- ALEJANDRA OROZCO
La culpa nos convierte en prisioneros
Tuxtla.- De la simplicidad de la vida a las 21 máscaras del ego, seguimos en el camino para saber por qué sufrimos, ya hablamos de las negaciones y hoy finalizamos las emociones, luego de hablar del abandono y el rechazo, hoy hablamos de la culpa.
Lakshmi señala que, en el abandono, hay un vacío que queremos llenar con el exterior, si no lo hacemos nos sentimos rechazados, lo llenamos con un “no” y después, te sientes culpable.
“A veces hay malentendidos que nos impide sanar la culpa, después de las negaciones pensamos: no sé hacer nada, no soy bueno, no merezco nada, cuando es culpa ni siquiera existe, no somos culpables, solo responsables”.
La culpa te hace hundirte, dramatizar y no ser simple, por lo general sentimos que no hacemos algo bien, y parte de la necesidad de que te valoren, es donde debemos hacer un alto y darnos cuenta que no es nuestra culpa, sino nuestra responsabilidad.
“Por ejemplo, no es lo mismo querer bajar de peso por salud, por estar y sentirme bien, a hacerlo para no ser una gorda fea o porque nos sentimos con baja autoestima, es cuestión de poco a poco ir cambiando hábitos”.
La justificación de la culpa no es válida, sino que tienes que empezar a hacer lo que te toca, es algo muy difícil en ciertas cosas, pero cuando echas o te echas la culpa es por algo que no hiciste; la culpa tiene que ver con el amor, con no recibirlo.
Por ejemplo, César habló de un motociclista que iba manejando en carretera con una chica de copiloto, pero ella no traía casco, la moto derrapó y ella salió volando, se golpeó la nuca con el pavimento y falleció, por lo que él mismo y su familia lo culpabilizaban de su muerte.
“En este caso, él debe de perdonarse esa culpa y saber que la irresponsabilidad lo llevó a una acción, de ahí en adelante pensar dos veces antes de hacer las cosas, si solo se culpa en vez de responsabilizarse va a seguir en el hoyo, si la familia no lo perdona vivirá con esa angustia”.
Y es que no se trata de perdonar de dientes para afuera, sino de liberarse, dejar de sufrir, muchas veces nos enganchamos en esa culpa y eso se arrastra durante toda la vida.
En el programa. Lakshmi compartió una vivencia muy personal, pues nos contó sobre el accidente donde, por culpa de un joven de 23 años que venía ebrio, su familia se accidentó, su mamá y amigas perdieron la vida y el resto quedaron mal heridos.
Al chico le quitaron un brazo, algunos dedos de los pies, y como esto fue en Estados Unidos, la Corte determinó que era más caro tenerlo en la cárcel por su estado, por lo que lo confinaron en su propia casa con una pulsera en el tobillo, sin dejarlo salir desde 1993 a la fecha.
“Mis hermanos querían matar a la madre del chico, para vengarse y que sintiera lo que ellos estaban sintiendo, yo decidí perdonarlo, tener compasión, qué más karma que vivir encerrado y sin un brazo, fue un momento duro pero ya sucedió, no podíamos hacer nada, pero a veces así somos, avariciosos hasta en la venganza, queremos ver más dolor del que ya existe”, dijo.
Lakshmi explicó que el perdón es el poder sobrenatural más grande que tenemos, ese que solo tú otorgas tomando esa decisión porque vives libre, por lo que se atrevió a dar un consejo: “si te sientes culpable por lo que hiciste o te hicieron, respira, permítete la liberación o vas a seguir hundido”.
En lo social también aplica, pues a veces es más fácil echarle la culpa al gobierno de nuestra situación en vez de trabajar, hay que hacer nosotros el cambio y tener esperanza en nosotros, pues con cada uno empieza ese cambio, para dejar de culpabilizarnos.
Como ciudadana responsable, por ejemplo, Lakshmi piensa emitir una queja al Ayuntamiento por un señalamiento que no se ve en su calle y puede provocar accidentes, este tipo de acciones hacen el cambio para dejar de buscar culpables. La próxima semana hablaremos de los roles –no los de canela-, la actitud que tomamos ante la vida: víctima, perseguidor o salvador.
