Madre cuenta cómo un mal instructor pudo arruinar la vida de su hija
- RUBÉN PÉREZ
- 4 jul
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Tuxtla.- Madeline Villafuerte, periodista chiapaneca, contó que hace un año su hija casi pierde su salud por un mal entrenamiento de “spinning” en un gimnasio de Tuxtla Gutiérrez.

Recordó que un día su hija, en ese entonces de 20 años de edad, decidió comenzar a ejercitarse, por lo que después de terminar el semestre en la universidad, aprovechó su tiempo libre en las vacaciones de verano.
“No había ido a un gimnasio o ‘spinning’. Era su primer día. Quería verse mejor, sentirse mejor… y como toda mamá, yo me sentí orgullosa y apoyé su decisión”, relató en una publicación de su red social.
Por ello, relató que buscaron opciones, se inscribió a la clase de bicicletas estáticas en el “Kids Center”, pues confió en que los instructores que estaban ahí sabían lo que hacían.
Ese día, agregó, el instructor le puso una rutina pesada, “todo con peso. Cardio y peso. No terminó la hora, se bajó de la bicicleta y el instructor le dijo, frente a todos los presentes, que era una floja”.
Tras ese episodio, dijo que su hija le llamó para que la recogiera. “Me dijo que le dolían mucho las piernas, pero lo tomamos como algo ‘normal’. No podía ni caminar. Pasaron dos días, el dolor no solo seguía, empeoraba. No podía moverse bien. Las piernas se le inflamaron. Las rodillas también. Y un día, su orina salió como café oscuro, casi negra”.
Tras investigar en internet, comentó que acudieron con una nefróloga, quien le recomendó realizarse estudios urgentes de orina y sangre, “los resultados arrojaron lo que ningún padre quiere escuchar: rabdomiólisis”.
“Una palabra que nunca había escuchado, pero que ahora no puedo sacar de mi mente. Es una condición en la que el músculo se rompe y libera sustancias tóxicas a la sangre. Puede dañar los riñones. Puede provocar un paro cardíaco. Puede acabar con tu vida”, mencionó, y agregó: “Ese día supe que, si no hubiéramos actuado a tiempo, podría no haber salido del hospital. Y le hubieran realizado diálisis”.
Detalló que su hija estuvo todo su verano en reposo absoluto, con sueros, estudios cada semana, dieta especial, “y con el alma rota… pero viva. Gracias a Dios, viva”.
Aclaró que, por ello, como padres o madres deben de investigar mejor en qué lugares sus hijos pueden recibir una buena instrucción para ejercitarse sin poner en riesgo la vida.
“Porque no todos los gimnasios tienen personal capacitado. No todos los entrenadores están certificados. Y un mal entrenamiento… puede costar vidas. No es exageración. Es la verdad. La vivimos”.
Aclaró que la exposición de su caso tiene fines educativos, pues la rabdomiólisis es una condición grave que puede surgir tras un esfuerzo físico excesivo, especialmente en personas no entrenadas.
“Si presentas dolor muscular intenso, orina oscura o debilidad tras hacer ejercicio, busca atención médica de inmediato. Decidimos hacer pública esta anécdota para crear conciencia entre padres de familia y jóvenes”.









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