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Nuestra Señora Desata Nudos: un símbolo de fe y esperanza en el Cristo de Chiapas

  • NOÉ JUAN FARRERA
  • 11 nov
  • 2 Min. de lectura

Tuxtla.- La devoción a Nuestra Señora Desata Nudos, también conocida como Nuestra Señora que Desata los Nudos o Nuestra Señora Desatadora de Nudos, ha llegado al corazón de Chiapas como un signo de paz y esperanza. Esta advocación mariana, originada en Alemania en el siglo XVII y difundida en todo el mundo gracias al Papa Francisco, encontró un nuevo hogar en el Glorioso Cristo de Chiapas, ubicado en Copoya, Tuxtla Gutiérrez.

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La historia de su llegada al estado, está marcada por la fe y la providencia. Fue la señora Giuseppina Costanzo Ceballos, quien trajo la imagen desde Cancún, Quintana Roo, luego de vivir una serie de circunstancias que ella misma considera milagrosas. Tras una semana de estarse realizando misas en honor a la virgen, trasladó esta copia fiel de la imagen mariana, a la que decidieron colocar en el altar mayor del Cristo de Chiapas, como un símbolo de oración y petición por la paz o situaciones difíciles.

Desde el primer momento en que la Virgen fue colocada en su actual capilla, los fieles comenzaron a acercarse, arrodillándose ante la imagen y depositando en ella sus súplicas y agradecimientos. El sacerdote Rogelio García Cruz, rector del Cristo de Chiapas, considera este hecho una verdadera “diosidencia”, resaltando que su llegada fue guiada por la voluntad divina.

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La devoción a esta advocación mariana tiene su origen en Augsburgo, Alemania, donde alrededor del año 1700 el pintor Johann Georg Melchior Schmidtner plasmó en un cuadro a la Virgen María desatando los nudos de una cinta, como metáfora de la intercesión de la Madre de Dios, ante las dificultades humanas. El Papa Francisco, al conocer la obra durante su estancia en Alemania, llevó consigo esta devoción a Argentina, donde alcanzó gran popularidad y desde allí se expandió por toda América Latina.

En México, existen santuarios dedicados a Nuestra Señora Desata Nudos en Cancún, Guadalajara, Puebla y, más recientemente, en Chiapas, donde su presencia ha sido acogida con fervor. En el también llamado Cristo de Copoya, los devotos escriben sus peticiones en listones blancos, que son luego cambiados de color, cuando se cumplen las intenciones. Esta tradición se ha convertido en un gesto simbólico que entrelaza la espiritualidad chiapaneca con la fe universal.

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Hoy, miles de listones adornan los alrededores del Cristo de Chiapas, testigos de oraciones, promesas y agradecimientos. Los fieles aseguran que la Virgen es muy milagrosa, recordando las palabras del Papa Francisco: “No hay nudo que resista a las manos de la Madre de Dios. Basta tener fe.” Cabe precisar que el actual rector del Cristo de Chiapas, asegura que si bien la virgen no es la que hace los milagros, si es una intersesora ante la divinidad de Dios padre.

Dato: Los días 8 de cada mes se realiza una misa en su honor al interior del Cristo de Chiapas a las 6 pm inicia el rosario y a las 7 pm la misa, se recomienda llegar temprano para poder obtener lugar ya que se tiene demasiada asistencia.

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