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  • ALEJANDRA OROZCO

Piden apoyo para que Rebeca no se quede sin enfermeras

Tuxtla.- El 25 de septiembre de 2016, Rebeca Martínez López se encontraba haciendo su internado médico en el hospital Pascacio Gamboa… su mamá recuerda perfectamente que se fue de la casa muy temprano, no sin antes despedirse de ella como todos los días.


Tenía 25 años, más tarde les hablaron a sus papás para que fueran a traerla porque le dolía mucho la cabeza, y la encontraron convulsionando… Rebeca sufrió un evento vascular cerebral por una malformación arterio venosa en la parte derecha de su cerebro, por lo cual pasó dos meses en terapia intensiva.

“Ya me la habían desahuciado pero empezó a reaccionar, la subieron a piso, empezó a comunicarse con los dedos, traía sondas, una traqueostomía, el 16 de diciembre la dieron de alta y llegó una terapeuta a casa, el mismo día la ocluyen para que pudiera respirar normal, y a las 48 horas ya empezó a hablar, y con la terapia de deglución, los médicos no se lo explicaban”, señala Alba Esther López, su mamá.

Sin embargo, el defecto en su cerebro persistía, por eso el 6 de febrero la intervienen pero no completamente porque el defecto estaba grande, le programan otra embolización y el 17 de marzo la meten a cirugía… su mamá estaba notoriamente nerviosa, aunque el médico le había explicado que era una cirugía de cuatro a cinco horas y que en dos días estarían en casa, sin embargo pasaron ocho horas, médicos y enfermeras entraban y salían, nadie les decía nada.

“Yo pienso que fue una negligencia médica… no se prepararon con la suficiente sangre y Rebe se desangró… salió transformada, con la cabeza hinchada, de vuelta a terapia intensiva, le tuvieron que hacer una craneotomía de emergencia para que no se le estallara el cerebro, luego le pusieron una válvula, le dio una infección, en total se sometió a siete cirugías en menos de dos semanas, estuvo tres meses en terapia intensiva, le dieron de alta pero ya no recobró nada”, nos cuenta doña Alba.

Médicamente se le conoce como estado de mínima conciencia, en el que la paciente está sin moverse, voluntariamente Rebeca no mueve ni un dedo, necesitan moverla a través de las terapias, que es lo que le ha permitido estar en buena condición, no estar contracturada ni rígida… así han pasado más de cinco años que se encuentran en esta batalla.

“Es muy complicado ver a tu hija así, después de que era deportista, muy activa, y no es porque sea mi hija pero era muy buena niña, mis dos hijas, muy buenas hijas, inquieta, con muchos proyectos a futuro… es muy triste, seguimos la lucha, mi esposo decayó porque se sentía muy frustrado de ver a su hija así… el año pasado, el 22 de enero, él falleció por COVID, en ese entonces no había vacunas, se fue o yo pienso que se dejó ir, estaba tan agobiado, tan cansado y esta enfermedad fue tremenda”, nos comparte.

Su esposo se fue… doña Alba se quedó sola, con una pensión, pero que no le alcanzaría ni para pagar un mes de enfermería, Rebeca tiene un seguro de gastos médicos mayores que le da insumos, algunos medicamentos, enfermería y terapias pero aún así se gasta muchísimo, por ejemplo pañales usa 12 en un día, su alimentación, son muchos gastos, pero ahí van saliendo.


Hay un periodo que cubre el contrato del seguro, que se cumplió hace muchos años en cuanto a los servicios de enfermería, la póliza de los daba por un mes, pero la apoyaban con seguírselo brindando, por años, hace un mes le notificaron por parte de la aseguradora que ya no podían seguirlo cubriendo, este servicio se terminó el 18 de julio y ahora ella está absorbiendo ese gasto.

“No estoy diciendo que la aseguradora no cumpla, solo pido que se le siga otorgando esta ayuda, que le hagan una valoración, cualquiera puede ver su situación, jamás voy a pedir algo que no necesite, no hay con quien hablar, acabo de mandar información requerida como resúmenes médicos, las recetas de neurólogo, neumólogo, cardiólogo, estoy en espera de respuesta, porque su seguro tiene los suficientes fondos para cubrirlo, yo no sé cómo son sus partidas o cómo distribuyen el dinero pero se puede jalar, no veo por qué no si lo tiene, si se paga puntual, incluso un mes antes para que no haya ningún contratiempo”, explicó.

Los gastos al mes ascienden a 34 mil 100 pesos solo por cubrir el servicio de enfermería al mes, Rebe requiere dos enfermeras 24/24, pues ahora tiene 30 años y sola no puede atenderla, incluso dormir puede ser peligroso para ella, pues si no la supervisan y la almohada le obstruye la vía aérea, podría ser letal.

“Pues ahorita me estoy viendo muy muy apretada respecto a lo económico porque estoy absorbiendo yo lo que es enfermería, pero no puedo prescindir de ello, yo no sé, Dios me va a socorrer porque yo no tengo de donde, solo somos mi hija mayor que trabaja, Rebeca y yo, estamos solas”, señaló.

Cualquier apoyo para esta familia, ya sea asesoría con la póliza, algún donativo económico o un servicio de enfermería se pueden hacer llegar directamente a doña Alba al 9616490048.

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