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  • ALEJANDRA OROZCO

Leche materna, oro líquido

Tuxtla.- Estamos por terminar la Semana Mundial de la Lactancia, por lo que es importante aprovechar la oportunidad para hablar sobre los beneficios de esta práctica, que son innumerables a nivel físico, emocional, económico y social para mamá y bebé.



Ana Gabriela Rodríguez, asesora de lactancia por Edulacta, señala que los beneficios de la lactancia materna son bien conocidos, pero no está de más recordarlos: es la primera vacuna del bebé, de hecho, ofrecer calostro es lo mejor que podemos dar, es un concentrado muy importante de vitaminas y minerales que van a necesitar para adaptarse al exterior.

“La leche materna refuerza el sistema inmune que viene bastante inmaduro, a través de ella, los bebés reciben los anticuerpos que necesitan para afrontar infecciones en sus primeros años de vida, por hablar de la salud”.

Por otro lado, está el vínculo afectivo y seguridad que brinda, pues para las madres representa menos sangrado posparto, una pronta recuperación, menos posibilidades de desarrollar cáncer de seno y una defensa contra la osteoporosis, pues si bien es cierto que descalcifica a la mamá los primeros meses, después fortalece los huesos.

Lactancia y mitos obsoletos

Son muchos mitos y desinformación los peores enemigos de una lactancia exitosa, que desafortunadamente se siguen repitiendo de generación en generación y no hacen más que confundir a las nuevas mamás.

“Entre estos mitos, está el que hay leches mas aguadas que otras, sin embargo, todas son nutritivas; o que hay mujeres que no pueden dar pecho, sí las hay en mínimo porcentaje pero no es cuestión de suerte, hay indicadores de problemas de producción por las afecciones,  situaciones o enfermedades hormonales como el hipotiroidismo, pero en general todas podemos dar leche, es algo que se tiene que evaluar”, dijo.

Otro mito es el de tomar o comer ciertos alimentos para estimular la producción de leche: atole, avena, cerveza; nada está comprobado científicamente que sea efectivo para producir, más que la succión: a mayor estimulación, mayor producción.

“La leche no ‘se va’ por un susto, por comer algo o de un día para otro, la lactancia es un proceso fisiológico y no desaparece de la noche a la mañana, es algo que nunca se ha observado en la naturaleza”, comentó.


Grandes retos a superar

Sin embargo, entre los retos más grandes para lograr una lactancia exitosa y mantenerla está el manejo hospitalario y los médicos, que nos deben mucha información y ni ellos mismos saben dar las indicaciones adecuadas.

“A veces siguen indicando arcaicamente dar pecho cada tres horas, o que si llora mucho es porque ya no hay leche, en general hay un desconocimiento y es el primer obstáculo, del entorno también, porque a veces tenemos a la familia que en su objetivo de apoyar o ayudar, termina confundiendo más a las madres”.

Por otro lado está el aspecto cultural, pues todavía no está muy bien visto amamantar en público; como sociedad debemos entender que el pecho tiene una función fisiológica y es la de producir el alimento de las crías, en este caso de las crías humanas.

“Las condiciones laborales son otro obstáculo, pues los cuatro meses de permiso no cubren el periodo mínimo de lactancia exclusiva, -que es de seis meses- y se acaban cubriendo a lo mucho cuatro, lo que llega a ser un problema… es un conjunto de muchas cosas y dificultades”.

Aunque es un derecho humano tener tiempo de lactancia, los empleadores no están basándose en las recomendaciones internacionales: la OMS sugiere que se tenga permiso de maternidad mínimo para cubrir la lactancia materna exclusiva (LME), al igual que la Organización Internacional del Trabajo (OIT); lo ideal sería un permiso de un año, pero no se cumple ni con el mínimo, por ello se deben de hacer muchas modificaciones, porque es difícil mantenerla.



No hay límites para dar pecho

Estadísticamente, desde hace cinco años hemos mejorado bastante en este aspecto, comenta la especialista; antes solo el 14 por ciento de los bebés eran amamantados por menos de cinco meses, ahora, la cifra aumentó al 27 por ciento de manera general en el país.

“Aunque la cifra es mayor, sigue siendo nada, tenemos que trabajar para que todos puedan recibir la leche de mamá, porque es un derecho y el mejor alimento que se les pueda dar”, consideró.

Los primeros dos años de vida son los que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) para dar pecho, alimento que no se puede igualar, por lo que hay que tratar de mantenerlo, la OMS y la UNICEF recomiendan como mínimo dos años de seno materno, pero no es el tope.

“No hay una edad específica para dejar de dar pecho, según estudios, el destete viene más por cuestiones culturales que naturales, hasta los 7 años madura el sistema inmune y la lactancia podría llegar hasta esa edad, debemos normalizarla, elogiarla y promoverla”.

Esto porque en los primeros dos años de vida, nuestro cerebro va a creer como nunca en nuestra vida, entonces toda esa grasita, todos esos nutrientes que vienen de la leche materna son óptimos para ese cerebro en desarrollo; sin embargo no hay un límite, sí hay un mínimo pero no hay un límite porque después de hacer varios estudios, antropológicos sobre todo, se llegó a la conclusión de que el destete es una cuestión cultural.

“Tenemos a niños de un año amamantados y seguimos poniendo el grito en el cielo, si se pasan de esa edad, no se hacen mañosos ni tienen problemas psicológicos, hay que elogiar la lactancia y dejar de verla como algo negativo, aceptar que hay niños de tres años amamantados y no hay ningún problema”, concluyó.

 
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