Parachicos y Chiapanecas: el corazón cultural que late cada enero en Chiapa de Corzo
- NOÉ JUAN FARRERA
- hace 52 minutos
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• La Fiesta Grande de Chiapa de Corzo no es un espectáculo improvisado: es herencia, respeto y orgullo que se defiende bailando.

Tuxtla.- La Fiesta Grande de Chiapa de Corzo, celebrada cada mes de enero, es una de las manifestaciones culturales más representativas de Chiapas y del país. Se trata de una festividad donde la fe, la historia y la identidad del pueblo se expresan en cada danza, cada traje y cada casa abierta al visitante. Así lo afirmó Esmeralda Barrientos Solís, representante de las Chiapanecas, al destacar la importancia de cuidar una tradición que distingue a Chiapa de Corzo ante México y el mundo.
Barrientos Solís subrayó un aspecto que muchos desconocen: el Parachico no es un disfraz ni un personaje, es una identidad colectiva. Al portar el traje, la persona deja de ser individuo para convertirse en Parachico, figura que debe respetarse sin alteraciones ni excesos, al tratarse de una expresión reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. “El Parachico es el Parachico y así debe mantenerse”, puntualizó, al llamar a autoridades y visitantes a actuar con responsabilidad.
Otro elemento fundamental de la Fiesta Grande es la hospitalidad del pueblo chiapacorceño. Durante los días principales, las familias abren las puertas de sus hogares para compartir comida, música y convivencia. No obstante, esta apertura implica reglas claras: quien participa debe hacerlo con respeto absoluto a los trajes, las danzas y las imágenes religiosas, pues se baila en honor a los santos y no para llamar la atención ni desvirtuar la tradición.

El vestido de la Chiapaneca merece un capítulo aparte. Detrás de cada falda amplia y cada blusa bordada hay horas, semanas y hasta meses de trabajo minucioso realizado por manos expertas de bordadoras chiapacorceñas. Cada puntada es paciencia, cada flor es herencia y cada color tiene intención. No es una prenda cualquiera: es un lienzo textil que exige conocimiento, dedicación y amor por la tradición. Por ello, vestirlo implica una gran responsabilidad: portarlo con orgullo, cuidar cada detalle —desde el peinado y los accesorios hasta la forma de caminar— y permitir que brille el trabajo artesanal que sostiene la identidad del pueblo y dignifica el oficio de quienes lo elaboran.

La vestimenta tradicional femenina, además, no es de uso común ni casual. De acuerdo con Esmeralda Barrientos Solís, los trajes de Chiapaneca se preparan desde la madrugada y representan el esfuerzo de todo un año de trabajo comunitario. Cada bordado y cada adorno simbolizan dignidad, pertenencia y respeto, valores que no deben trivializarse ni utilizarse fuera de contexto.

La Fiesta Grande de Chiapa de Corzo es más que una celebración anual: es una responsabilidad compartida. Se vive con amor, se comparte con generosidad y se protege con firmeza. Chiapas la presume, México la reconoce y Chiapa de Corzo la mantiene viva con orgullo. Viva la Fiesta Grande.
FOTO:SIE7E








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