La Columna: El basquetbol a la palestra
Podríamos aplicar este espacio para hablar de la NBA, de la polémica actual entre si Michael Jordan o LeBron James o si estos Warriors podrían vencer a los Bulls de los 90 y en eso, gastar un espacio tan preciado; sin embargo, con hablar un poco del basquetbol chiapaneco basta.
En Chiapas estamos superando ya los 15 años en los que se han encontrado las formas de llevar al deporte ráfaga, a un terreno de donde cada vez está más pantanosa la superficie como para buscar revertir los cada vez más años de retroceso. Va usted a ver, resulta pues que cada ao tenemos campeones nacionales y eso asunto; sin embargo, si les preguntamos a los entrenadores si tienen certeza de haber enfrentado a lo mejor del país, caeremos en la cuenta de que cada organismo tiene sus eventos y el nivel se ha repartido. Antes quedabas campeón nacional en un evento federado o en la Olimpiada Infantil y Juvenil, por categoría y rama; ahora, en este tiempo hay muchos eventos de nivel bajo donde es sencillo acceder a una final.
No es secreto que el nivel de enseñanza cada vez es menor, porque así les ha resultado conveniente, partiendo desde el enfoque de tener un club y buscar que todo se centre en eso; es decir, la responsabilidad de un proceso selectivo se perdió desde que no existen representativos municipales y no es que un club que juega en Tuxtla no pueda representar a Tuxtla, porque así se maneja ahora. Se trata pues que, si existen varios clubes con una buena cantidad de alumnos, se conforme un representativo municipal de entre todos esos jugadores, los mejores, pero ya no sucede así.
Luego entonces, en el camino se queda un buen procentaje de buenos jugadores y los equipos que deben representar a un municipio, terminan representando a un club del municipio; el nivel baja y los procesos son estropeados por un concepto de clubes que no hace más que entorpecer procesos de los que son responsables las autoridades municipales y una asociación; aquí en ese último punto es donde también se cayó en la comodidad de delegar responsabilidades, olvidando lo relevante que resulta la competencia y elección de los mejores.
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