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  • RUBÉN PÉREZ

Sociedad civil se une en favor de la población migrante

Tuxtla.- Atenciones médica y odontológica; análisis clínicos, labores de limpieza, alimentos y bebidas, así como un poco de la “palabra de Dios”, fue parte de lo que organizaciones civiles y religiosas efectuaron este fin de semana en favor de cientos de migrantes que, desde hace meses, han ocupado un espacio del estacionamiento de la Plaza las Américas para pernoctar mientras buscan continuar hacia los Estados Unidos.


Desde temprana hora del sábado, elementos del Heroico Cuerpo de Bomberos, Fundación Pablo Guardado Chávez, Club de Leones e iglesias comenzaron con el aseo de los espacios que ocupan las personas en movilidad, la mayoría de Venezuela, para con ello mantenerlos limpios y que se eviten focos de infección.

Vanesa Traconis, directora nacional de Red Salud, reconoció el esfuerzo que hacen las asociaciones civiles y religiosas para llevar a efecto una campaña de solidaridad y humanismo para atender a esa población.

RIESGOS SANITARIOS

La intención de la jornada, dijo, era evaluar los riesgos sanitarios que ellos pudieran tener y que afecten a la población local, “por eso trajimos médicos, análisis clínicos, una jornada odontológica y todo lo que ellos necesitan como alimentos y ropa”.

Para ella, agregó, es importante hacer más campañas de este tipo y, principalmente, que se sumen más agrupaciones, “porque todos somos uno, y pensar que cada vez hay más personas migrantes, y muchas veces no se tienen las condiciones para recibirlos, pero ellos salieron de sus países no por gusto, sino por necesidad”.

Gerardo Díaz Solís, secretario de Comunicación Social de la Federación Estatal de la Productividad del Estado de Chiapas (Fepechis), resaltó que muchas veces las dependencias gubernamentales no se dan abasto para atender a todas las poblaciones, por ello, puntualizó que es necesario que se sume la sociedad civil.

Explicó que, lejos de quejarse, lo que buscan es sumar o aportar a quienes lo necesitan, “fijarnos en esas áreas que el gobierno no atiende por X o Y razón; por eso no tenemos que esperar a que alguien quiera hacer algo”.

“Sabemos que es difícil salir de sus países por diferentes cuestiones, ya sea por inseguridad, por la economía, o por cuestiones del medio ambiente, por eso nos unimos para apoyarlos con diferentes servicios”, dejó en claro.

VAN POR MÁS CAMPAÑAS

Mencionó que en un futuro no lejano tratarán, por medio de la Fundación Red Salud, de bajar más recursos para que a este tipo de poblaciones se les dé una atención más completa, “es decir hacer campañas más constantes, porque sólo ayer (pasado viernes) llegaron entre 800 o mil migrantes”.


Durante la campaña, celebrada este sábado de 8 de la mañana a 2 de la tarde, se observó la participación de migrantes de todas las edades, quienes incluso reconocieron este esfuerzo, el cual disfrutaron mucho.

Francisco Napabé, pastor de la iglesia “Casa Cristiana Amor, Fe y Esperanza”, agradeció a Dios por el tiempo que les dio para participar en la campaña, y no sólo otorgar el alimento físico, sino el espiritual, “creo que es tiempo de llamar a la unidad, en este tiempo que tanta necesidad existe”.

Desde hace como un par de años, recordó, se vive el fenómeno de migración con más fuerza, “en cantidades como nunca antes habíamos visto; e independientemente de la situación que ellos viven o la problemática que enfrenten, nosotros tenemos una responsabilidad como ciudadanos, de sembrar un granito de arena en estas familias, sobre todo en esos niños que son muy pequeños”.

El también presidente del Consejo Interreligioso de Chiapas destacó que lo más importante de todo fue haberles compartido la palabra de Dios y darles una palabra de esperanza. “Es lo importante, que lo conozcan, que sepan de su amor”.

UNA DE TANTAS HISTORIAS

El 16 de agosto, Noraima, su hija y sus tres nietas salieron de Venezuela en busca de llegar a los Estados Unidos y mejorar su condición de vida.

Sentada en el estacionamiento donde se lleva a efecto la campaña de ayuda, la madre soltera cuenta que allá se dedicaba al comercio, pero ante la crisis económica, no le quedó de otra que emigrar.

“Ya habíamos logrado llegar a la Ciudad de México, pero nos agarró ‘’la migra’ y nos regresó”, lamenta quien, para emprender el viaje, tuvo que vender todo, hasta su casa.

A dos meses de haber salido, subraya que el trayecto y la espera ha sido cansado, “pero estas acciones de la sociedad que nos apoya son bonitas, porque las necesitamos”.

Aunque se siente decepcionada porque han sido víctimas de extorsión, afirma que no dejará escapar su anhelo de llegar a tierras estadounidenses, pese a que le han negado en tierra mexicana la visa humanitaria y aunque sus nietas se han enfermado en el trayecto.

“Pero vamos con Dios por delante. Él no nos deja, como lo vemos ahorita, que vienen a apoyarnos, a darnos atención médica, comida, todo”.

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