- ALEJANDRA OROZCO
Navidad adelantada para personas vulnerables
Tuxtla.- Todavía no es Navidad ni Nochebuena, pero para tener un gesto noble no hay fecha; esta semana, se adelantó la navidad para algunas personas de grupos vulnerables, que de no haber sido por el gran corazón de muchas personas, no hubieran tenido un festejo a la altura.
Como ya es costumbre de cada martes, Armando Ozuna Bermúdez, conocido como el payaso Chipotín, regaló desayunos a niños y padres del Hospital de Especialidades Pediátricas (HEP) enfrente de sus instalaciones, aunque también acuden algunas personas de los alrededores que cuidan coches o ayudan a estacionarlos, no hay restricción.
Sin embargo, el desayuno de este martes fue especial, les celebró su posada a estos niños y niñas, en la que hubo regalos, ropa, un Santa Claus y hasta superhéroes para alegrarle la mañana a todos estos niños que reciben tratamientos en el HEP o en el CRIT, la mayoría de fuera, o de escasos recursos.
“A todos nos cae una gotita de alegría, más afuera de un hospital, la gente no se imagina lo que se vive: las inclemencias del tiempo, dormir en la calle, alguien que los asalte, son situaciones muy difíciles y es lo menos que podemos hacer; estoy agradecido con Dios y con todos los amigos de Chipotín, todos se unieron de manera altruista, nadie cobró un centavo, todo fue donado de corazón; el único requisito es tener un corazón muy grande y noble, no es difícil, inténtenlo para sacar sonrisas a quienes viven en esta situación”, invitó.
Elizabeth Figueroa es voluntaria desde hace 18 años, también es la esposa de Chipotín, ella le ayudó a preparar el huevo con chorizo, los frijoles, el agua de limón, el arroz con leche y todas las semanas lo apoya en esta noble labor, que incluso pone lagrimas en sus ojos por la emoción que siente en el momento.
“Estoy muy contenta de ver la carita de los niños, de los papás que se van contentos de ver a sus niños contentos y qué les puedo decir, es una satisfacción muy grande que Dios es el que nos pone aquí, ver a todo el equipo tomados de la mano nos llena de satisfacción y alegría”, señaló.
Otra de las voluntarias que se llevó los aplausos de todos y todas fue Santa Claus, vino a Tuxtla desde San Cristóbal; es Adela Martha Zenteno, que donó su tiempo porque sabe muy bien qué significa estar en esta situación, y hoy quiere alegrar un ratito la vida de los demás.
“Yo ya tuve un hijo con cáncer, cuando me hablan de niños enfermos es ir y dar amor, porque nosotros sabemos que realmente cuando damos amor llevamos alegría, es parte de la sanidad, parte de la alegría que Dios me da para dar a los demás; solo con invitarlos a comer, con verlos, si los ven con una necesidad sonreír y eso les cambia la vida”, señaló.
Esmeralda, es una niña de tres años que presenta una malformación en el intestino, esto hace que necesite una sonda de gastrostomía y sus cuidados son complicados… su mamá, Vianey, dijo estar agradecida por este rayito de alegría entre la tempestad, agradecieron a quienes hicieron posible este momento.
“Muy contentos, muy felices que un ratito nos den alegría a pesar del dolor que estamos pasando por la situación de salud de nuestros hijos, agradecemos a todos los que apoyan y principalmente a los que vienen y nos brindan un desayuno, un alimento… la situación es complicada cuando hay un bebé especial en casa, muy difícil, no podemos brindarles todo, primero es la salud y después los regalos”, señaló.
Navidad en la calle
Pero el Pediátrico no fue el único lugar que se vistió de magia… por quinto año consecutivo, Erika Solís y su familia organizaron una cena navideña para personas en situación vulnerable, como personas en situación de calle, con familiares enfermos, migrantes y otros grupos que compartieron el pan y la sal sentados a la mesa.
“La finalidad de esta actividad es visibilizarlos, sentarnos en la mesa con ellos, conocer sus historias, y de esta manera romper estigmas porque creemos que aquella persona que vive en situación de calle es una persona farmacodependiente, con problemas psiquiátricos o alcohólicos, y la verdad es que detrás de ellos hay muchas historias terribles que los orillaron a vivir en esta situación”, señaló.
Gracias a los donativos de la gente, que consistieron en insumos, regalos, incluso donar sus manos o su tiempo, pudieron preparar 250 cenas, incluyendo su guarnición y su plato fuerte, que se sirvieron calientitas junto con una bebida a quienes acudieron a esta posada, ni el frío aire invernal opacó el calor que brotó de todos los corazones.
En el evento, contaron con la presencia de un Santa Claus, personal voluntario de la Cruz Roja, así como les regalaron ropa de frío, juguetes a los niños y niñas presentes; un coro de niños del Ejército de Salvación entonó villancicos, dándole ritmo a la velada.
Don Arturo tiene un familiar enfermo en el Seguro, y en vez de pasar la noche a la intemperie, un amigo lo invitó a este festejo, que superó sus expectativas… “No me esperaba esta bienvenida… yo no soy de acá, soy de Villa de Acala, es difícil porque estoy pasando por un mal momento, pero aquí seguimos”, relató.
Gabriela por ejemplo se dedica a la recolección de residuos, y para ella, lo más difícil es no tener dónde dormir; a sus 18 años trabaja hasta ocho horas al día, pero siempre le sale para el pan de cada día, y se la pasó increíble con sus amigos y compañeros.
Solo una semana fue el tiempo que tuvieron Erika y su familia para recaudar lo necesario para esta velada, es algo que hacen año con año y les llena de satisfacción poder brindarles un rato digno y agradable, pues muchos de ellos ni siquiera tienen una casa para poder pasar la noche.
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