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La Columna: Lo más anti blaugrana…

  • Annete Lewis
  • 15 jul
  • 2 Min. de lectura
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Entiendo que la lógica del balón de oro en los últimos años, dependa del humor con el que se despierten en Barcelona. No es complejo de ver.

Hace un año, todo el mundo coincidía en los parámetros que otorgan la distinción individual que tiene más sonoridad, pero que ya dejó de ser la más relevante por no tener establecidos los parámetros de su elección. La empatía o hasta el “fair play” terminan siendo factores determinantes, dependiendo del color de la playera de los aspirantes.

Rodri es un excelente jugador y aquel gol con el que el Manchester City consiguió su primera Champions League, le valieron para que un año más tarde, le dieran el Balón de oro, porque el año en el que se lo merecía, todavía Messi en París, alcanzó esa última distinción, después se tuvo que compensar y de paso, desajustar esos, de por sí, ya mal establecidos parámetros. Porque Vinicius Jr tuvo a su favor los números y tuvo títulos, pero tuvo algo que debe ser preponderante para ser un aspirante al balón de oro, ser determinante y el brasileño condujo al Real Madrid a la Champions, como lo hizo Rodri en su momento, pero no le valió por el Fair Play.

Para este 2025, tras el fallido intento del PSG por ganar el Mundial de Clubes, que hubiera dejado sin discusión al ganador de este año en el Balón de Oro, ahora, en Barcelona amanecieron con la imperiosa necesidad de que, para este 1015 requieren de salir a la palestra con un Balón de Oro y han fijado sus objetivos en Lamine Yamal, que si bien tiene un gran futuro por delante y su futbol parece crear demasiada ilusión, porque es distinto y destaca entre un grupo de jóvenes del club catalán, la realidad es que no es ni por lo menos el mejor de su equipo.

Quizá Yamal madure y pueda dominar su posición y después, conseguir títulos individuales que se puedan festejar en Las Ramblas, pero hoy, en lo que fue el ciclo futbolístico, quizá no fue lo determinante que su equipo requería para ganar lo que más ambicionan; es decir, no tiene argumentos, de los que se han usado en el pasado con este trofeo, para aspirar a este título.

El Balón de Oro lo entrega una revista francesa y por lo visto en años anteriores, Ousmane Dembelé lleva mano y si no es Dembelé, seguro será otro jugador del PSG; mientras, la disputa por reconocer los parámetros y demás cosas para tener a un digno Balón de Oro, seguirán supeditados en el clamor popular catalán, que ya necesita algo diferente que festejar.

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