La galería: Cerrando el año entre expos, fiestas, ferias y mucho arte

Hoy celebramos no solo esta temporada, sino también a todas las voces que pasaron por nuestras entrevistas: artistas, creadores, amigos y cómplices que nos regalaron historias, risas, inspiración y momentos que se quedan para siempre. Para muestra de ello concluimos este 2025 con este programa especial de fin de año.

Cerrar un año siempre implica detenerse a mirar atrás, pero también afinar la mirada hacia lo que viene. En este programa especial de fin de año, la conversación con Noé Amor, Jorge Zamorano y Alberto Vera, artistas visuales activos dentro de la escena chiapaneca, se convirtió en un ejercicio colectivo de memoria, proyección, buenos deseos, propositos  y, sobre todo, de resistencia creativa.

El 2025 aparece para ellos como un año de contrastes. Hubo avances, aprendizajes, exposiciones, procesos largos que por fin vieron la luz, pero también tropiezos, pausas obligadas y la constante incertidumbre que acompaña al quehacer artístico en el estado. Coinciden en algo fundamental: crear en Chiapas sigue siendo un acto de convicción. No se trata solo de producir obra, sino de sostenerla, moverla, defenderla y, muchas veces, explicarla.

Cada uno compartió cómo este año impactó directamente en su práctica. Desde proyectos personales que se consolidaron, búsquedas conceptuales que se profundizaron, hasta momentos de replanteamiento que obligaron a repensar el rumbo.

Al hablar del 2025, las ideas se llenaron de entusiasmo. Nuevas series, exploraciones técnicas, colaboraciones y la intención clara de seguir construyendo discursos honestos desde la experiencia personal y el contexto social. Pero también se mencionó el 2026 como un horizonte más amplio, donde los proyectos no solo buscan exhibirse, sino dialogar con otros territorios, públicos y plataformas, sin perder el arraigo local.

En medio de esta charla, surgió algo que pocas veces se dice en voz alta: el deseo de estabilidad. No solo económica, sino emocional y creativa. Deseos de Navidad y Año Nuevo que no se limitan a lo personal, sino que se extienden al deseo colectivo de un ecosistema artístico más justo, más visible y más valorado.

Consumir arte local es también un acto político y cultural. Significa apostar por la identidad, por la memoria y por las voces que narran el presente desde el territorio. Chiapas no carece de artistas; carece, muchas veces, de estructuras sólidas que acompañen y sostengan esas prácticas a largo plazo.

Cerrar este programa de fin de año fue, más que una despedida, un recordatorio: el arte sigue aquí, incluso en la precariedad. Sigue latiendo en talleres, estudios, casas adaptadas, espacios autogestivos y conversaciones como esta. El deseo compartido es simple pero profundo: que el próximo año venga con más diálogo, más respeto y más compromiso real con el arte chiapaneco.

Que estas fiestas estén llenas de luz, arte, compañía y nuevos comienzos.

¡Nos vemos el próximo año con más charlas, más proyectos y más magia!

¡Felices fiestas!

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