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  • ALEJANDRA OROZCO

La mini ficción de Karla Barajas

Tuxtla.- Karla Barajas es una joven escritora originaria de Tuxtla Gutiérrez, nació en 1982 y gracias a todas las ideas e historias que trae en la cabeza, se ha posicionado como una de las mini ficcionistas más importantes del país, y una de las pocas de renombre en la entidad.



Ella estudió Ciencias de la Comunicación en la Unach, donde les dejaban leer cosas fuera de lo convencional, como El Periquillo Sarniento, por lo que de pronto le surge el gusto por escribir; “se tocan fibras y cuando un libro te gusta, sientes que no eres la única persona a la que le pasan cosas, ese acompañamiento es bueno, es como un abrazo”, describió.



Con el paso del tiempo, se dio cuenta que muy común que en las casas tengan su biblioteca para niños, que se corta como a los 10 años, aunque se ha dado cuenta de que sí hay esa búsqueda en las comunidades de lo que leen, de que cuando llegas a una prepa sí te compran libros, aunque te cuestionan el precio, pero sí hay ese gusto, aunque a veces no sepas cómo llegar a esos lugares.


“Es complicado, anteriormente todo estaba en el centro del país, en los diplomados o talleres que tomaba me decían que si me quedaba aquí nunca iba a dar a conocer mi trabajo, ir a ferias no es tan sencillo, por ejemplo me tocó ir a la de Guadalajara y era como una dulcería para mí, ese contacto tan cercano no es para nosotros, incluso cuando yo nací no había tantas librerías ni libros contemporáneos, ahora hay más apertura”, reconoció.


Su acercamiento con las letras se fue dando, además, porque tiene amigos que desde niños leen y han sabido recomendarle libros en cada etapa de su vida, cuando empezó a escribir les decían que aquí no había dónde publicar mini ficción, por lo que empezó a mandar sus cuentos a convocatorias que no eran de Chiapas, y le daba mucho gusto saber que la publicaban y ver esos cuentos plasmados.


“En 2013 participé de la convocatoria Cuéntame un Blues, de La Tinta del Silencio, esa fue mi primera publicación en una antología, y en 2017 me tocó el número 7, que es mi favorito, de la colección Minotauro, que fue Neurosis de los Bichos; eso cambió mi vida y cuando me invitaron fue una gran emoción, fue hermoso”, comenta.


Su trabajo conlleva una gran labor, pues está consciente de que tienes que ser tu propia publicista, buscar gente, leerles tus obras, venderlas, y no esperaba que le compraran, pero después le empezaban a llegar regalos, como un nucú tejido, unas velas, regalitos referentes a la lectura, hasta sus amigos la compartían, aunque también hubo veces que no llegaba mucha gente.


En 2018, su amigo y editor Fabián Rivera llega a una presentación y se motiva de que sí se vende, Karla piensa que es una cadena muy bonita que va creciendo cuando pasan cosas buenas, en su siguiente publicación tuvo el prólogo por un amigo argentino y el arte lo hizo un artista guatemalteco, después le tocó ir a una feria del libro en el zócalo y conoció a mucha gente, por lo que ha sido una gran experiencia.


Inspirada en sus escritores favoritos, entre los que se encuentran Julio Cortázar, Mary Shelley con Frankenstein, Dina Grijalva, Mariana Enríquez o Pía Barros, por alguna razón quería hacer lo propio, escribir cuentos breves con elementos de mitología, para niños o adolescentes, sin saber que desde entonces estaba tomando ciertas características del microrrelato.


“Ya después aprendí a ser intertextual, metatextual, después de tomar talleres descubrí que estaba haciendo mini ficciones, en La Jornada venía un suplemento que se llamaba La Gran Mini Ficción, ahí encontré muchos elementos, y supe que lo que yo hago existe, no tenía gran contacto con el internet pero encontré la Antología Virtual de Mini Ficción con escritores de todo el país, y fueron llegando librerías y libros de este género”, relata.


Aunque sabe que no representa a todas las mujeres, hay personas con mayor y menor apoyo para hacer lo que les gusta, en su caso le gusta acercarse a los talleres, estudiar diplomados, hacer presentaciones, teniendo que resistir aunque a veces le hagan sentir que no es su lugar, pues todos tenemos derecho a la educación, si bien es complicado, si tienes una red de apoyo en tu casa y familia es más fácil.


“A veces recurro a mi mamá o hermana para poder ir a mis eventos, a veces tenía que cansar a mi niña para que se durmiera y llevarla al centro cultural, una vez se levantó y lloró, me pidieron que la callara y entonces piensas qué hago, lo dejo tirado todo, renuncio, a veces tenía esa energía de lucha pero es complicado, pienso que lo que se podría hacer a nivel institucional es poner un espacio para niños y alguien que apoye a cuidarlos, así incrementaría la participación de las mamás y el público se involucraría, en cambio si desde la infancia lo estás alejando, de qué te quejas”, opinó.


Karla tiene una niña con hipoacusia severa profunda, es decir, no escucha de un lado y a veces no la puede llevar a eventos con mucho ruido; la otra padece trastorno pragmático social, por lo que se le dificulta estar con mucha gente, cuando ha tenido que llevarlas con ella es difícil, porque la gente cree que es malcriada y no la educa, y es distinto cómo ven a un hombre que a una mujer con sus hijos, teniendo que escribir y leer en los horarios que pueda.


Para comenzar a leer sus cuentos, recomendó iniciar por Split, Cuentos desde la Ceiba o La Luna es una Mariposa, después otros, para su obra, ya que considera que cuando trabajas mucho por algo y lo ves terminado te sientes aliviada, mientras que cuando no, no puede ni dormir bien.



“Neurociencias de los Bichos es un libro objeto maravilloso y fue el primero que publiqué, hice una metáfora de cómo conviven los insectos, hasta cierto punto yo creo que somos así, luminosos como luciérnaga, volamos como la chicatana, a veces somos venenosos como los alacranes, fue un logro y me abrió muchas puertas, a partir de ahí ha traído el brillo a que se me abran más oportunidades a pesar de que hay mucho ninguneo mientras no se te nombre”, consideró.


En ese sentido, se ha llevado gratas sorpresas, como encontrarse mencionada en una investigación de la doctora Liliana Pedraza: Historia Secreta del Cuento Mexicano, que es una antología seria publicada por la UANL; o ser incluida por Javier Perucho en Tinta Negra, lo cual es bueno para ella y para el estado, pues antes no se conocía a mini ficcionistas locales: son logros que ahí están, a nivel nacional e internacional.


“Los libros encierran un gran trabajo: el del escritor, el grabado, luego tienes que enfrentarte a los círculos y ver cómo leen tu obra, cómo la disfrutan, por ejemplo una lectora que se llama Marthita me dijo que uno de mis cuentos me hizo llorar, alguien escribe lo que siente y alguien lo resiente”, explicó.


Ahora está por publicarse una Antología de Mujeres Mini Ficcionistas Mexicanas, sale el 13 de noviembre y la portada la hizo Señorita Cafetera, son 72 autoras de diversas partes de México que están en esa búsqueda y serán publicadas.


Para contactarla y conocer su obra, la puedes encontrar como Karla Gabriela Barajas Ramos en Facebook e Instagram, así como en Twitter es @cronopiakarlita; uno de sus cuentos, Donde Habitan las Muñecas, lo puedes descargar de forma gratuita en Cuarzo Ediciones Digitales; “en cinco años espero estar viva, sana, seguir escribiendo y tranquila ,que es mi meta de vida”, finalizó.

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