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  • VANESA RODRÍGUEZ

Ser enfermera y haber sido contagiada dos veces por el Covid no ha cambiado mi vocación de servir

SCLC- María de Lourdes Ramos Hernández, desde niña tuvo la ilusión de ser enfermera militar, pero por cuestiones económicas no pudo viajar y cumplir ese sueño, sin embargo egresó como enfermera del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep) en esta ciudad, y actualmente son 16 años ya de dedicarse a esta “noble profesión” de 47 años de edad, y por la vocación ahora ya es licenciada en enfermería y labora actualmente en el Hospital de la Mujer de San Cristóbal.


“Ser enfermera es vocación, amor, los pacientes no son clientes, son seres humanos que necesitan una atención con cariño, respeto. Afortunadamente tuve la desgracia de contagiarme dos veces, que gracias a Dios aquí estamos luchando contra este virus, preocupados porque corremos el riesgo de contagiar a la familia, nos contagiamos porque muchas personas cree que es una mentira el COVID, llegan y no nos dicen que llevan algunos síntomas, y al tener contacto adquirimos el virus”, dijo.

Entrevistada para este medio de información en conmemoración al día de la enfermera y enfermero, consideró que otro factor por el que se contagió, fue la falta de proporción de insumos y eso ha provocado que muchos trabajadores de salud se hayan contagiado.

“La primera vez que me contagie sentí mucho miedo, impotencia, llore al saber que corría el riesgo de contagiar a mi familia, mi esposa es hipertenso y lo contagie, y mas que mi salud, me preocupa mi familia, perdimos un familiar por COVID y eso me puso mas mal, no sabía que iba pasar conmigo, cómo iba evolucionar el virus, gracias a Dios Salir del cuadro, y ahora tengo muchas ganas de ayudar a la gente, de darles ánimo porque creo que la mayor medicina para los pacientes es la atención que como personal hacemos”, refirió.

A 16 años de ser enfermera, le gustaría dar aún más por sus paciente y es por eso que ha buscado instituciones para poder prepararse y dar a sus pacientes una atención digna, pues en ocasiones ellos han tenido que cooperar como enfermeras para poder solventar medicamentos que no tienen como institución de salud y los pacientes por la cuestión económica no pueden solventar.

Algo que ha marcado su vida, fue ver morir a una paciente que dejó a gemelos solo con el papá, ya que no recibió la atención profesional en tiempo y forma, y fue después de haber sido manipulada por una partera según las costumbres de su lugar de origen, “eso me puso a pensar que debemos seguir preparándonos”.

Ramos Hernández está consciente que no todas las enfermeras tiene esa vocación, sin embargo afirma que la gran mayoría o un 90 por ciento está comprometido y dan todo lo mejor, pues saben que el mejor pago es “la sonrisa del paciente que aun con sus dolores se va contento de haber recibido y que su salud a mejorado”.

A pregunta expresa sobre qué siente ver que la población no se cuida por el COVID manifestó: “siento impotencia, quisiera ponerles a todos el cubre boca y decirles que no es mentira, que muchos de nosotros hemos perdido familiares, pero que vamos a estar laborando para que reciban atención, pero nos deben ayudar poniendo de su parte cuidándose, ese miedo que le han perdido al virus, está provocando que lleguen más personas contagiadas”.

Hizo un llamado respetuoso a la población para que sigan los protocolos ya emitidos, haciendo conciencia, pensando en la familia y más vulnerables.


Lourdes Ramos, tiene la fortuna de que sus hermanos y hermanas también se dediquen a la enfermería, y sus 2 hijos les gustó esta noble vocación, y aunque saben que actualmente son personal de riesgo por el COVID, no se arrepienten de poner en riesgo su vida por salvar la de otra, aparte de ausentarse de su familia para evitar contagiarlos.

El recibir en el Hospital de la Mujer a pacientes embarazadas, el recibir a los bebes, es para ella “una bendición, el primer llanto de un bebe, es lo mejor que como personal de salud podemos vivir”.

“Cuando sabemos que la guardia salió bien, nuestros pacientes están bien, nos vamos satisfechos a casa. Y con la pandemia seguimos un protocolo, siempre nos sanitizamos antes de ver a la familia. La segunda ocasión en que me contagie del COVID sentí mucho miedo, no fue fácil, la primera no hubieron muchos síntomas, pero la segunda vez fue más fuerte, y ese temor de no ser fácil respirar y no saber qué va pasar me asustó”, citó.

El 6 de enero se celebra en México el Día de la Enfermera, por lo cual envió felicitaciones a sus compañeras reflexionando que “un día sin enfermeras en un Hospital no puede existir, los cimientos de un hospital son las enfermeras, gracias por existir porque he recibido atención de las enfermeras”.

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