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  • ALEJANDRA OROZCO

Mónica, la auténtica “señora de las plantas”

Tuxtla.- Mónica Ruiz Gómez es originaria de Jericó, perteneciente al municipio de El Parral, llega a la capital a los 18 años a estudiar la licenciatura en Comunicación, de la que se graduó hace siete años, ejerció un poco la carrera, pero a ella le encanta la música, se dedicó por varios años a ser cantante de música versátil y ahorita está enfocada a la ranchera, que le encanta, recuerda que durante pandemia, muchos pasamos por cosas muy difíciles, pero fue en esa época precisamente cuando surgió La Galera Vieja, un gran proyecto de una crisis grande.


“Yo estaba muy estresada, deprimida, estaba acostumbrada a viajar y tener dinero, nos quedamos en ceros y necesitaba algo para quitarme esa tristeza, todo lo que traía dentro, y las plantas son una terapia bellísima, te relaja, es otra cosa que no sé cómo explicar, empecé a coleccionar plantas para mi, yo en ese tiempo me fui a vivir a mi pueblo, después de años de estar fuera regresé con mis papás, fue algo complicado, pasé por esa depresión en la que yo no quería nada, me la pasaba triste, llorando, solo quería que la pandemia se terminara pero para eso faltaban meses y luego años”, comentó.


Su pueblo es el pueblo del pescado, ahí se dan las mojarras y empezó a vender pescado porque necesitaba hacer algo, no era mucho pero era algo, luego vino a la ciudad y empezó a comprar plantas, ya en el pueblo le preguntaban de dónde las traía, en cuánto salían, en cuánto la vendía, y vio la oportunidad de hacer negocios, compraba las plantas en 15, 20 pesos y las vendía en 35 o 40 pero se vendía muy bien, de ahí se fue a la cabecera, a Parral y empezó a manejarlo desde su perfil Mónica Ruigo, empezaron a funcionar las ventas bien, había dinámicas, por compras semanales rifaba dos plantas, transmisiones en vivo, todo para tratar de llamar clientes.


“En un coche pequeño le metíamos hasta donde se podía para traer la mayor cantidad de plantas y así surgió… yo estaba en la casa de mis papás y al fondo había una galera vieja, con una pared derrumbada pero con el techo bueno, decidimos arreglarlo, estaba recién casada, mi esposo y yo empezamos a arreglarlo para poner el negocio, en lo que terminaba la pandemia nos serviría de algo, porque el es maestro y estaba sin trabajar, nunca nos imaginamos que no llegaba mucho sol y el que llegaba era muy fuerte, a las 12 era demasiado para algunas plantas de sombra, pero así surge el nombre de La Galera Vieja, que estaba inservible y decidimos repararla”, contó.

Dice que los primeros meses todo iba bien, llegaban las señoras del pueblo o se iba al parque con sus plantas y en Parral también, en noviembre o diciembre me hablaron para un trabajo en la ciudad, a pesar de que ya estaba ganando “bien” de las plantas, le hablan para trabajar en una dependencia, se viene a trabajar, vivían en un departamento y decidió sólo vender suculentas, pues antes vendía plantas ornamentales, frutales, suculentas y cactus, cuando viene a la ciudad solo vende cactus y suculentas, pues lo único que tenía para que entrara sol era la ventana, empieza a trabajar y dedicarse a ello pero no le funciona, porque las personas que viven de Berriozábal hacia arriba venían a vender suculentas en el centro en 15 o 20 pesos, y como ella las daba en 35 ya no podía hacerles competencia.

“Empiezo a buscar la manera y encuentro un grupo de coleccionistas, que ya tenían todas las plantas que habían en Tuxtla y Chiapas y querían plantas de fuera pero nadie se atrevía a pedirlas por miedo a que no llegaran bien, ahí empecé a pedir plantas de otros estados y a distribuirlas acá, vendía plantas de 100, 200, 300 pesos, pero los clientes ya exigían plantas más raras, empezamos a traer de 500, 800, mil pesos, cuando traje una planta brasileña con un precio de 2 mil 600 hasta 3 mil pesos, son plantas muy caras, en este momento ya las estamos reproduciendo en el vivero y las tenemos desde 350, 500 pesos, así fuimos creciendo poquito a poquito, hemos tenido plantas de hasta 5 mil pesos, es una cuestión muy bonita, siempre mi sueño fue emprender algo, quería tener un negocio sin saber de qué, aún no logro determinar qué es lo que quiero hacer, a mi no me gustaba cuidar plantas, ahora, no hay un vivero en mi casa, sino una casa en el vivero”, reconoce.

Y es que en el departamento donde vivían cabían muy poquitas plantas, al poco tiempo les entregaron su casa, pusieron una mesa y una lonita especial para invernadero amarrada y un día, en una lluvia le cayó un árbol y acabó todo, acababa de comprar plantas caras para reproducirlas y todo se lo llevó la corriente, fue muy feo y fue lo que dio lugar a realizar un invernadero arriba de la casa, primero uno pequeño de 5 por 6 metros, pero a los pocos meses ya les quedaba muy chico, por lo que ampliaron otro a lado, les quedó muy chico y ampliaron otro enfrente, y otra vez les quedó muy chico y ampliaron hacia abajo, dice que muchos de sus clientes le dicen que les gusta que es muy positiva, entusiasta con todo esto, pero realmente le ha tocado pasar crisis donde ya no quiere, se frustra, pues como todo emprendedor hay subidas y bajadas y hay que enfrentarse a todo eso, dice que es complicado pero no toca más que animarse sola, además de que su pareja ha sido su pilar.


Así como maneja plantas de fuera, tiene mexicanas como las oaxaqueñas, que se conocen como “las reinas de Oaxaca” que son plantas pruinosas, la pruina es un polvo que generan, y si uno las toca se despintan, sirve como protección, tuvo otras que fueron muy buscadas, caras, complicadas de cuidar, pero sobre la marcha ha ido aprendiendo, llegaba un momento de frustración, porque no solo es vender plantas, saber que llegó y entregar, es hacer una revisión de hongos, plagas, insectos, ácaros, que no esté infectada de raíz, siempre tienen un manejo de cierto tiempo estar fumigando, los riegos son de 8 a 15 días pero hay que saber identificar cuando una planta necesita agua, podrían pasar 15 días pero si estuvo fresco, no hubo mucho sol o el sustrato no es el adecuado, ella por ejemplo usa tierra tepojal y perlita, a la tierra le agrego tierra de diatomeas que es como un insecticida, dice que hay que curar muy bien la tierra para que las plantas crezcan muy bonitas, y que la cáscara de plátano o huevo son increíbles para ellas.

“Todo es por internet, el vivero está en mi casa, no tengo local porque la mayor parte de mis clientes son nacionales, cada semana estamos enviando de 12 a 20 paquetes a toda la República, la ventaja de las plantas de colección es que las compra gente que ya conoce, no es como enseñarles cómo cuidarlas, sí me ha llegado uno que otro principiante que incluso me preguntan si son de sombra o para oficina y no, tiene que ser un espacio con sol, las mandamos sin maceta y sin tierra, tenemos un proceso de limpieza distinto al resto porque muchas ocasiones me llegan los paquetes con humedad en la raíz o tierra en la raíz y usamos incluso secadora para que no haya humedad que genere algún hongo en el transcurso a su destino”, señaló.


La Galera Vieja ya es una comunidad, puedes encontrar su página como Cactus y Suculentas La Galera Vieja, suben un catálogo cada cierto tiempo, es un negocio rentable, por eso no pueden actualizar el catálogo porque se les acaba bastante rápido y es muy agotador porque no se quedan por mucho tiempo, son muchas personas las que están interesadas en coleccionar plantas, cuando la contactan desde la página los envía directamente a su perfil, le es más fácil trabajar desde ahí porque hace transmisiones en vivo, dinámicas, rifas, subastas para sus clientes.

“No hay nada imposible, a veces hay que sacrificar un poco del tiempo a veces no dan ganas pero hay que hacerlo, es un tema muy bonito, cuando les digo que empecé con 500 pesos, para mi ese es mi pilar, hay amigos, conocidos que están esperando un préstamo para iniciar un negocio, se los niegan pero se van al cine, a comer con mil pesos, esperando al próximo mes ese préstamo, y no, uno puede empezar con lo mínimo que tenga en casa, estamos a punto de terminar de pagar un terreno en una zona de pozos para comenzar un invernadero más grande, el resultado de nuestras ventas ha sido ese terreno, lo hemos ido pagando con las ventas de las plantas, todo se puede, lo imposible sólo muerto”, finalizó.

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