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  • ALEJANDRA OROZCO

Acompañar a las infancias desde el arte, la misión de Shally

Tuxtla.- Shally Ruiz tiene 24 años, y es coordinadora del Centro de Educación Alternativa La Casa de Kigo, un espacio en el cual, aunque también atienden a adultos, buscan a través del arte promover el protagonismo infantil a través de clases de teatro, pintura, música, un canal de títeres, la tienda con objetos para venta, y es que si bien el arte está presente en objetos cotidianos, estos tienen la potencia de inspirar, tales como libretas, espejos, stickers o percheros, aunque los más vendidos son los espejos y libretas, todo se elabora en el mismo lugar.


“Esta iniciativa surge de un proyecto de vida de mi infancia, cuando tenía 12 años me cuestionaba cosas de nuestra sociedad y creo el proyecto ‘Por una sociedad plena, capaz, segura y llena de vida’, empiezo dando conferencias y no llegaba nadie, me puse a analizar qué era lo que más movía a las juventudes y niños y era el arte, así empiezo a escribir cuentos, luego teatro y encuentro que el arte tenía mayor fuerza que los talleres académicos y empieza mi línea artística”, señaló.


Para ella fue algo sorprendente, porque la escuela te enseña a escribir, memorizar, mientras el arte es más libre, empieza a contactar con las emociones, el movimiento, el cuerpo, lo que la escuela tiene reprimido, y a dejar fluir ideas y pensamientos desde el teatro y la escritura, fue algo muy rico y le dio más sentido a su vida.

“Uno de los retos es que ahora ya soy adulta, las infancias que empiezo a acompañar ya ven caricaturas y transitan situaciones que yo no, por ahí dicen, sé el adulto que querías ser cuando eras niño, pero más bien sé el adulto que esas infancias necesitan, por eso de manera constante estoy preparándome, investigando”, compartió.


Ella estudió antropología social, que estudia la sociedad y la cultura, que es toda esa forma en la que tú ves el mundo, aprendida por tu contexto social, señala que todo lo que ocurre influye en tus pensamientos, sueños, forma de actuar, ver el mundo y a ti mismo, esto le ayuda a entender desde donde ve el origen para construir otra sociedad.

En pandemia, tuvieron que cerrar grupos, sin embargo las clases en línea les dieron la oportunidad de trabajar con niñas de otras partes del estado y del país, trabajar más ese lado artístico, productivo, y empezaron a vender su arte en Casa de Kigo, que es un espacio seguro, nombrado por su gato de la infancia, que ya no está pero toda su filosofía gatuna de amor, empatía, comprensión, es la que trata de mantener en este espacio, para sentirlo cerca y transmitir esa paz, esa bondad.

“Se siente como cuando puedes tener tu sueño hecho realidad y te das cuenta que tu sueño es más grande, actualmente mi sueño es poder acompañar a más niños y niñas, expandir y abrir más grupos que por pandemia hemos reducido, tener más montajes teatrales, posicionarnos más como tienda; cuando alguien quiere ser parte de nosotros, lo primero es una entrevista para platicar con el niño de lo que le gusta, le muestro de qué trata cada arte, sus gustos, expectativas para personalizar la clase, es una educación centrada en la persona y le explico lo que vamos a hacer, todas las ramas, porque algunos no se sienten listos para actuar pero puedes empezar en otras áreas, igual con pintura, música, dibujo, ya sea que quieran desarrollar su creatividad o perfeccionar la técnica”, explicó.

Ellos se ven como acompañantes del proceso educativo, han tenido grupos de cinco hasta una sola persona, antes de la pandemia trabajaba con un grupo de adolescentes porque ella lo era, con ellos ven el teatro desde todas sus ramas, es una preparación más fuerte físicamente, para que puedan acomodar su cuerpo al personaje que quieran, mientras que con el elenco infantil están terminando de montar “Una historia muy aterradora”, recién se presentaron en una cafetería de Chiapa de Corzo, pero han tenido presentaciones en el Museo del Café o en su propio foro, para agosto piensan abrir tres grupos de 5-6 alumnos en diferentes horarios para que puedan llegar más alumnos, y aunque se encuentran en producción, sí pueden tener clases diario, ahorita sólo miércoles, jueves y sábados.

“Mucho de lo que escribimos en los montajes se crea de manera colectiva, nos gusta que a través de nuestras obras la gente pueda ir reflexionando y ensayando una forma distinta de vivir, se da un segundo momento en el que nos presentamos ante el público y ponemos la semillita de duda y también nos gusta proponer, esta obra habla de los monstruos cotidianos como la contaminación, la violencia, la falta de escucha o los videojuegos violentos”, explicó.

En un corto plazo, como le apasiona la educación y está estudiando una maestría, quiere terminarla, tener más grupos, uno de los puntos de este centro es cuando los alumnos en su propia casa reproducen lo que están aprendiendo, también le gustaría que el elenco infantil ya empiece a dar algunos talleres a los grupos, pues el que otro niño te enseñe es el punto máxima que quiere alcanzar, que estén ejerciendo su protagonismo infantil, a largo plazo se imagina teniendo estos centros en otras partes de Chiapas, y del país.

“Es difícil porque la parte artística en nuestro estado es un poco mal pagada, por el lado de iniciar trabajando de niña implica el adultocentrismo y no me dejaban presentarme, era tocar contra estos problemas sociales pero seguir mostrando que era niña pero estaba hablando de un trabajo profesional, a otros niños les recomiendo acercarse a otras personas para recibir ese acompañamiento, en mi caso no tuve a alguien que me acompañara, pero ya habemos más personas con apertura que nos estamos deconstruyendo y planteando otras formas de ser, de acompañar evitando esta violencia”, expresó.

La pandemia le dejó la enseñanza de que todo el tiempo las cosas se están transformando y que los planes no se pueden ver tan a futuro, en el camino se van a tener que transformar, por ello recomienda no perder la esencia, los valores, el cómo puede cambiar, ella no se imaginaba acompañar a través de una computadora y la verdad sí se alcanza una conexión profunda, además empezó a tomar talleres en otras partes del mundo como Argentina, así algo que parece ser catastrófico te puede abrir posibilidades, por eso para sus 30 años, ya quiere tener un espacio fijo de la tienda, y unos cinco grupos.


“A otras personas que buscan este apoyo les diría que las puertas nos las tenemos que abrir, se nos van a cerrar muchas pero siempre estará la que vamos a crear para poder hacer lo que soñamos y no abandonar nuestros sueños, si no es como morir, cuando vamos hacia nuestros sueños va a haber complicaciones, pero cuando alcanzas el logro más grande y ves que hay más, te llenas más de vida y satisfacción, si haces lo que te hace feliz, te da salud física y emocional”, finalizó.

Puedes encontrar la tienda y el centro educativo en el mismo lugar, en la 17 sur poniente 460 interior 2 del barrio San Francisco, ahorita sí es con cita, que también se puede hacer a las páginas de Facebook Casa de Kigo o Tienda Casa de Kigo, al WhatsApp 9611166190, vía Instagram, Kigo Pinta, así como en los bazares Las Tuxtlecas, Conejas y algunas tiendas de San Cristóbal.

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