La Columna: Y ahora qué sigue…
- Annete Lewis
- 21 ago
- 2 Min. de lectura

No puedo ni debo dar una mal bienvenida a los nuevos integrantes de la Mesa Directiva de la Asociación Chiapaneca de Taekwondo, no tengo mucha referencia de los movimientos, de la labor de quien está al frente desde el fin de semana, ni de lo que pretende; sin embargo, le puedo adelantar que, mantener en el grupo que va a dirigir el taekwondo Chiapaneco “federado” al buen William de León Molina, es ya un hándicap.
Hace algunos años, cuando ACHFA tuvo relevo, después de tantos años de Octavio Gómez al frente y de un sinfín de desencuentros, su sucesor no completaba planilla y para no quedarse sin posibilidades, integró al “mostro”, pero el rechazo fue total y propicio que se creara OEFA.
Y es que, analizado a detalle, no me queda más que decir que, Fernando Borraz tiene una buena oportunidad y el primer paso sería relevar de la cartera que le hayan entregado, a De León Molina, su sola presencia en su equipo de trabajo, ya le resta mucho de credibilidad, sin siquiera haber tenido que tomar una decisión ya.
Después, Borraz está ante la posibilidad histórica de cambiar el rumbo de verdad en esta disciplina que, durante los últimos 12 años, comenzó muy bien los primeros, pero después, como cuando a “Gollum” del Señor de los Anillos, el poder enfermó al ya ahora ex Presidente, lo perpetuó 8 años (cuando después de los primeros cuatro gritó a los cuatro vientos que se iba), y la historia ya la conocen todos.
Seguro que a Fernando Borraz le ha tocado escuchar de todo, lo bueno y lo malo y que el aprendizaje haya sido el navegar de la forma en la que, el principal beneficiado por sus decisiones, sean los atletas.
¿Por qué un buen grupo de “afiliados”, andaba solicitando ayuda para señalar las irregularidades en el proceso de elección?, esa es una muy buena pregunta que deja la primer gran tarea para el nuevo presidente. No vaya a ser que se haya prestado a un simulacro, que nominalmente sea Presidente, pero el que siga manejando los hilos del Taekwondo, en un espectáculo que perdió cualquier atractivo al convertirse en el objetivo de sus intereses.
Ha muerto el Rey (aunque lo tienen escondido en terapia intensiva), viva el rey. El taekwondo “federado” tiene nueva dirigencia y es momento de que tomen decisiones que solucionen una problemática que reconocen todos, pero que nadie hacía nada por combatirlas.






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