La Columna: Nuestra realidad

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Que México salga del Top Ten en el ranking de FIFA no debe espantar a nadie, no está el tema que no se considere a nuestros compatriotas en ese selecto grupo, sino que las formas en las que opera dicho ranking donde, claro, lo primero que se analiza es contra quién juegas y con qué frecuencia, no hay que quejarse, el año pasado no pudimos ganarle a Estados Unidos y en eliminatoria ni se diga, nos la vimos complicada en muchos casos.

Pero siendo realistas, es evidente que en lo futbolístico no hay sitio para México en el top ten, y el primer tema es reconocer los últimos puestos que se han ocupado en los mundiales, nunca nos da para estar ahí y se supone que ahí asisten los mejores de cada zona geográfica del mundo y se puede ir consiguiendo mejorar, o no.

Pero en el realismo total, si considerarán el entorno, evidentemente no estaríamos ni en el top 25, o 30. En México pasan muchas cosas que contravienen las disposiciones de FIFA, pero afirman en el máximo organismo que, mientras no se quejen no hay necesidad de intervenir.

Podemos hablar también de cómo en México sucede mucho por fuera de la cancha, decisiones directivas que priorizan lo menos relevante a cuestas de lo que nos puede meter a ese top ten, donde realmente no hay sitio para nuestra selección en el mundo.

El camino al mundial siempre es sorteado, hasta en el más complicado de nuestro nivel, porque siempre sabemos remendar con un paliativo que nos alcanza, pero todos saben que el ciclo iniciará de nuevo y llegaremos al mismo punto, al Mundial vamos, pero que feo jugamos y como siempre, nos lamentamos porque la ilusión siempre se eleva con un buen resultado, aunque se sepa que no es obra del proyecto como tal, sino un sitio común para nuestro futbol cada cuatro años.

No es el Top Ten la referencia que se necesita nuestro futbol y eso lo sabe todo el mundo, pero siempre que no nos ponen arriba, solemos lamentarnos, aunque la realidad es que no hacemos mucho por volver pronto a ese sitio partiendo desde tener un futbol armonioso, transparente, normalmente es todo lo contrario.