Sancris de fiesta: ¡que viva San Ramón!
Tuxtla.- El 31 de agosto se celebra a San Ramón Nonato, un santo que custodia al barrio del mismo nombre que es de los más tradicionales en San Cristóbal de las Casas, se le denomina el santo de las embarazadas, lo invocan para un buen nacimiento o para poder concebir, y un día antes, en la víspera de su celebración, se acostumbra el anuncio.
Este anuncio es un factor común en las tradiciones católicas de nuestro estado, se trata precisamente de que todo el pueblo sepa que hay fiesta, que están alegres, combinando elementos religiosos, como la imagen del santo, y culturales, como la música, baile, y en este caso disfraces, Sancris aprovecha cualquier oportunidad para sacar a relucir su creatividad.
Cada rincón de Chiapas tiene sus propias formas de celebrar diversas fechas, y en los Altos es muy común la presencia de personajes como “los panzudos”, personas disfrazadas como botargas voluminosas y máscaras de monstruos, que representan los pecados y dicen, a más pecados, más grande y feo es el disfraz.
Este viernes, cientos de coletos recorrieron las principales calles y andadores del pueblo mágico, al ritmo de batucada, también había bandas, y sobre todo mucha alegría, entre los disfraces destacaron los panzudos, payasos, monjas, hasta conos naranja de tránsito, también las emociones de la película Intensamente, entre muchas otras representaciones en las que echaron a volar su imaginación.
Las imágenes que representan a San Ramón tampoco podían faltar, a bordo de carros alegóricos, rodeadas de flores, eran veneradas por los creyentes, seguidos de la alegría de los bailes y los atuendos, que le dieron la vuelta al centro de San Cristóbal, ante la mirada de los curiosos quienes tomaban fotos y videos a la procesión.
Hasta atrás, venían los jinetes a caballo, así como algunas familias repartiendo el famoso “preparadito”, una bebida a base de pox, piña y leche que van compartiendo entre los asistentes, hay familias enteras y disfrazados de todas las edades listos para ser parte de la fiesta.
Dicen los que saben, que este peculiar desfile se conoce como el “Desfile del follaje”, que se prepara con un año de anticipación y no solo representa la fe de la comunidad, también celebran su identidad y la herencia cultural que hasta hoy en día impera, son más de ocho décadas en las que ha persistido esta tradición, que trasciende de generación en generación.
No cabe duda que San Cristóbal siempre es una buena opción y sigue sorprendiendo a los visitantes, este mosaico cultural que lo distingue ante otros municipios, en cada época del año tiene algo que celebrar y ofrecer culturalmente hablando, que ahora se engalana para rendir tributo a quien a su vez, es patrono de uno de los barrios más tradicionales.
En estos festejos, se dice que se coloca en la parte exterior del templo varias tinajas con agua bendita perfumada, y a diferencia del barrio de San Antonio, aquí se le conoce como “agua de San Ramón”, se le atribuye la gracia de mover el favor divino para pedir el habla de los niños o para curar la tartamudez.
Actualmente la artesanía representativa del barrio es la alfarería, la cual es elaborada con barro, trabajada con un pedal y moldeada en torno con las manos para darle forma y tamaño de acuerdo al tipo de trabajo solicitado, destacan los vasos, platos y maceteros, en la zona se encuentra uno de los más importantes talleres de alfarería en el que se fabrican vajillas, floreros y macetas entre otras piezas, incluso pisos y losetas.
En cuanto a gastronomía, destaca el delicioso pan que sale de sus hornos, como cazuelejas, rosquillas de anís y canela bañada en ajonjolí, pan francés, figuras imaginativas y marquesote, además se especializa en la confección de dulces típicos como chimbo -pan de yema y almíbar- las cajetas, las figuritas de yema, mocas, quesadilla de arroz, gasnates y turrones.
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