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  • EFE

Rusia avanza entre las ruinas del Donbás y Ucrania se prepara para una larga resistencia

Moscú/Kiev.- Las fuerzas rusas continúan sus avances entre las ruinas de Márinka y tratan de cerrar el cerco en torno a Avdivka para ampliar su control en la región de Donetsk, mientras Ucrania se prepara para una larga resistencia entre dudas sobre la continuidad de la ayuda de Occidente.


"En las últimas semanas, las fuerzas rusas han tenido avances progresivos a través de las ruinas de Márinka, en Donetsk. Es probable que Rusia controle ahora su mayor parte", informó en la red social X (antes Twitter) la inteligencia militar de Reino Unido.

Presión rusa en las ruinas del Donbás

La dependencia militar británica indicó que "las fuerzas ucranianas siguen controlando barrios en el extremo occidental de la ciudad", que antes de la guerra tenía una población de menos de 10.000 habitantes.

"Está completamente arruinada (...) la gran mayoría de los edificios ha quedado reducida a escombros", señaló.

A su vez, el Estado Mayor de Ucrania indicó el miércoles que la zona más caliente del teatro de las operaciones sigue siento Avdivka, que Rusia pretende cercar desde octubre pasado, y cifró en 25 en número de ataques rusos repelidos por los defensores ucranianos en las últimas 24 horas.

La retaguardia ucraniana no se libró tampoco de ataques del Ejército ruso, que lanzó en la noche del martes 48 drones kamikaze Shahed, 41 de los cuales fueron derribados, según informó la Fuerza Aérea de Ucrania.

Los drones, lanzados desde la península ucraniana de Crimea, ocupada desde 2014 por Rusia, y la fronteriza región rusa de Kursk, alcanzaron objetivos en la región de Jmelintski, en el oeste de Ucrania.

Búsqueda de apoyos en EE.UU.

Sin embargo, Kiev se toma en serio una posible reducción del apoyo occidental tras el fracaso de la contraofensiva, los esfuerzos de Hungría en bloquear la ayuda europea y las tensiones políticas entre demócratas y republicanos en Estados Unidos, que están entorpeciendo la asignación de fondos para Ucrania.

Una delegación integrada por Umérov, el presidente del Parlamento, Ruslán Stefanchuk, y la mano derecha de Zelenski, Andrí Yermak, viajó a Washington para intentar convencer a congresistas y senadores republicanos de que aprueben nuevos paquetes de ayuda.

Yermak alertó la víspera que existe “un gran riesgo” de que Ucrania sea derrotada si no se desbloquea la asistencia estadounidense.

Zelenski también debía sumarse a este esfuerzo con un discurso ante el Senado de Estados Unidos, donde hoy se votará un paquete que incluye más de 61.000 millones de dólares en ayuda militar para los ucranianos, pero canceló a última hora su intervención sin explicar motivos.


Sí participará, en cambio, en la cumbre telemática de líderes del G7 que acogerá el miércoles Japón.

La Casa Blanca avisó este lunes al Legislativo de que el dinero que tiene para Ucrania se está acabando y que se agotará antes de que termine el año.

La embajadora ucraniana en Washington, Oxana Markarova, reconoció en la televisión que el acuerdo entre demócratas y republicanos que permitiría destinar fondos a Ucrania "lo más probable es que no sea respaldado".

"Esto no es una traición (...) es una falta de apoyo de carácter técnico y no tiene que ver con Ucrania", indicó.

Ucrania está en problemas, según el Kremlin

El Kremlin también aludió a esta situación, que calificó de "difícil" para Ucrania.

"Ustedes ven la difícil situación actual, relacionada con la continuidad del envío (a Ucrania) de recursos económicos. Los ucranianos están en una situación evidentemente complicada, por eso lo están pasando mal", dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.

Reiteró que para Moscú "lo más importante es lograr nuestros objetivos" en Ucrania.

"Naturalmente, sería preferible alcanzar estos objetivos por medios político-diplomáticos. Pero mientras Occidente y los ucranianos rechacen estos métodos, la operación militar especial continúa", zanjó.

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