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ALEJANDRA OROZCO

Las figurillas de Bonampak, una ventana al pasado

Tuxtla.- El sitio arqueológico de Bonampak es mundialmente famoso, ya que el único sitio arqueológico del mundo maya que tiene murales con tan alto grado de conservación; restos del mismo estilo pictórico se conservan en un edificio de Yaxchilán y otros dos en las pequeñas ciudades dependientes de La Pasadita y El Tecolote, ambas en Guatemala, lo cual indica que esta tradición se exportó a Bonampak desde Yaxchilán, aunque los murales no son el único rasgo que tienen en común.


La arqueóloga e historiadora Julia Leticia Moscoso Rincón, quien por años ha trabajado en el proyecto arqueológico, acaba de iniciar un estudio sobre las figurillas de cerámica que se han encontrado en este sitio desde el comienzo del proyecto, la mayor parte de ellas datan del periodo Clásico Tardío, son 346 figurillas hasta ahora, consideradas un vehículo para transmitir ideas religiosas, políticas y la cosmovisión de este pueblo.

“Estas representan animales, personajes importantes, ancestros, actividades rituales, para hacer rituales domésticos, religiosos, los clasificamos por sus formas, si son fragmentos, los contextos para hacer un análisis comparativo, así hemos identificado silbatos, instrumentos de viento, que están retratando a personajes de la élite gobernante, los nahuales, que hacen referencia a representaciones de personajes con características antropomorfas y zoomorfas, seres divinos en la cosmovisión maya, así como divinidades del panteón maya”, señaló.

Además, identificaron la parte del ritual comunitario donde se concentraba una parte importante de la población para realizar rituales, o los que hacían de forma doméstica al interior de las viviendas, otro rasgo que pudieron constatar fue que los hombres usaban cabello largo, algo que era símbolo de virilidad contrario a hoy en día, y otros detalles que fueron capaces de estudiar tan solo basados en estas figuras particulares, por ejemplo la recurrente figura del simio, muy importante para ellos ya que representa a los escribanos y músicos, o la del venado, que era cargador del sol y se relaciona con este mismo dios.


Las piezas fueron halladas en la Acrópolis y Grupo Frey, encontrando una concentración fuerte de hallazgos en el extremo sur, aunque en Grupo Quemado se concentra la mayor parte del material recuperado en todo el sitio, específicamente se localizan en cuatro estructuras: Basamento 1, 2 y 4, destacando que el 1 tenía carácter habitacional, el 2 era usado para la preparación de alimentos, en el 4 se hacían rituales, en este grupo tuvieron una función ritual relacionadas con la divinización de los antepasados.

En todas estas figurillas encontraron características similares con las piezas que han hallado en Yaxchilán, Lacanhá y Motul de San José, sobre todo las representaciones de jaguares o felinos son iguales que las de Bonampak y Lacanhá, denotando una clara influencia de Yaxchilán y Motul hacia Bonampak, se dieron cuenta de esto debido a la indumentaria que era similar a la de las figurillas y los murales, donde estaban presentes los sombreros de ala y turbantes.

“Bonampak estaba en conflicto con Palenque, Lacanhá, Yaxchilán, tuvieron conflictos en muchas ocasiones, que eran heredados a las ciudades que dominaban entre ellas, en la última época de su historia tuvieron relación directa con Yaxchilán, y precisamente por el dominio de Yaxchilán sobre Bonampak es posible que compartan atributos como estos tocados; comparando la cerámica utilitaria con la de las figurillas, es la misma a simple vista, falta confirmarlo a través de análisis químicos”, señaló.


Los murales, por su parte, se encuentran en el interior del Edificio 1 de Bonampak y ocupan la totalidad de los muros de los tres cuartos, cubren un área de 112 metros cuadrados, en los que se distribuyen 108 cláusulas jeroglíficas y 270 personajes; aunque varios de ellos se repiten en los murales de los tres cuartos, todos los individuos ahí retratados presentan vestimentas y decoraciones diferentes, lo cual habla de la riqueza de la indumentaria que usaba la nobleza maya.

A principios del siglo XX, fue el lacandón Kin, padre de Kin Obregón, quien descubre las ruinas que se bautizarían en 1946, como Bonampak, "muros pintados", el sitio fue dado a conocer al mundo por Charles Frey en 1946, quien llegó en febrero de ese año guiado por su amigo José Pepe Chambor, y acompañado por el millonario John Bourne y varios chicleros, sin en arco es Giles Healey a quien se le atribuye ser el primer occidental que vio los murales del Edificio de las Pinturas, en junio del mismo año; aunque es probable que Frey los conociera y, para proteger a sus amigos lacandones del arribo de miles de turistas, se hubiera reservado tal hecho.

Precisamente hasta finales de este mes, hay una exposición temporal donde se puede apreciar todo este legado en el Museo Regional de Chiapas, que cuenta con las figurillas, así como otros hallazgos, osamentas, representaciones de los murales, maquetas del lugar y muchos otros objetos de interés que permiten a los visitantes conocer el esplendor de esta civilización.

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