La Columna: Aplauso para los valientes

No cabe duda que, casos como el de Huescas con el Cruz Azul, se apagaron rápido porque, de alguna manera, le entregaron al jugador la hoja de ruta para comenzar a ser agentes de cambio. Todo el mundo habla de lo cómodo que resulta el futbol mexicano, de sus “bondades” económicas que consienten hasta al jugador más mediano, como una base para conformar un equipo lleno de extranjeros.
Ya si quieres, podemos analizar a Huescas desde varias perspectivas. Su nivel técnico es bueno y creo que, sin tener un conocimiento tan profundo de su trayectoria y mucho menos de los rendimientos que se miden tecnológicos, se debe tratar de un jugador que encierra lo que descifra como futbolista mexicano. Picante en ataque, desequilibrante y de una estatura quizá no destacada, pero que ya se demostró, no es un impedimento para cumplir con las funciones vitales de un volante.
No faltará el que hable de una sobrevaloración del jugador del Copenhague, pero si el Cruz Azul quería ganarse algo de dinero con él, hay dos lecturas o bien Huescas es un muy buen jugador, joven, o bien Cruz Azul quería verle la cara a los daneses y ponerle un precio inaccesible para “amarrar” al jugador y que tuviera que comenzar con el trayecto que enumera a un gran número de elementos que han “cedido” ante éste, que es un evidente vicio del futbol mexicano que termina “encantando” a los jóvenes mexicanos.
Debe ser ya una hoja de ruta para firmar contratos, porque al final del día, los equipos terminan ganando, poco si luchan y se sujetan a los derechos de formación, lo normal si no elevan el precio del jugador y son justos en su salida o sacrificar el mucho, con precios que pocos pagarían por un joven que debe salir a demostrar. Un préstamo con opción a compra y cláusula de porcentaje de venta futura, sería lo ideal.
Huescas podrá demostrar en una liga mediana de Europa, que su nivel puede darle para más, no ganará quizá lo que ganaría en México si quisiera, pero está aspirando a más en otros rubros, como mejorar su nivel futbolístico, con torneos importantes; en México, terminará siendo uno más de este gran grupo de “comodinos” que ve el futbol como un trabajo que quizá no les gusta, que no lo hacen como deben, pero les da para vivir bien.
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