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  • ALEJANDRA OROZCO

La aventura de ser mamá: Las desventajas de la guardería

Tuxtla.- Desde que Renata entró a la guardería, no ha habido una sola semana que vaya los cinco días por distintas razones, la principal es que se contagió de gripa y tuvo que faltar casi una semana, el día que la llevé por fin, me la regresaron porque seguía con mucho moco y tos, al otro día ya era viernes, así que me esperé unos días y la llevé hasta el martes.


Luego, se me atravesó un viaje para hacer una nota fuera de Tuxtla, y no sabía si regresaría a tiempo para ir por ella así que tampoco fue, y es que ella no fue la única enferma en la familia… Elisa, Rodrigo, mi suegra, hasta mi mamá, todos cayeron e incluso, mi mamá y Rodrigo se hicieron la prueba COVID y salió negativa, aunque no descartamos que haya sido un falso negativo, porque ya tardaron mucho para tener una simple gripa.

De nueva cuenta, Renata está enferma… ya la había librado, no sé si recayó por la enfermedad que la rodea, si se resfrió por meterse a la alberca o se volvió a contagiar en la guardería, ya me habían advertido que una vez que entran, se te enferman una semana sí y una semana no, así funciona el sistema inmune hasta que se adapta y adquiere las defensas que necesita, así que mi chiquita anda malita otra vez.

Me parte el corazón y no dejo de sentir culpa: ¿se habrá enfermado porque la metí a la alberca? ¿La habrá contagiado de nuevo su papá? ¿Le puse el ventilador muy directo? ¿Debí volver a llevarla con el pediatra? Lamentablemente la culpa es parte de la maternidad, siempre estás pensado que pudiste hacer más para evitarles un sufrimiento a tus hijas, o te acabas arrepintiendo de tomar ciertas decisiones.

Por si nadie se los ha dicho, a veces como mamás nos hace falta leer o escuchar: que lo estás haciendo increíble, tú eres la mejor mamá que tus hijos pueden tener, hay cosas que no están en tu control y no te queda más que fluir, seguir haciendo lo mejor para tus hijos y saber que no hay mamá perfecta, pero que eres suficiente.

Luego de esta pausa motivacional, les cuento que dejando de lado las noches enfermas, han dormido mucho mejor, ya solo se despiertan una vez o incluso hay noches que Elisa duerme de corrido, con esta última incluso ya solo hace un par de tomas de leche materna, es mínimo lo que le doy en la noche y se acaba durmiendo con caricias mías, o la mayor parte del tiempo le gusta que su papá le acaricie la espalda.

El pañal ya prácticamente lo dejó, tiene ya varios días sin incidentes, siempre avisa -a veces es falsa alarma, pero más vale- y el pañal entrenador que le ponemos de noche amanece seco, incluso hemos salido, tipo al súper o a casa de mi mamá y no ha tenido incidentes, y eso que la hemos llevado con calzón.

Ella también está próxima a entrar a la guardería… aún no hay lugar en la misma que Renata, pero si no entra ahí se irá a un Cendi, lo malo es que nos piden como requisito una serie de estudios de laboratorio y no queremos que le saquen sangre… pero no hay de otra, al parecer es necesario para poderla inscribir y a mi se me estruja el corazón al saber que la tienen que picar… se aceptan consejos para que sea menos doloroso y más llevadero.

Creo que es una buena decisión que Renata haya entrado ya a la guardería porque le servirá para estimulación sobre todo motriz, en lo social es la única bebé que siempre se ríe y casi nunca llora, y sabemos que Elisa ya necesita ir para socializar y empezar a aprender ciertas normas de convivencia antes de ya irse al kínder el próximo año, además se muere por hacer amiguitos y convivir con otros niños.

Sin embargo, todo tiene sus pros y sus contras, con Renata ahora estamos viendo lo del contagio a cada rato, y cuando Elisa entre los horarios se van a estrechar aún más, pues tenemos que salir antes de la casa para llevarlas a tiempo, además de tomar todas las prevenciones de arreglar las cosas y que todo esté en orden desde un día antes.

Sin embargo, al menos por el momento con Renata sí me siento más tranquila de que esté en manos profesionales, de saber que todo el día está entretenida y le están formando buenos hábitos, mientras yo puedo trabajar tranquila o aprovechar a hacer otras cosas pendientes que no puedo hacer en otro momento. La guardería es una gran ayuda, y aprendí que pedir ayuda no está mal, sino que es necesario para tener un día a día más tranquilo y no perder la cabeza.

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