Un gesto de amor que da vida en Tuxtla
- NOÉ JUAN FARRERA
- hace 2 horas
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Tuxtla.- Raúl Coutiño es un apasionado amante de los animales —especialmente de los perros— cuya sensibilidad lo ha impulsado a dedicar parte de su vida, a mejorar la calidad de vida de los perros callejeros en Tuxtla Gutiérrez. Junto con su familia, dio inicio a una campaña altruista destinada a colocar dispensadores de alimento y agua, en algunas colonias de la ciudad, buscando aliviar el hambre y la sed de los perros en situación de calle.

Con materiales sencillos, muchos de ellos reciclados, logran construir estos “dispensadores de vida”, que no sólo benefician a los perros: también hay gatos que se alimentan y aves que encuentran agua en estos dispositivos.
Actualmente existen pocas iniciativas tan sencillas como poderosas. Gracias al esfuerzo de Raúl y su familia, y al apoyo de vecinos solidarios que se han sumado, estos dispensadores se mantienen activos, representando un gesto concreto de empatía y solidaridad hacia los animales que viven a la intemperie.
La acción de Raúl es un ejemplo inspirador de que, con voluntad, creatividad y trabajo comunitario, es posible generar un cambio —por pequeño que parezca— que mejora vidas.

En México la problemática de los perros y gatos en situación de calle es alarmante, según un estudio reciente, se estima que en el país hay alrededor de 88 millones de perros y gatos, de los cuales al menos 27.9 millones viven en la calle. De ese total, aproximadamente 18.8 millones de perros, deambulan en la vía pública, sin hogar ni cuidados. Además, cada año se registran cerca de 500 000 abandonos de perros en todo el país.
Este abandono masivo no solo representa una tragedia para los animales —hambre, sed, enfermedades, peligro— sino también un problema de salud pública. La sobrepoblación de perros callejeros incrementa el riesgo de enfermedades transmisibles, problemas sanitarios, y situaciones de maltrato o violencia hacia los animales.

Todos podemos hacer algo, recuerda, si estás pensando en tener una mascota, asume el compromiso completo: alimentación, cuidados veterinarios y, sobre todo, responsabilidad. Nunca adoptes o adquieras un animal por impulso, sin valorar el tiempo, espacio, recursos y cariño que requiere. Considera la adopción responsable, apoya o promueve iniciativas comunitarias, y difunde la importancia de la esterilización y el respeto hacia los animales.
Cada pequeño gesto —como el de Raúl— suma, pues si más personas se unieran, podríamos reducir drásticamente la cantidad de animales abandonados, mejorar su bienestar y reducir las consecuencias negativas para la sociedad.





