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  • ALEJANDRA OROZCO

Paulina, entre piel y tinta

Tuxtla.- Cuando pensamos en tatuajes, es muy común relacionarlos con hombres, cuando en realidad son cada vez más las mujeres que los portan y también las que se dedican a hacerlos.


Un ejemplo es Paulina Ovilla, quien a sus 36 años lleva dos años y medio incursionando en este arte impulsada por el artista Joan Martínez y por sus ganas de triunfar.

"Realmente en esto del tatuaje a veces hay un poquito de tabú en cuestión de las chicas, les da un poco de pena, yo apenas empezaba a conocerlo y me dice, por qué no aprendes, porque a veces a muchas chicas les da pena tatuarse con un hombre, ahí fue donde me empecé a interesar, empecé a practicar y aquí estoy, dos años después", reconoce.

Aunque ella estudió otra cosa, le empezaron a gustar los tatuajes y de la nada empezó a interesarse y practicar, si bien es un circulo más de hombres en los últimos años hemos visto más chicas en exposiciones, aunque considera que a veces los chicos no las toman en serio por ser mujeres, y no hay tanta demanda.


"Lo que más me gusta es conocer a las personas, fíjate que de cierta manera vienen y se relajan y terminamos a veces siendo, pasamos de ser tatuadores a terapeutas, vienen, se desahogan, nos cuentan sus historias, del por qué se tatúan esa imagen, es muy padre conocer del otro lado del cliente", mencionó.

En cuanto a complejidad, ha hecho hasta un tatuaje de un brazo completo que le llevó siete horas, aunque todavía sigue aprendiendo, pues el tatuaje sigue evolucionando, Paulina cree que es genial que haya más aceptación en este ámbito, pues las mujeres se están integrando más, las toman más en serio, vas a las exposiciones y ven más chicas, eso la hace sentir más estable, que sí pueden salir adelante.


"Ya hay más chicas, y señoras, por qué no, que ya se animan a decir, no me voy a reprimir, en mi tiempo me juzgaban o me decían, desgraciadamente juzgaban o decían que eran los que andaban los tatuajes drogadictos y muchas cosas, pero ahora ya hasta las señoras vienen y se tatúan y dicen ya lo puedo hacer, ya no me van a ver mal, ya puedo lucirlo, es como parte de un accesorio, de nosotros llevar algo tanto familiar como recuerdos, y es muy padre, es muy bonito", relató.

Y es que los tatuajes empoderan, es una expresión de libertad, de decir sí podemos y miren hasta donde hemos llegado, aun cuando sus papás o parejas no las dejan, se van más seguras con un tatuaje en la piel.


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