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  • AFP

Un año ya de la pandemia


Como sabemos el tiempo no se detiene, incluso ante una pandemia parece que el tiempo se paralizará pero no es así. Hace un año confirmaban el primer caso de Covid-19 en México, el cual llegó por importación del extranjero. Obviamente desde que se dio el primer caso en el mundo y por la tormenta en salud que empezó a arrasar, lo primero que ocasiono fue la búsqueda desesperada d ella vacuna, la única esperanza. La pandemia más fuerte en un siglo ha matado en México, al menos, a 185 mil personas, aunque las estimaciones más precisas indican que el costo humano es mucho mayor. La pandemia también congeló nuestras vidas y las de la mitad del planeta y nos sumió en un letargo interminable de incertidumbre y miedo, con efectos socioeconómicos que aún no pueden dimensionarse. Todo ha sido como una pesadilla pero ya no ha caído el veinte siendo conscientes que no lo es. La pandemia del Covid-19, provoco la desesperación de la ciencia en búsqueda de la vacuna que nos pudiera aliviar. Y si, la ciencia tuvo avances enormes, con una producción masiva de estudios y el desarrollo, en un tiempo récord, de una docena de vacunas, cuatro de ellas ya están en México: Pfizer, AstraZeneca, Sinovac y Sputnik, y hay al menos otras tres en proceso de autorización. Pero es que también la emergencia de salud nos demando a actuar así. A estas alturas a diario sabemos que hay noticias sobre la vacunación contra covid-19. En México, el plan nacional para vacunar a la población mayor de 60 años esta ahora en marcha. El impulso inicial es alentador, no obstante que las fechas parezcan siempre tentativas o una expresión de deseo más que de agendas estrictas y asequibles. No vamos a mentir, ya lo sabemos la llegada de las vacunas a ocasionado dudas en la población, hay quienes no quieren vacunarse por miedo a que no sea cierto, pero hay quienes si están exigiendo las vacunas. Esta semana, por primera vez desde que se declaró la emergencia sanitaria, el 30 de marzo del año pasado, ninguna entidad del país está en una alerta máxima por la aceleración de la transmisión y la sobre demanda hospitalaria. Aunque la pandemia sigue activa, llevamos varias semanas en descenso. Pero ahora, comienza un nuevo reto: vacunar a más de 100 millones de personas. La esperanza esta fincada en que se mantenga el flujo de vacunas, en medio de un tormento mundial y el acaparamiento y la distribución inequitativa por parte de los países poderosos.

La verdad es que dependemos de una amplia y efectiva vacunación para limitar esta pandemia y para atenuar la tragedia que ha representado este virus. Faltan algunas semanas para evaluar si las estrategias de vacunación en marcha cumplieron con sus metas. En cualquier caso, la colaboración y la disposición de las personas a vacunarse son elementos cruciales para que la protección que la vacuna ofrece, funcione. Pocos países en el mundo enfrentan un desafío como México para vacunar a su población. La geografía se extiende en una orografía extensa e irregular, con zonas controladas por el crimen, y en condiciones de extrema desigualdad social. La verdad es que en nuestro país podría darse que el 30% de la población no se vacunara pero no es a falta de vacuna sino más bien a falta de intención y voluntad.

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