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  • ALEJANDRA OROZCO

Transporte escolar afectado por el no regreso a clases

Tuxtla.- Son incontables los sectores que están sufriendo los estragos del COVID-19, sin embargo, los relacionados directamente con la educación normal, no ven para cuándo recuperarse, entre ellos quienes se dedican al transporte escolar.



Por ejemplo, Luis Manuel García, quien desde hace 32 años opera una unidad de transporte escolar, él estudió administración y combinó su carrera con el trabajo, pero al final se quedó con este negocio que le ha sido fiel, hasta que se atravesó la pandemia.

“A partir de que se dio la luz roja, cerraron las escuelas y nosotros vivimos de eso, quedamos sin trabajo y algunos padres se comprometieron a seguir pagando, unos sí han pagado, otros no, y aunque esté el semáforo en amarillo, aún no hay escuelas abiertas ni contrataciones, desde marzo estamos así, con la unidad parada, como las de mis compañeros”, cuenta.

Incluso, entre sus compañeros hay muchos adultos mayores que han vivido de esto y no pueden trabajar, porque también son vulnerables al contagio, ante lo cual no ha habido apoyo de gobierno ni de otro tipo, sin embargo, ellos tienen que estar al día con todos sus requerimientos.

“Nosotros cumplimos con los requisitos anuales que nos exige la coordinación y no hemos podido recuperar lo que invertimos del ciclo pasado, es un negocio noble si lo sabes trabajar, pero ahorita no ha habido ninguna percepción para el gremio”, lamenta.

La esperanza que tienen es reactivar las escuelas y que vuelvan a contratarlos, sin embargo, no saben o no vislumbran que reactivando las clases se contraten sus servicios o hagan convenios: su futuro es incierto.

“Regularmente llevábamos 15 niños, y si de esos 15 niños nos dice la coordinación que debemos llevar un 50 por ciento serían siete niños, de esos siete niños cuánto te pagan, entonces prácticamente mejor no se va a trabajar o si se va a trabajar, no lo sabemos”.

En este caso, su trabajo no sería redituable, en promedio su gasto mensual de gasolina son de seis a sie7e mil pesos, por lo que los costos no salen y aparte, hay que ahorrar para pagar los seguros y requisitos del próximo ciclo, por eso consideran que la situación va a ser preocupante, están a la espera de un apoyo.



“No hemos podido recuperar lo que ya se pagó este ciclo, cuando nosotros siempre somos precavidos porque llevamos niños, es una gran responsabilidad y riesgo estar pendiente de ellos, con la otra persona a bordo”, comenta.

Por ello están dispuestos a apegarse a los nuevos lineamientos para poder laborar, pues además de una fuente de ingresos, es una gran satisfacción y vocación dedicarse a transportar niños y niñas.

“Me gusta el acercamiento con los niños, el contacto con los niños, el poder convivir con ellos, extraño más que nada eso, las bromas de los niños, los momentos en ocasiones problemáticos con los niños, que se pelean, discuten, les hablas y les dices, ahí no puedes gritarles ni hablar fuerte porque se quejan, tampoco contestar insultos de otros conductores”, recalcó.

Aparte del transporte, se dedica a la fotografía y video, pero tampoco hay eventos sociales por la pandemia, por lo que se encuentra atado de manos; con su tiempo libre decidió incursionar con las transmisiones en redes sociales y volverse promotor deportivo, esperando pronto el cambio de color del semáforo que le dé luz verde para continuar con la labor que tanto ama y que lo llena de satisfacción.

 
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