La Columna: Un rumbo peligroso
No, no vamos a hablar de ningún deporte en específico. Tampoco vamos a desmenuzar la práctica de algún dirigente, es complejo encontrar a uno que lo haga bien, pero queremos enfocar este espacio, hoy, a otro tema específico, que nos atañe a quienes tienen la responsabilidad de informar y principalmente en el tema de deportes.
Ya hay mucha gente que habló sobre la posibilidad que abrieron las redes sociales para que cualquiera explore esta actividad, es más, hay otros más atrevidos, que afirman que se ha convertido en un negocio redituable “escribir notas” que no necesariamente están enfocadas a cumplir su misión. Los dirigentes están más preocupados porque nadie redacta con precisión la verdad, que prefieran tener de “aliados” a quienes han conseguido acumular seguidores y tienen esa posibilidad en redes.
Ya no hay quien puede elaborar una crítica básica, por ejemplo, dígame si leyó en algún sitio, tres días después, que Jaguares FC anunció con bombo y platillo la llegada de un portero de primer nivel, pero el sábado pasado, ante Racing, un yerro del portero, terminó propiciando la jugada que terminó en el penal y expulsión. ¿Jugada aislada?, no una tendencia porque no es la primera vez que pasa en ese equipo con esa posición; después, cuando en la última década se ha provocado tanta controversia con memo Ochoa porque no sabe salir, es un hecho que tu equipo debe trabajar esos fundamentos con tu portero.
En fin, goles que no existen, o que sí existen, pero se informan en otra versión; encargados de la difusión de un club, que se han vuelto comodinos y solamente informan cuando ganan, exageran cuando ganan bien, pero cuando pierden dejan que los días pasen, nadie les exige porque, en la actualidad, hasta sus “jefes” prefieren que no se publique nada. Es ahí donde entra la función del reportero, pero ya hasta descargar una app para tener referencia de los resultados, se ha convertido en una actividad de alto riesgo, que no reditúa a sus intereses.
Es por eso que muchos medios tradicionales sobreviven, porque en redes todo es accesible, el peor puede convertirse en el mejor y quien hace las cosas bien no encuentra espacio, si no tiene “aliados comerciales” que les abran espacio en esta nueva forma de informar.
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