña, de una bebé que ya no entra en su cuna, que cada día hace nuevos gestos y palabras, y que apenas ayer cabía en mi antebrazo y bostezaba cada tres horas.

Fue un día lleno de felicidad y de nostalgia, tenemos una niña que da sus primeros pasos, que ya hasta dice “TikTok”, que cada vez quiere ser más independiente y agarrar su propia cuchara para comer, extrañamos mucho a la Elisa bebé chiquita, pero disfrutamos con admiración cada paso en su desarrollo, su crecimiento día tras día.

Aunque también haciendo un paréntesis, fue un día de emociones encontradas... justo un día antes, Elisa se enfermó por primera vez. Estuvo cuatro días con fiebre, apachurrada y triste, nada que ver con mi niña alegre y gritona, y eso nos partió el corazón.

El pediatra dijo que era un cuadro viral, solo tuvo fiebre y un poco de diarrea, pero nos preocupamos como nunca cuando la fiebre no bajaba, cuando ella no quería ni comer, y más aún en el preámbulo de su primer año, ya teníamos el pastel y la piñata listos, y ella enfermita.

Neta que lo peor que le puede pasar a uno es ver a sus hijos enfermo... es un sentimiento de tristeza, impotencia, coraje... no saber qué le duele, cómo hacerla sentir mejor, y encima ver la preocupación y nerviosismo de toda la familia, todo eso empeora la situación para una como mamá, la hace sentir más nerviosa, más preocupada.

Por el otro lado, es de agradecer el hecho de que haya sido una simple fiebre, que no se agravó y que ya está saliendo de esto, yo sé que fue la primera y no será la última vez que esto nos pase, pero sucedió justo a un año de verla sana y feliz.

Ya que estamos en este tema, la visita al pediatra se tuvo que adelantar unos días y nos dijo que Elisa mide 72 centímetros y pesa 8 kilos con 100 gramos, sí subió de peso pero continúa un poco baja, por lo que le mandaron vitaminas y esperamos que no sea necesario un suplemento, para que se siga desarrollando bien y podamos seguir con la lactancia.

Ser mamá no ha sido miel sobre hojuelas todo el tiempo, pero sí la mayoría: tiene sus ratos difíciles, como cuando pasa algún salto mental y no quiere comer, llora y se despierta más, como estos momentos de enfermedad, como cuando hay diferencias con su papá o algún otro miembro de la familia acerca de su crianza, pero todo vale la pena cuando le vemos el lado bueno.

Todo vale la pena cuando la escucho decir una nueva palabra, hacer un nuevo gesto como aplaudir o tratar de tronar los dedos, cuando veo su carita cambiar todos los días y ponerse más hermosa, cuando le pongo ropa nueva que antes no le quedaba, cuando la abrazo todas las noches mientras duerme y me transmite su paz, su tranquilidad de niña feliz.

Cuando la veo así, sé que algo estoy haciendo bien, que no soy ni de cerca la mejor mamá del mundo, que me equivoco y tengo mucho que aprender, pero que estoy haciendo lo mejor para mi hija según me dicta mi instinto y mi experiencia, que la labor de ser mamá es la más bonita del mundo y también la más difícil, pero que no la cambiaría por nada del mundo.

Nota para Elisa: feliz primer cumpleaños, mi amor; eres una niña muy inteligente, inquieta, exploradora, tierna y amorosa, siempre sonriente con quienes te rodean, que nos has alegrado la vida desde el primer instante que abriste los ojos, que nos hace sentir felices, plenos y motivados a ser mejores personas para que crezcas rodeada de amor y buenos ejemplos. Gracias por escogernos como tu familia, gracias por cada segundo a tu lado, no somos perfectos pero intentamos ser los mejores papás para ti.