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  • ALEJANDRA OROZCO

Suri Guzmán, chiapaneca y mexicana que inspira

Tuxtla.- Si hay algo que nos atrae de Copoya, sin duda es su glorioso Cristo, el más grande del mundo, la tradición de la subida y la bajada de sus tres vírgenes, así como su tradicional comida zoque… Suri Guzmán es originaria de este ejido, cocina desde pequeña, dice que aprendió con su abuelita, mamá y tías, hace siete años que inició una aventura que hoy, la ha hecho merecedora al reconocimiento nacional e internacional.


Hace poco, una marca mexicana la galardonó entre los 100 Mexicanos que Inspiran, que reconoce a lo mejor del país en cuanto a conservar las tradiciones, fomentar el consumo local y otras acciones que ayudan a construir un mejor país, pues en su cocina, le da empleo a mujeres de la región a la vez de generar ingresos para su comunidad y preservar la cultura zoque a través de sus platillos.

“En un inicio, había muchas personas en la comunidad que venían y no había nada que consumir, venía la gente y se iba, entonces nos organizamos con muchas señoras para crear este espacio, yo soy odontóloga de profesión, pero me organicé con una amiga para darle empleo a las señoras, para empoderarse y llevar sustento a la familia, hoy en día seguimos aquí”, comentó.


Este espacio único se encuentra justo a un costado del Cristo de Copoya, un lugar rústico que huele a leña, con un mirador impresionante que brinda la mejor vista a la capital, donde se cocina a la antigüita, ya que le recomendaron que si quería preservar la comida como la gente la conoce, no le debía cambiar ningún ingrediente, y ha funcionado muy bien.

"Aquí el más tradicional que vienen a buscar es el ningüijuti, que es una comida tradicional zoque, hecha a base de chile bolita, tasiagual, tomate, un toque de limón y se sirve en las fiestas de las virgencitas, aquí lo acompañamos con una sopa de arroz, tortillas hechas a mano y frijoles de la olla", comentó, mientras un platillo se sirve detrás de ella, recién salido de la olla de barro, expuesta a la leña.


En su menú también se incluye el frijol con tasajo, la pepita con tasajo, el caldo de gallina y por supuesto de res, cochito horneado, chipilín con bolita, costilla con puerco, chiles rellenos, mondongo o mole con pollo, y para tomar puedes pedir un cafecito de la olla, pozol blanco o de cacao, tascalate, chocolate artesanal o aguas frescas, todo servido al momento con tortillas hechas a mano, arroz, frijol con queso y crema chiapaneco.

El reconocimiento que La Costeña le acaba de dar, es porque a través de la cocina tradicional, ha abonado a la reactivación del turismo y el comercio local, también acaba de recibir un reconocimiento y homenaje junto a otras cocineras tradicionales de los pueblos indígenas, y está por representar la cocina tradicional chiapaneca en Toronto, en un festival que celebran cada año de música y gastronomía, al que asistirá como única representante de México en septiembre, dice que va a llevar chipilín y otras recetas locales para compartir en ese país lo que se hace y se consume aquí.


"Me gusta seguir preservando la cocina tradicional, más que nada de aquí de Copoya, me siento muy bien, me siento orgullosa de lo que he ido logrando poco a poco, que no se pierda, que se siga preservando y más que nada que se siga dando a conocer, y aquí en un futuro que sea un parador gastronómico, aparte tenemos el Cristo más grande del mundo, las virgencitas y los artesanos, es un gran destino”, finalizó.

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