Complicada reinserción laboral de migrantes deportados hacia México
- RUBÉN PÉREZ
- 22 jul
- 2 Min. de lectura
Tuxtla.- La informalidad, la seguridad pública y la presión normativa como la parte fiscal, son algunas de las “trabas” o “lastres” que impedirían que los cientos o miles de mexicanos repatriados a su país logren, en corto o mediano plazo, una condición similar a la que vivían en Estados Unidos.

Así lo consideró Néstor Gabriel López, consultor fiscal y patrimonial, quien mencionó que, a pesar de que, en los últimos tiempos, hay una recuperación notable del salario mínimo, es insuficiente ante la demanda de estándares internacionales que enfrenta México.
Sin duda, dijo que, en principio, una persona no migraría a otro país si tuviera las condiciones necesarias para su desarrollo, “hay un tema socioeconómico, de idiosincrasia, donde las personas se emplean en actividades manuales, trabajos físicos que no requieren de una especialidad tan alta, y es lo que van a hacer a los Estados Unidos”.
El también consejero del Fomento Económico de Chiapas adelantó que vendrá un ajuste importante en 2026 porque la idea es llegar a los estándares que se piden y estar en igualdad de competencia, aunque en realidad, agregó, no sirve de mucho aumentar el salario mínimo cuando los detonadores de la productividad, el crecimiento económico y el desarrollo de las empresas ―la mayoría pequeñas y medianas― no se han gestado.
Explicó que, lo que se debería de hacer, es que los empresarios estén motivados para crear nuevos modelos de negocios y, de forma eventual, contratar otra gente, o bien, a las propias personas que regresan de los EU, quienes ya vienen capacitadas.
Al respecto, añadió: “Porque esas personas vienen muy bien, con buenas normas, y eso me ha tocado ver de carpinteros, albañiles u otros que han trabajado allá, más profesionales”.
Sin embargo, insistió en que la preocupación sería cómo crear esas oportunidades, y cómo la inversión extranjera directa e indirecta ve en México una oportunidad para que no sólo los mexicanos pongan su empresa, sino que se capte inversión de otros lados.
En esta última parte, insistió, se dan una serie de factores que complican todo como: la informalidad, la seguridad pública, la presión normativa como la parte fiscal, “pues tú quieres poner una empresa y prestar un servicio, te tienes que dar de alta en un padrón muy rígido llamado Repse en el que, si no cumples, no sólo tienes problemas tú, sino tu cliente”.
Esa “gran carga administrativa” que absorben las compañías de cualquier tamaño, concretó, se convierte en un lastre de la idiosincrasia de alguien que eventualmente no está acostumbrado, como el caso de los migrantes que retornan de EU a México.









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