La aventura de ser mamá: Llegaron las enfermedades estacionales
- ALEJANDRA OROZCO
- 9 nov
- 3 Min. de lectura
Esta semana ha sido bastante movida para mí, desde el puente vacacional de la semana pasada, Renata y Elisa empezaron enfermándose de la panza, y después, Reno evolucionó a tener tos y escurrimiento nasal… así es, antes de sacar el arbolito o las esferas, tocó sacar el Motrin y el Xuzal, pues con el cambio de clima se me enfermó de algo viral y tuvo que quedarse en casa casi toda la semana.

Afortunadamente, lo de Eli no evolucionó, el lunes sí quiso quedarse en casa con su hermana pero el martes la mandé, pues tenerlas a las dos en casa en día hábil me genera un conflicto para lidiar con los gritos, los pleitos, el trabajo en remoto y sus peticiones de comida cada media hora, así que si una no estaba enferma, no dudé en mandarla a la escuela.
Ya para el jueves, Reno estaba mejor, y visiblemente aburrida, por lo que se fue a la escuela, donde de hecho, nos avisaron que activaron un protocolo invernal, precaución que se toma cada que inicia esta temporada para que los papás tengamos más responsabilidad en no mandar a los niños a la escuela si tienen síntomas como fiebre, tos, escurrimiento nasal o malestar, y cuando regresen a la escuela, lleven su constancia médica para evitar contagios y protegerlos.
Así que estuve compartiendo home office con Renata, además de que el jueves me tocó ir a la escuela a hacer unas decoraciones con otros papás que usaremos para el evento del 20 de noviembre, ando como ese meme de que nada más pasó Día de muertos, y ya se nos viene la Revolución Mexicana, el festival navideño, y ya ni hablemos del cumple de Renata, que es en básicamente un mes y quiere que se lo celebremos en la escuela, así que puede imaginar mi grado de estrés y máxima psicosis por todo lo que se viene.
Esto, sin contar que justamente mi semana laboral estuvo súper movida, con muchos proyectos, grabaciones y notas por redactar, creo que toda la semana estuve terminando de trabajar entre 7 y 8 de la noche, pues entre chamba y chamba tenía que atender a Reno, ir por Eli, cocinar, ir por Rodrigo, lavar ropa y todo eso que, si no lo hacen las mamás, no lo hace nadie más, y ni siquiera pude descansar el fin de semana, porque también tuve trabajo y actividades familiares con las niñas.

Así que especialmente hoy me siento agotada, me urge darme un break, pero también estoy contenta porque he cumplido con todos mis roles y responsabilidades, desde mamá hasta vocal de grupo, pero por otro lado me siento culpable porque no le he dedicado tiempo de calidad a las niñas, más bien nos la hemos pasado del chongo, yo agotada y desesperada, y ellas desobedientes y queriendo llamar mi atención, espero poder compensarlo y que esta semana esté más tranquila, empezando porque el lunes no tienen clases y no sé qué nivel de caos haya en casa.
En fin, lo bueno es que Reno ya está bien, Elisa no se enfermó -al menos no hasta ahora- y no puedo creer lo rápido que se están pasando mis meses favoritos, ya llegamos casi a mitad de noviembre, es decir que solo falta mes y medio para que se nos acabe el año, un año que ha sido de muchos cambios, sacudidas emocionales pero también de nuevas oportunidades.
Pero aún no nos pongamos reflexivos, más bien cuiden a sus peques de los cambios bruscos de clima, denles mucha vitamina C, frutas y verduras, y al mínimo síntoma no los manden a la escuela, seamos papás responsables, está dando mucho COVID e influenza, con síntomas atenuados pero que no dejan de ser enfermedades súper contagiosas.









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