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  • ALEJANDRA OROZCO

Suchiapa, de fiesta por Corpus Christi

Suchiapa.- Durante toda la semana, Suchiapa ha celebrado la semana grande de su feria, la fiesta más significativa que se celebra por segundo año luego de haberse suspendido por la pandemia… es el Corpus Christi, en la que veneran al Santísimo Sacramento a través de ofrendas, bailes y su fe.


Desde el domingo, cientos de danzantes se reunieron en El Cerrito, algunos representando al tigre, otros al chamula, pero todos con la misma fe y devoción para rescatar sus tradiciones, vivir su devoción y pedir por las cosechas, por la salud, por la paz y por las intenciones de cada uno.

La semana comienza con la “topada” de la fiesta, en la que los personajes se reúnen en el punto antes mencionado y de ahí, salen en un recorrido acompañados por el tambor y el Carrizo, así avanzan cuatro kilómetros haciendo la representación de la batalla entre David y Goliat, llegando a la iglesia del pueblo para rendirle culto al Santísimo Sacramento.

El miércoles por la noche, todo el pueblo sabe que no duermen: desde alrededor de las 11 de la noche, comienzan a reunirse para bailar y bailar, en el “rompimiento” de la fiesta, para luego llevar ofrendas en forma de somé, de flores o de velas a la cofradía del Santísimo Sacramento al igual que a la iglesia, ahí cada quien hace sus peticiones, pero es una fiesta de toda la noche que no para hasta alrededor de las seis de la tarde del día siguiente.


Jorge Grajales es el joven que este año representa a la serpiente emplumada o el gigante, y señala que le toca una danza que es muy pesada: la Danza del Gigante -no del Calalá, como se piensa-, que se vive del martes al domingo todos los días, sin embargo este día grande del rompimiento, el vicario entra a la Ermita en la madrugada, y al día siguiente, de 2 de la mañana a 10 de la noche, continúa la celebración.

“Me siento feliz, contento porque es algo muy satisfactorio para mí portar la serpiente emplumada, no a muchos se les da, es difícil ser seleccionado”, compartió, mientras su familia se encargaba de servir el cocido de res que se ofreció para el desayuno, que por cierto, se sirve una hora antes de lo normal, pues allá no se rigen por el horario de verano, sino por el “horario de Dios”.

Don Porfirio Hernández, seguidor del prioste y conocedor de esta tradición, nos cuenta que la fiesta es movible, cae en distintas fechas, para que caiga jueves de Corpus, que eso sí es de rigor, durante toda la semana el baile no para, así como tampoco lo hacen las ofrendas, el somé o el maíz.

“El gigante o serpiente es Goliat, y gigantillo como lo llamamos nosotros es el Rey David, hay pasajes donde se pelean, pero ellos son el personaje principal, el Calalá o venado es aparte, es secundario, así como los tigres y los chamulas”, nos explica.


Desafortunadamente, el año de pandemia que no hubo festejo les repercutió de manera negativa, pues es devoto tradicionalista y considera que han pedido feligreses por dejar de celebrar, estas personas, señala, se han hecho protestantes, y lamenta que así sea, pues ellos buscan conservar su fe y sus tradiciones religiosas.

Esta fiesta la hace el pueblo, a diario se regala comida, como el cocido de res, chanfaina, picadillo, además de pozol y café con pan diario, una buena forma de tratar a los visitantes que no solo son la gente del pueblo, se unen personas de otros municipios e incluso de otros países, quienes observan las danzas con asombro y las documentan con sus cámaras.

Suchiapa está de fiesta y lo seguirá estando hasta este domingo, que acabe la celebración y todo vuelva a la normalidad, ya que toda la semana de celebraciones ininterrumpidas son lo que más esperan en el año, el misticismo de los disfraces y los colores de los atuendos se mezclan en las calles con el olor a cuetes, al trago que llevan los danzantes para aguantar y a la leña con que se cocinan ollas y ollas de comida para que nadie se quede con hambre.

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