Se seca el río Pijijiapan por primera vez en la historia

Tuxtla.- Pese a la riqueza hídrica que persiste en la mayoría del territorio chiapaneco, está pasando lo que parecía muy lejano, lo que solo pensábamos que sucedía en el norte del país: nuestros ríos se están secando, o al menos uno de los más caudalosos de la zona costera del estado, el río Pijijiapan, por primera vez en la historia está seco, convirtiéndose en un río de piedras.

Fue el pasado fin de semana cuando sus habitantes se dieron cuenta de que se secó, prácticamente de un día a otro pasó de tener zonas aún con agua a estar seco, esto debido a la sequía que impera en la región y se está agudizando en esta zona, donde ganaderos, pescadores, habitantes y comerciantes se están viendo afectados ante la falta de agua.

Humberto Hernández, director del Sapam en aquel municipio, admite que los efectos del cambio climático los tienen preocupados, pues ya hacía dos años se habían dado cuenta de que este afluente iba disminuyendo, pero no de manera tan drástica, esto los ha orillado a tomar medidas como activar tres pozos de excavación de más de 40 metros para poder abastecer a la población, que asciende a 60 mil personas quienes ya comienzan a notar la falta del líquido en sus casas.

"Es primera vez en la historia que se mira el río Pijijiapan así, sin agua, sin nada, los pobladores estamos con esa preocupación porque no tenemos nada de agua, da tristeza ver el río, p’abajo nada de agua, nosotros recorrimos tres días y no hay nada, no hay nada de agua, los peces se están muriendo”, lamenta doña Irasema, quien camina sobre el Puente del Ferrocarril, emblemático en este municipio.

Sin embargo, ya no es necesaria esta vía: el río se puede cruzar a pie, ante la falta de agua, que también ha cambiado la fauna de peces por aves, que reposan en las piedras y se van, sin alimento, mientras la gente al pasar mira el lugar que antes, incluso se llegó a desbordar, como en el 98 y en 2005, con el huracán Stan.

"Le comentaba a mi mamá que en 22 años es la primera vez que veo el río seco... es triste pero las razones por las que pasa también están, el calentamiento, pero más allá del calentamiento las lluvias también han cambiado mucho", consideró Ramiro; aquí la mayoría de los habitantes tienen pozos en casa, pero estos fueron los primeros en secarse, augurando que la cosa no pintaba nada bien.

Para poder bombear agua a todos los barrios, están haciendo funcionar la maquinaria por periodos de 2.5 horas para descansar 1.5, disminuyendo al 40 por ciento la distribución, ya que el sol también está en su punto y no quieren sobrecalentar los equipos, temen que esta medida no es eterna, y que les gane el desabasto antes de que caigan las primeras lluvias y vuelvan a alimentar el afluente.

Este río converge en el mar, en la comunidad de Chocohuital, donde la famosa bocabarra le da paso a las aguas dulces para juntarse con las saladas, pero tiene ya un año que según sus habitantes la bocabarra se volvió a cerrar, se azolva ante la falta de fuerza hídrica, que hace que baje el nivel y los peces regresen al mar, o se queden atrapados en el estero.

"El río avienta el agua y la bocabarra es la que la jala, ahorita hay posibilidad de que el agua del estero caliente un poquito más, empiece a levantar lama, cosas así, como va a bajar más el nivel ya no va a tener el mismo nivel de influencia que tiene", señala don Daniel, pescador y lanchero del lugar.

Aquí el turismo ha bajado hasta en un 90 por ciento, y la pesca hasta en un 70 por ciento, que eran la principal fuente de economía de la comunidad, de ahí su preocupación por este fenómeno y sus efectos, pues hasta la ganadería está mermando al no haber pastura suficiente y enflacar las reses: toda la vida económica depende del agua, esa que no ha caído desde el año pasado.

"Hemos sido afectados en la pesca, tenemos que migrar a la otra bocabarra que son 15 kilómetros, nos implica más gasolina, invertir más, a como son los tiempos ahorita no hay mucha pesca, la pesca aquí en Chocohuital está parada, el turismo de la bocabarra igual", señala Fernando Rivera.

En una comunidad tan cercana al agua, pero tan estancada ante la falta del recurso en otro sistema, se siente la tristeza en el aire… la gente está optando por ahorrar el agua, reutilizar la de la lavadora para los baños, ir con los vecinos, todo para cuidar la poca agua que les queda y rezando por que no llegue a niveles críticos, si bien otros periodos de estiaje había bajado, nunca pasaba de los 60 centímetros, y en esta ocasión, la última lectura fue apenas de 17.

"Aquí para los restaurantes es pargo, robalo, mojarra, y ahorita dónde la vamos a agarrar, tenemos que comprar muchas veces de viveros, ese es el problema, pero bueno, hay que soportar", dijo Ismael Peña, restaurantero, quien también espera que la naturaleza sea buena y pronto llueva sobre esta porción cálida en clima y gente.