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  • VANESSA TRACONIS QUEVEDO

La prevención del suicidio una tarea de todos



No es casualidad que el 2020 marcase un máximo histórico en el registro de suicidios, la pandemia no solo afecto la salud física de las personas, si no también marcó el precedente histórico del impacto de la salud mental, –a partir de la declaración de la pandemia por COVID-19, un creciente número de personas experimentaron ansiedad, depresión, sufrimiento y estrés–, tan marcado fue, que a unos meses de haberse promulgado la emergencia sanitaria la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió que la pandemia por COVID-19 estaba exacerbando los factores de riesgo de suicidio por lo que instó a hablar del tema en forma abierta y responsable –quitando estigmas, mitos y tabúes–, y motivó a permanecer conectados aún durante el distanciamiento físico, aprendiendo a identificar los signos de advertencia para prevenirlo.

El suicidio se ha posicionado como un grave problema de salud pública y mental con consecuencias sociales, emocionales y económicas de gran alcance –cuya tendencia al alza, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), podría modificarse, si se establecen estrategias y programas integrales de prevención, como parte del enfoque de salud pública–; se calcula actualmente que más de 800 mil seres humanos se quitaron la vida a nivel global, después de múltiples intentos de suicidio fallidos previos, ocasionando una muerte cada 40 segundos por esta causa –en relación con el 2019, que alrededor de 97,339 personas fallecieron por suicidio– si bien es cierto que la cifra de suicidios es impactante, los intentos de suicidio son 20 veces más –quedándose corta la cifra frente al número de intentos fallidos de suicidio–, y sabemos que cada uno de ellos afecta profundamente, como un efecto dominó a muchas más personas, sus entornos familiares y sociales, por lo cual se requiere esfuerzos de detección y prevención, en especial en población adolescente y adulto joven.

En el marco de la conmemoración del día mundial para la Prevención del Suicidio, este 10 de septiembre de 2023, se sigue manejando como lema trienal 2021-2023 “Crear esperanza a través de la acción”, sirviéndose como una poderosa llamada a la acción y como recordatorio de que hay una alternativa al suicidio y de que a través de nuestras acciones podemos alentar la esperanza y fortalecer la prevención; y aunque sin lugar a dudas es una fecha de gran relevancia, no deberíamos verla como una efeméride pasajera, sino como la plataforma de lanzamiento que nos impulse a prestar atención y ayuda a quienes padecen algún tipo de desorden emocional, mental o físico, y que incapaces de gestionar correctamente sus sentimientos y emociones, así como de obtener oportunamente la asistencia profesional necesaria para fortalecer su resiliencia y recuperar su capacidad para disfrutar nuevamente de la vida, entonces corren el riesgo de terminar con ella.

A pesar de que el suicidio se ha convertido progresivamente en un misil de alto impacto para la salud mundial, su prevención es un tema que no se aborda ni con la seriedad necesaria ni de la forma adecuada, entre las razones aparentes para ello están la falta de sensibilización y concientización sobre la importancia del problema y el tabú que lo rodea, evitando un diálogo abierto y profundo sobre ello; como individuos y sociedad, no debemos permitir que un enemigo mortal como el suicidio siga creciendo.

Creando esperanza a través de la acción es un recordatorio para todos, de que existe una alternativa al suicidio, no solo para aquellos que piensan terminar con sus vidas, si no que pretende inspirar confianza y luz en todos nosotros; que nuestras acciones, sin importar cuán grandes o pequeñas sean, puedan brindar esperanza a quienes están luchando, cada uno de nosotros es un actor clave en su prevención, y a través de nuestras acciones podemos marcar la diferencia para alguien en sus momentos más oscuros; tenlo presente, esto lo puedes hacer como miembro de la sociedad, como niño, como padre, como amigo, como colega o como vecino, todos podemos desempeñar un papel en el apoyo a quienes experimentan una crisis suicida o a quienes están afligidos por el suicidio, solo tenemos que abrir los ojos y prestar atención, estar atentos y escuchar esos gritos silenciosos de ayuda. Centrarse en la prevención del suicidio es especialmente importante para crear vínculos sociales, promover la toma de conciencia y ofrecer esperanza, acercarse a los seres queridos por su salud mental y su bienestar podría salvarles la vida.

La invitación hoy es a reflexionar sobre una realidad dolorosa e inaceptable, desde una visión multidisciplinaria, por todo lo anterior, nos queda claro, que es momento de trabajar en equipo, de manera coordinada con todos los sectores por el bienestar social a favor de los grupos más vulnerables disminuyendo la brechas de desigualdad, marginación y exclusión social, problemáticas sociales que están generando consecuencias en cadena a la salud pública y a la economía del país; teniendo claro que las acciones necesarias van más allá de una conmemoración, la vinculación entre políticas públicas y programas entre salud, educación y desarrollo social son fundamentales, toda vez que el mayor número de iniciativas están vinculadas a la prevención e impulsadas y contenidas en el sector salud público, hoy es tiempo que el sector privado tome también control.

Cierro este mensaje, recordándoles que nuestras acciones para ayudar a quienes corren riesgo de suicidarse, sin importar cuán grandes o pequeñas sean, pueden brindar esperanza a quienes están luchando por seguir adelante.

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