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  • ALEJANDRA OROZCO

Navegar de noche, nocivo para la salud


Tuxtla.- ¿Has escuchado el término vamping? Suena como algo vampiresco, y precisamente de eso se trata. Es una práctica que resulta de la unión de las palabras en inglés vampire (vampiro, por su actividad nocturna) y texting (enviar mensajes de texto a través de aparatos electrónicos), y está causando alteraciones a la salud.

Según la Fiscalía General del Estado, esta tendencia reduce nuestras horas de sueño, además causa la acumulación de neurotoxinas que dificultan un buen sueño, afecta las hormonas que controlan el apetito por lo que aumenta el riesgo de obesidad, disminuye la vista e interviene en el ciclo del sueño, haciendo que falle tu capacidad para aprender.

La psicóloga Andrea Sánchez explica que el vamping consiste en utilizar aparatos electrónicos antes de dormir con la consecuente reducción de las horas de sueño, un fenómeno en auge, sobre todo entre adolescentes, aunque los niños no se salvan, ya que tienen teléfonos móviles cada vez más temprano.

Problema científico y médico

Uno de los problemas del vamping reside en la luz azul de onda corta emitida por aparatos electrónicos como la tablet o el teléfono móvil, para conciliar el sueño, nuestro cuerpo segrega melatonina, que es la hormona que regula el ciclo del sueño, y el cerebro comienza a producirla aproximadamente dos horas antes de irnos a dormir. “Las pantallas de estos dispositivos tienen una iluminación con una longitud de onda muy parecida a la luz natural cuando es de día, cuando esta luz llega a la retina engaña al cerebro y le hace pensar que todavía no ha llegado la noche, si tenemos la pantalla con mucho brillo, esa sensación de luz diurna es mayor”, explica.

En cambio, los libros electrónicos con luz son los únicos que se pueden usar antes de dormir, porque equivalen al efecto de la lectura en papel, si bien hay filtros que reducen la luz azul, lo que no minimizan es la adicción a los dispositivos electrónicos.

Incluso, se dice que el uso habitual de pantallas antes de dormir genera una adicción comparable a la que se da con las drogas: no puedo dejar de usarlo y lo miran cada vez con más frecuencia, se acuestan con el móvil, mirándolo hasta la 1 o las 2 de la mañana, se despiertan de madrugada porque oyen una alerta y saben que ha entrado un mensaje y vuelven a mirarlo.

La experta comenta que esta dependencia produce síntomas como taquicardias y sudoración si no se revisa el teléfono, incluso hay estudios que refieren que les están llegando más nuevos casos de jóvenes con adicción al móvil que al alcohol.

Niños, sector más vulnerable

Según los especialistas, algunas investigaciones muestran que la falta de sueño provocada por el uso de las pantallas perjudica en mayor medida a los niños, ya que la producción de melatonina se reduce hasta un 90 por ciento más que en los adultos, además que presenta mayores niveles de uso de las nuevas tecnologías y la más vulnerable a la aparición de conductas adictivas.

Además de repercutir en la cantidad y calidad del sueño, la alteración en la segregación de la melatonina influye en el apetito, pues la luz de las pantallas inhibe la producción de esta hormona, aumentando la producción de neuropéptidos, que estimula nuestro apetito y la apetencia por alimentos más grasos y dulces.

Por esa razón, si no respetamos nuestros ciclos de sueño y, además, utilizamos pantallas antes de dormir, alteramos el proceso natural, tenemos más hambre, nos apetecen más dulces y engordamos más.

Varios estudios muestran que dormir entre tres y cinco horas menos de lo habitual lleva a consumir 385 calorías más al día, lo que trae consigo un aumento de peso si se produce de forma prolongada.

Al dormir, no solo importa la cantidad de horas, sino la calidad de nuestro sueño en todas las etapas, por ello es necesario descansar adecuadamente para rendir con eficacia, pensar con claridad, asentar la memoria y reaccionar con agilidad, lo que a su vez previene enfermedades como infartos, ictus o depresiones.

La mayoría de los pacientes adolescentes no tienen unas normas en casa sobre el uso racional del teléfono móvil, por ello, para prevenir el vamping y mejorar la calidad de sueño de los menores, hay que dejar de usar las pantallas dos horas antes de irse a dormir, sacar el móvil del dormitorio para huir de las tentaciones y fomentar una buena educación en higiene del sueño.

La televisión también se considera vamping, ante esto, una buena alternativa es la lectura y comentar cómo ha ido el día para irse a la cama, aunque muchos padres les dan el teléfono como solución “fácil” para que se duerma y no den lata.

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