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  • ALEJANDRA OROZCO

San Cristóbal, mi amor

SCLC.- En las pasadas semanas, ha sucedido una serie de hechos violentos y fatídicos: inundaciones, presencia de personas con armas, fallecidos, miedo y pánico en las calles de San Cristóbal de las Casas que afectan a sus habitantes tanto como a los turistas y a quienes viven de ofrecer sus servicios y productos, por eso, es necesario que recordemos la belleza de este pueblo mágico, para que no se vea opacada por tales situaciones.


San Cristóbal se ubica a 40 minutos de la capital del estado, sin embargo, desde el clima se siente una gran diferencia, y es que la capital se ubica apenas a 522 metros sobre el nivel del mar, mientras que este pueblo mágico está a 2 mil 200, y esa diferencia de mil 678 metros lo es todo, pues el clima cambia totalmente.

Recuerdo que una vez, una amiga de León, Guanajuato iba a venir de tour a Chiapas con su familia en las vacaciones de Semana Santa, por lo que me pidió tips y me preguntó qué tipo de ropa debía empacar, yo me moría de calor en plena primavera y le dije que se trajera pura ropa cómoda como shorts y playeras, pero se me olvidó que además de ir a Palenque y otros destinos, iba a pasar a Sancris.

La pobre casi me mata cuando sintió el frío del lugar y ella andaba en chanclas, tuvo que comprar ropa de frío y asunto arreglado, pero es que la diferencia sí es abismal entre una ciudad y otra a pesar de su cercanía, y por eso los tuxtlecos huimos a este destino cada que podemos.


A mi siempre me ha fascinado San Cristóbal: su clima, sus fachadas coloniales, sus andadores pintorescos, los negocios locales y la oferta extranjera, la diversidad que se observa entre los caminantes, la oferta de shows, variedad culinaria, postres y otras experiencias que sólo ahí se pueden vivir, en fin, me encantaría vivir ahí y viajo cada que puedo.

A Sancris se le puede visitar de entrada por salida, se puede ir uno a buena hora para desayunar, comer, caminar, tomarse un cafecito y regresar a buena hora, o te puedes quedar una o dos noches, pues la vida nocturna vale mucho la pena y hay bares y tabernas para todos los gustos, así como actividades en familia, en pareja o para amigos.

En lo personal, me ha tocado visitarlo de distintas formas: así como he ido a comer con mi familia, también he llegado con mis amigos para irnos de antro, lo he visitado en pareja para ir a cenar y dormir en el frío, he ido a eventos sociales, he llevado a mis hijas, hasta me ha tocado visitarlo para hacer notas, siempre hay algo interesante por ahí.

Recuerdo que una vez fuimos a un bar de jazz donde nos tomamos unas copas y escuchamos muy buena música, o ir a cenar una pasta con un vinito, también me encanta tomar café en las tardes templadas con un postre rico, o desayunar en algún lugar colorido, no puede faltar el café, jugo, fruta y algún platillo principal.

Dentro de lo que se puede hacer en Sancris también está el Museo del Cacao, me tocó visitarlo una vez y nos dieron a probar el cacao de la región en una bebida típica, así como vimos el proceso de elaboración del chocolate, también es padre ir a los andadores a comprar ropa o zapatos, y llegar hasta Santo Domingo y comprar artesanías a los productores locales.

Dicen que también es un destino de turismo religioso, pues cuenta con templos con una gran arquitectura, como son Santo Domingo precisamente, la Catedral, y hasta fue un destino visitado por el Papa Francisco, lo cual resalta su importancia, ya casi todos reabrieron tras las afectaciones por los sismos de 2017.


Su Mercado de Dulces también es una joya, pues se encuentra lo que en ningún otro lugar y hay pasillos y pasillos de coloridos y deliciosos postres, ya sea azucarados, a base de fruta o de otro tipo, entre ellos los turrones, nuégados, gasnates, frutas cristalizadas como higo, papaya, chilacayote, calabaza y muchos más… ah, y eso que no hemos hablado de su pan.

Este destino también destaca por la elaboración artesanal de su pan, que se distingue de los de otros municipios por su sabor dulce combinado con canela, recién horneado es otra onda, y suele tener un sabor peculiar, incluso hay barrios famosos por su elaboración, como el de Fátima.

No sé si se me esté olvidando algo… pero este municipio es un lugar único en el mundo, y aunque lamentablemente está pasando por una mala racha, hay mucha gente que depende económicamente de la principal actividad: el turismo, y vale la pena rescatarlo visitando este destino y disfrutando de su magia.

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