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  • ALEJANDRA OROZCO

Vale, un ejemplo de resiliencia y superación

Tuxtla.-  Cuando tenía 16 años, Valeria Tacías sufrió una caída en la escuela a raíz de la cual comenzó con mucho dolor en la rodilla, al punto que le hicieron varios estudios: le detectaron osteosarcoma en la pierna izquierda, presentaba una tumoración y entonces, comenzó su tratamiento en la Ciudad de México.


Esto para ella no fue fácil, pues al llegar al área de oncología entró en shock: un día estaba haciendo su vida normal, y al otro ya tenía un diagnóstico de cáncer, a pesar de que en su familia no había antecedentes de cáncer, los médicos le dicen que fue como sacarse la lotería pero para mal, un muy raro caso, se tuvo que someter a un año y dos meses de quimioterapia, así como una amputación y remodelación de la pierna, y le colocaron un catéter puerto por dentro.

"Fue muy duro, porque nadie en esta edad se va a imaginar siquiera un cáncer y más un osteosarcoma, algo que te cambia totalmente la vida, no tanto por el cáncer, sino porque en mi caso me quedé sin pierna, entonces los planes que yo ya tenía, muchas cosas en las que yo ya había pensado, me cambió muy drástico de la noche a la mañana, fue muy difícil física, psicológica y emocionalmente”, relató.

Debido a este proceso y sus efectos, dejó de caminar un año, no tenía fuerzas por la quimioterapia, ni ganas, apenas está comenzando con sus terapias de rehabilitación, en su momento dice que llegó a pesar 35 kilos, emocionalmente le fue muy mal, no se podía ni parar, pero el hecho de poder tocar la campana de haber librado el cáncer le dio una esperanza muy grande para seguir adelante; ahora está recaudando fondos para poder adquirir una prótesis con valor de 169 mil pesos, la está apoyando una fundación, por lo que todos los donativos pueden ser deducibles de impuestos, para así poder cumplir sus sueños.

"Número uno, quiero terminar mis estudios porque me quedé en la preparatoria, quisiera ser pedagoga, porque las fundaciones me ayudaron muchísimo, por estar más animada aguantaba más la frustración de estar en el hospital, por eso me gustaría regalar las sonrisas que un día me dieron a mi; número 2, me gusta mucho nadar, amo nadar y tengo como meta algún día irme a paralímpicos, antes me enfermaba mucho y por eso aún no podía hacerlo, ahorita poco a poco lo quiero retomar”, señaló.

Finalmente, invitó a ser más empáticos y respetuosos con la enfermedad, respetar los lugares para personas en silla de ruedas, los elevadores, pues a veces le llevaba hasta media hora subir de un piso a otro, así como no minimizar los síntomas, ella ya los tenía y por eso la diagnosticaron tarde, aunque aún no había metástasis, ya presentaba vómito, dolor de cabeza, en rodilla, y todo eso lo llegó a minimizar.

"Hay que comprender que un cáncer le puede pasar a cualquiera, no es signo de burla el tener un cáncer porque nadie pide tenerlo, y nadie se lo puede imaginar", finalizó. Si gustas apoyarla, puedes contactarla al 9614250287.

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