Los códigos del corazón cantante
- ALEJANDRA OROZCO
- hace 3 horas
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Tuxtla.- Bienvenidos de vuelta a otro episodio de Código Rosa, donde los secretos se confiesan, los códigos se cumplen y las risas y los retos son sagrados, May y Lili nos comparten que cuando escuchamos una canción, está marcada y tiene fecha, nombre, apellido, lugar, las canciones te marcan, las sufres, si estás pasando por un truene, todas sientes que son para ti, o si estás pasando por una tarde de alegría, también sientes que todas son para ti.

Por eso, el programa de hoy se trata sobre códigos del corazón cantante, con un invitado súper especial, las veces que escuchan su nombre y están en una fiesta donde ha estado el invitado, es fiesta, es un poco tímido, pero a la hora de la hora se convierte en un profesional, un artista en el escenario, que saca hasta los prohibidos, es el cantautor chiapaneco Lalo Coutiño, engalanando este cuarto episodio.
“Yo crecí desde muy niño en la música, porque del lado de mi familia Coutiño, mis tíos y primos hermanos desde jóvenes han incursionado en algún tema musical, tocan la marimba, el piano, mi papá en sus años de juventud fue un excelente requintista, formó parte de un cuarteto en la UNACH, estuvo en rondallas, un saludo a mi papá, aprovecho a mi mamá también, a mis hermanas, a mis hijos”, señaló.
Incluso, considera que en algún momento sus hijos lo van a desarrollar, Eduardo ya rasca la guitarra, aunque todavía cuando lo ven trabajando, se ponen incómodos, pero los deja ser porque él fue igual, recuerda que su abuelo le regaló una marimba y no le hizo ni caso, creció en la música, pero la vio nada más, no dijo, papá, ayúdame, o papá, enséñame, y su papá siempre ha sido un tipo reservado, no le dijo, te quiero enseñar, ni nada, su mamá era la que más lo empujaba a ese ambiente.
“Fue una cuestión de arrechura, yo vivía en Tapachula, estando en la secundaria, yo entré al taller de dibujo porque me gustaba dibujar desde muy chamaco y mis amigos entraron al taller de guitarra, para primero de secundaria, ellos ya sabían un poquito, y yo veía que las amigas se sentaban con ellos, sobre todo en esas edades, que los amigos empezaban a tocar la guitarra, se sentaban las chicas, escuchaban, ensayaban, y yo ni siquiera era dibujo artístico, era dibujo técnico, ahí es donde me acerco a mi papel y digo, papá, enséñame a tocar guitarra”, recordó.
Lo que empezó como arrechura se fue convirtiendo en una pasión, de hecho, él no estudió música, sino arquitectura, y no se considera un gran músico, sino que la música es su manera de expresarse, pero le falta mucho por aprender y lo que sabe, lo ha ido a aprender, tomó clases de canto, ya que en la secundaria tuvo la oportunidad de que un maestro en la Casa de la Cultura le enseñara técnicas o cuestiones de la guitarra, le encantaba ir a esa clase, disfrutó mucho la secundaria, es de sus etapas favoritas en Tapachula, incluso se considera tapachulteco de corazón, sus mejores amigos son de ahí, la mayoría; cuando empieza a tocar la guitarra, la arrechura se fue esfumando y empezó a sentir que podía expresarse por medio de la guitarra.
“Nosotros estudiábamos en una escuela católica y cada año hacían encuentros con Cristos, que eran retiros, cada retiro nos gustaba mucho, me acuerdo que me gustaba mucho ir porque era estar con los amigos, era en campamento, cada retiro tenía un tema, que era la drogadicción, el alcoholismo, para los adolescentes, una de las dinámicas era, compongan una canción que hable sobre el alcoholismo, yo me llevaba con un amigo que se llamaba Andrés, se acerca a mí y me dice, todos agarraron la de El gato volador, la de La bomba, y me dice, compongamos una canción desde cero, fue la primera experiencia”, recordó.
En esos años, Lalo aprendió muchos boleros, tiene esa dualidad, se crió en la música vernácula, en el bolero, en la música ranchera por su familia, se reunían a cantar ranchero, le llaman ‘cantarrecio’; con el paso de los años, ha compuesto canciones padrísimas, pero sin duda la que más lo ha marcado es Tan solo un momento, una canción que es una confesión, porque lo marcó y ha sido más trascendental, para él, es la que más le ha gustado a la gente que conoce su música, es la canción que más escuchan.
“Yo tenía en la universidad una mejor amiga, la quería mucho y yo era muy enamoradizo, como artista te enamoras mucho y a veces uno confunde esa sensación de sentirse bien con alguien con enamoramiento, ni siquiera con amor, y yo de manera discreta me empecé a enamorar de la que era mi mejor amiga, pero ella tenía novio y la sufría mucho, yo solito me fui a dar el clavado, esta canción la fui componiendo poco a poco y me di cuenta que era como un desahogo, cuando ya la tenía casi lista, le ponía en su libreta fragmentos de la canción, pero que no fueran comprometedores”, confesó.
Puedes buscarla en Spotify como Tan solo un momento, al final sí llegó con su guitarra un día a la casa de esta chica y le dijo, te tengo que confesar algo, no te lo puedo decir hablando, te lo voy a decir cantando, se la cantó y lo mandó a la goma, al final se separaron porque su novio estudiaba en el mismo salón, a los dos años se reencontraron y sí hubo una relación, muy corta, que terminó muy mal a la fecha, el código es que a veces el deseo se convierte en capricho y el deseo no es enamoramiento, alguno lo percibe así, siente que era un capricho y cuando se le dio, las cosas no funcionaron, ahí se dio cuenta que era realmente un capricho que se forzó.
Esta canción la grabó con Trova Rockers, banda en la que ha estado y que nació por un reencuentro con su mejor amigo, Marco Grajales, quien es nuestro segundo invitado en este programa, otro talento chiapaneco que vale la pena dar a conocer, ambos tienen una conexión muy especial, a pesar de que son muy diferentes como personas, que a veces chocan en algunas cosas, se conocen desde los seis años, han tenido una amistad duradera, la música los unió, cuando se regresa a vivir a Tuxtla, se dejaron de ver muchos años, se vieron esporádicamente y en el 2009, por azares del destino, yo me voy a trabajar allá cerca de Tapachula, se reencuentran y en el 2010 deciden empezar a tocar en Tuxtla, en cafecitos.
“El nombre de Trova Rockers surge porque él siempre ha sido muy afín a la trova y yo soy el rockero, me acuerdo muy bien que estábamos buscándole el nombre y no se nos ocurría, no nos poníamos de acuerdo, yo creo que Trova Rockers también define, aunque yo también tengo mi alma rockera, me gusta mucho la trova, y Lalo también, yo creo que los dos tenemos esa dualidad, quizás algunos en mayor proporción la trova y viceversa, yo creo que por eso funcionó muy bien el nombre, aunque el concepto y el proyecto no es de trova, tiene un alma trovadoresca”, comentó, su disco está en las plataformas digitales, en Youtube pueden ver algunos videos, y en Spotify o en cualquier plataforma musical está el disco completo.

De hecho, su disco se presentó en un concierto que gestionaron en el Teatro de la Ciudad el 29 de marzo de 2012, y Trova Rockers empezó en 2010, llegaban a los eventos de rock y las bandas los veían así como de ¿quiénes son estos? porque no los invitaba nadie, solo llegaban, buscando la invitación con el contacto del contacto, la palanca de la palanca, porque nunca pudieron pertenecer a algún colectivo de rock, realmente lo suyo era pop rock, ahí se define el hecho de que combinaran esta parte de la música vernácula, de la música romántica y el gusto muy centrado al rock alternativo, al rock indie, con la influencia de artistas como Ricardo Arjona o Alejandro Sanz, el disco contiene 12 temas, seis de la autoría de Lalo y seis de Marco, lo que hicieron por ser más práctico en ese momento, es que cada uno canta sus canciones y en algunas se acompañan haciendo las voces.
“Tuve una etapa donde estuve con una chica que duramos alrededor de cinco años entre ir y venir, a ella le compuse muchas canciones, es chistoso porque la primera canción que le compuse se llamó Canción de Amor y la última canción que le compuse se llamó Mujer Despiadada”.
En Código Rosa no pueden faltar las dinámicas, así que nuestros invitados tuvieron que cantar para no perder prendas, y nuestras anfitrionas también para no recibir toques eléctricos, fue una edición muy amena, donde los músicos estuvieron contentos, los encuentras por separado como Lalo Coutiño en plataformas musicales, YouTube, TikTok, Instagram y Facebook, y como Marco Grajales, en YouTube, Spotify, Instagram y Facebook.
Además, adelantaron que están desarrollando la fusión de Lalo y May, que incluye animación y música, pues han coincidido en varios eventos haciendo un dueto perfecto, muy pronto estarán compartiéndonos más contenido, y es que los TrovaRockers son garantía para todos los eventos, fue un gusto tener su buena vibra y energía en este espacio, pues la música da felicidad, y quién sabe, quizás más pronto de lo que pensamos tendremos un reencuentro de Los Trovarockers.