Carnaval Zoque de Tuxtla Gutiérrez: una fiesta viva de sincretismo y tradición
- NOĆ JUAN FARRERA
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Tuxtla.- El Carnaval Zoque de Tuxtla GutiƩrrez, conocido tambiƩn como Carnaval del Coyatoc, es una de las expresiones culturales mƔs representativas de Chiapas, donde el sincretismo entre las tradiciones ancestrales y las influencias del catolicismo posterior a la Conquista se hacen presentes con fuerza.

Esta festividad, que tambiĆ©n se realiza en comunidades como Ocozocoautla, Ocotepec, TecpatĆ”n y CopainalĆ”, mantiene vivo el legado de los pueblos zoques, transmitiendo de generación en generación sĆmbolos, rituales y formas de convivencia que encierran siglos de historia.
Desde tempranas horas, la fiesta comienza en la casa del primero de baile de carnaval, donde los asistentes son recibidos con cafƩ y panes tradicionales. En el altar adornado con flores y veladoras, se realizan rezos y encomiendas al santo patrono, preparando la jornada que recorrerƔ calles y barrios antiguos de la capital chiapaneca.

Los protagonistas de la comparsa son personajes emblemĆ”ticos como las āsuyuetzĆ©ā o viejas, hombres vestidos de mujeres que representan a las guerreras muertas en parto, y las āalacanduā o reinitas, niƱas ataviadas con trajes rojos, espejos y flores de sospó, quienes acompaƱan al personaje central, el Hatajama EtzĆ©, sĆmbolo del padre sol.
La mĆŗsica tradicional de tambor y flauta de carrizo marca el ritmo de la danza que primero llena los hogares de los mayordomos y luego se despliega en espacios pĆŗblicos de alto significado histórico como el Templo de San Pascualito, la Catedral de Tuxtla GutiĆ©rrez, San Roque y el Cerrito. Estos lugares, considerados antiguos centros ceremoniales, son testigos del color, la alegrĆa y el fervor con que los zoques celebran su identidad.

El carnaval no solo es una fiesta, sino un recordatorio vivo de la cosmovisión zoque, donde lo sagrado y lo festivo se entrelazan en un acto de memoria y resistencia cultural. Aunque con el tiempo su prĆ”ctica ha disminuido en popularidad, los encargados de la mayordomĆa y los portadores de esta herencia ancestral siguen cumpliendo con el deber de preservar y transmitir su significado, manteniendo vigente un patrimonio cultural invaluable para Chiapas y MĆ©xico.