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  • ALEJANDRA OROZCO

Chiapas, tierra de quetzales

Tuxtla.- Una de las aves más emblemáticas que se pueden apreciar en algunas regiones de nuestro estado, es el quetzal: su plumaje, su color y su esplendor la hacen uno de los tesoros mejor cuidados de nuestra tierra, que se preserva y se exhibe en espacios como el Zoomat.


Se trata de una especie en peligro de extinción, sin valor comercial ya que está prohibida su tenencia, quien la posea o la busque comercializar puede ir a parar a la cárcel, sin embargo se gastan miles de pesos para garantizar su bienestar en recintos especializados.

De manera natural, se encuentra distribuido en reservas como El Triunfo, habita los bosques de neblina, de los mil 400 metros hacia arriba, así como en Montebello, la Sierra Madre, La Fraylescana, La Sepultura y la selva negra, donde hace algunos años aún se contabilizaban miles de ejemplares pero cada vez corre más riesgo, por lo que se procura su reproducción.


En el Zoomat, actualmente se encuentran seis ejemplares, ante el fallecimiento reciente de uno de ellos, no todos se encuentran exhibidos ya que de acuerdo con los especialistas, son especies muy susceptibles al estrés y se antepone su bienestar antes que a complacer a los visitantes, pues es uno de los fines de este zoológico.

Al quetzal se le considera un pájaro sagrado para las culturas mesoamericanas, porque dicen, en este animal se funden el cielo y la tierra, su belleza lo hizo objeto de deseo entre la nobleza, y la iridiscencia de sus plumas alimentó mitos y dioses, su nombre proviene del náhuatl quetzalli, que quiere decir hermoso, bello o sagrado.


Por ejemplo, Quetzalcóatl o Kukulkán, la serpiente emplumada, era el dios protector que sacrificó su sangre por los hombres, para darles la vida, la agricultura, el fuego y la escritura, desapareció en el cielo y prometió regresar algún día por el Este, por lo que se le relaciona con esta ave, el macho está provisto de cuatro plumas de 90 centímetros de largo, con las que se confeccionaban penachos exclusivos para los reyes, sacerdotes y guerreros, incluso la palabra quetzal formó parte de los nombres de algunos gobernantes, como Quetzal Jaguar I (K’uk Balam), fundador de la dinastía de Palenque.

Aunque su mayor amenaza es la reducción de sus hábitats, se estima que en los últimos años estas aves han perdido aproximadamente el 70 por ciento de sus sitios de anidación, por ello se han creado diversas reservas, quizá una de las más importantes es El Triunfo, donde los visitantes pueden avistarlas de febrero a abril, ya que durante esos meses ofrecen sus vuelos de cortejo, uno de los espectáculos naturales más extraordinarios para apreciar. 


Estas visitas son realizadas con

distintos guías de la comunidad tseltal que llevan a los viajeros a conocer  esta maravillosa ave, en el transcurso también se pueden visitar las comunidades cercanas que se dedican al cultivo de café orgánico, uno de los más valorados del mundo; también hay posibilidad de ver a los quetzales en el Centro Ecoturístico Tziscao cerca de las Lagunas Montebello, donde además existen otras especies como la tucaneta, achiote, venado cola blanca y una diversidad de orquídeas y bromelias. 

También hay actividades como senderismo, observación de paisajes, caminatas, abordar una balsa de troncos y visitar islotes de orquídeas y cenotes.

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