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  • ALEJANDRA OROZCO

L a aventura de ser mamá: Las niñas que no soñé

Tuxtla.-La maternidad es una de las cosas más romantizadas del mundo: se cree que es color de rosa, que son solo nueve meses y una ya está lista para serlo, y peor aún: te dicen que no te puedes quejar porque es tu chamba criar hijos y tu meta en la vida por ser mujer, es ser mamá.


Y no hay nada más alejado de la realidad, incluso nuestras madres, abuelas y bisabuelas de seguro tienen muchas objeciones que nunca pudieron expresar en voz alta, porqué iba en contra de todo lo que la sociedad esperaba de ellas y no querían fallar.

Hay muchos tipos de mujeres, cada una tiene metas, aspiraciones y sueños diferentes y todos son válidos, incluso para muchas la maternidad ni siquiera está en su plan de vida, y también está bien, porque ser o no ser mamá no debería definirnos en la vida.

¿A qué viene todo esto? En lo personal, ser mamá nunca fue mi sueño en la vida, hubo etapas donde ni siquiera estaba segura de querer tener hijos, cuando estaba chiquita soñaba con la boda, y por ende los hijos, porque era lo que me habían enseñado, era el camino que se debía seguir y lo que se debía hacer.

Luego empecé a ser más independiente, empecé a ganar mi propio dinero y a salir de viaje, a ir a conciertos, y la verdad me gustó, a la par iba comenzando mi carrera y yo quería comerme el mundo a bocados, viajar y conocer el mundo tomaron fuerza entre mis metas y ser mamá pasó a segundo término, tampoco había encontrado a alguien que me diera ganas de serlo.

Aunque nunca estuve peleada con la idea, la vida me fue tomando de la mano y guiando a personas y situaciones que fueron cambiando mi percepción y mi rumbo, mis amigas y primas empezaron a tener hijos y se me empezó a alborotar la matriz, empecé a aterrizar la idea y a crecer ese deseo de formar una familia, sabiendo que ya estaba con alguien con quien me veía a futuro.

Ser mamá es una de esas sorpresas agradables que no sabía que se iban a sentir tan bonito, es una de las mejores (y peores también) experiencias que me ha tocado vivir, que no puedo describir y que solo cuando una lo vive lo puede entender, nada te prepara para serlo, pero tampoco nadie te dice cuánto lo vas a disfrutar.

No puedo decir que ser mamá le dio sentido a mi vida o que a eso vine al mundo, porque creo que vine a hacer muchas cosas y que ya tenía un sentido antes de ellas, pero definitivamente vinieron a complementarla en todos los aspectos, pero sobre todo a enseñarme muchas cosas de mí misma, a retarme a cada día ser mejor de lo que fui ayer, no a ser mejor mamá para ellas, sino a ser una mejor versión de mi, y eso creo que es lo que más cuesta.


Claro que uno de mis sueños sigue siendo viajar, conocer el mundo e ir a conciertos, pero ahora quiero disfrutar todo eso con mi familia, también sé que ya tendré tiempo para cumplir mis planes personales, pero ahora que tengo niñas pequeñas todo puede esperar, ellas me necesitan tanto como pueda estar con ellas y crecen tan rápido, que no me quiero perder nada de este bello proceso.

Soy su mamá, pero sigo siendo periodista, sigo siendo esposa, sigo siendo hija, hermana, frecuento a mis amigas y extraño echarme una chela con ellas, ahora nos tenemos que reunir en lugares con juegos o saben que solo puedo ir un ratito e irme temprano, pero sé que esta es una etapa que pasará, y agradezco que sigan conmigo en cada parte de mi vida, comprendiendo y compartiendo.

Cuando en la prepa me preguntaban donde me veía en 10 años, yo decía que viajando, en mi mente me iría a vivir sola a los 25 años en un departamento donde siempre tendría una botella de vino en el refri, y el vino no falta, pero en vez de departamento es una casa, y en vez de vivir sola tengo una familia hermosa, y ni siquiera tengo 30 años aún.

Me gusta cómo la vida se me ha ido acomodando… pasó a segundo término tener una boda espectacular, todavía no conozco Europa pero espero más adelante hacerlo junto a ellos, disfruté los conciertos que tenía que disfrutar y aunque tengo un par pendientes, ya habrá chance de poder ir.

La Ale de hace 15 años quizá no se imaginó siendo ya una señora con dos hijas a estas alturas, quizá todavía hay proyectos para ampliar la casa, pero no puedo estar más agradecida de tener a la pareja que tengo y que juntos estemos criando a estas hijas hermosas, rebeldes, inquietas, muy inteligentes y que se aman una a la otra, que solo con verse se hacen reír y se buscan con la mirada como cómplices para toda la vida.

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