Cacao chiapaneco: historia, tradición y desafío en cada semilla
- NOÉ JUAN FARRERA
- hace 19 minutos
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Tuxtla.- El cacao, conocido como "el alimento de los dioses", ha sido un elemento clave en la historia cultural, económica y social de México, especialmente en Chiapas. Desde tiempos prehispánicos, este fruto ha estado vinculado con rituales sagrados, prácticas medicinales y formas de comercio, convirtiéndose en uno de los mayores legados de las civilizaciones mesoamericanas.

En Chiapas, los vestigios más antiguos del cacao datan de entre 1900 y 1800 a.C., lo que evidencia su presencia desde las primeras culturas asentadas en la región. Los olmecas fueron los primeros en cultivarlo, seguidos por los mayas y aztecas, quienes no solo lo consumían como bebida ritual, sino que lo usaban como moneda y símbolo de estatus social. Preparado en forma de bebida espesa y amarga, frecuentemente mezclado con chile, vainilla o achiote, el cacao era considerado sagrado y energizante, reservado para nobles, guerreros y sacerdotes.
Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, el cacao cruzó el océano para llegar a Europa, donde, endulzado con azúcar y especias, se transformó en una bebida exclusiva para la aristocracia. Posteriormente, su industrialización y la invención del chocolate sólido expandieron su consumo a nivel global.

Hoy en día, Chiapas es uno de los principales productores de cacao en México, junto con Tabasco. A pesar de los desafíos que enfrenta el sector, como las sequías y enfermedades como la Moniliasis, que afectan los cultivos, la producción ha crecido un 30% en los últimos años gracias a programas de reforestación y apoyo como Sembrando Vida. Esto ha permitido a los productores chiapanecos fortalecer su posición en el mercado internacional.
El cacao chiapaneco destaca por su calidad y sabor, lo que le ha valido certificaciones agroecológicas que elevan su valor en un 20% por encima del precio estándar. Además de su uso en chocolates artesanales y de exportación, este fruto es un insumo importante en las industrias farmacéutica, cosmética y de alta gastronomía, lo que diversifica su demanda.

La historia del cacao en Chiapas no solo es un testimonio del pasado, sino también una promesa de futuro. Visitar las zonas cacaoteras del estado permite descubrir plantaciones tradicionales, participar en talleres de transformación artesanal y conocer de cerca la pasión de las comunidades que han hecho del cacao una forma de vida. Una experiencia que combina naturaleza, cultura y sabor.