Chiapanecos en voz de auxilio

Chiapas no es el mismo, pasó de ser un estado seguro a inseguro, esto por los varios municipios en focos rojos y por la cascada de violencia que se está presentando. No se las cifras que digan, pero lo que estamos viviendo como chiapanecos habla más que simples números. La realidad es que vivimos con miedo, porque estamos en alerta ante cualquier balacera, como lo hemos estado viviendo en estos últimos meses, persecuciones, el feminicidio de una niña, la ejecución del sacerdote Marcelo, un ataque armado contra trabajadoras del Poder Judicial, el asesinato de tres trabajadores de la CFE, todo ello han hecho que la realidad supere por mucho a cualquier percepción proyectada por las cifras oficiales. De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNPS), de enero a agosto del presente año la Fiscalía General del Estado registró un total de 476 muertes violentas en la entidad. Del total de las muertes, en 332 casos las víctimas fueron abatidas por arma de fuego. En general, la cifra de muertes violentas dentro de la entidad reportó un aumento de casi el 30% por ciento en comparación con el mismo periodo del año pasado. Sin embargo, es en la estadística de homicidios dolosos donde el repunte porcentual es más preocupante.

Ahí, según el Observatorio Nacional Ciudadano, durante el primer semestre del presente año la cifra de homicidios dolosos se concentró justo en 12 municipios de la entidad: Tapachula, Suchiate, Tuxtla Gutiérrez, Villaflores, Pantelhó, Villa Corzo, Chiapa de Corzo, Berriozábal, Tila, Pueblo Nuevo Solistahuacán, Ocozocoautla y Palenque. Independientemente de las cifras, repito, la realidad es cruel, en las redes sociales vemos videos que captan la violencia sangrienta, ataques armados en plana capital del estado. Y es que, la violencia en todos los estratos ha cimbrado fuerte, con agresiones fuera de toda proporción, que ya no tienen ningún límite ni consideración. Basta recordar las ejecuciones este mes de octubre de los niños Ricardo y Arón, en Tapachula y Tuxtla Gutiérrez, respectivamente. A Ricardo, de 16 años, lo ejecutaron a la puerta de su casa luego de grabar entre juegos un asesinato, mientras a Aarón, de 11 años, le arrebataron la vida en un ataque armado cuando su papá lo llevaba a la escuela. ¿Qué queremos? Paz, es lo único que pedimos, que Chiapas vuelva a hacer seguro y podamos transitar libremente sin miedo a recibir una bala perdida, o víctima de la delincuencia.
Comments