Desarrollo Humano de México
- EDITORIAL
- 7 may
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Actualizado: 8 may

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) dio a conocer que México presentó una mejoría respecto al Índice de Desarrollo Humano (IDH) al ubicarse en la posición 81 de 193 países evaluados. Si bien reconoció avances, también determinó que persisten desigualdades. Con datos de 2023, el Informe sobre Desarrollo Humano de 2025 -“Un llamado a decidir: personas y posibilidades en la era de Inteligencia Artificial”, señaló que el país, que se encuentra en una categoría de desarrollo humano alto, alcanzó un valor de 0.789, registrando un aumento de 0.006 con respecto al año 2022, cuando obtuvo un 0.8 %. El Índice de Desarrollo Humano (IDH) de la ONU es una medida que resume el logro promedio en diversas dimensiones clave para las personas, como son una vida larga y saludable, el ámbito educativo y de ingresos. En cuanto a los resultados de México, el PNUD indicó que estos muestran “ligeros aumentos” en salud e ingresos. Respecto a la esperanza de vida, el informó colocó al país en 75.1 años, esto representa 1.1. años más que en 2022, mientras que los ingresos registraron un 2.2 % de crecimiento en relación con el mismo periodo, pues se ubicaron en 21 mil 813 dólares al año. Sobre años esperados de escolaridad y años promedio de escolaridad, el país registró 14.5 y 9.3, respectivamente. En este ranking, México se ubicó delante de los países de América Latina, Colombia y Brasil, los cuales alcanzaron un valor de 0.788 y 0.786 en el Índice de Desarrollo Humano. De acuerdo con el organismo de la ONU, el Índice de Desarrollo Humano, medido desde 1990, ha observado un aumento del 18.1 % en México. Dicho progreso se explica por el incremento de 6 años en la esperanza de vida, así como 3.3 en años esperados de escolaridad, 3.4 en los años promedio de escolaridad y un aumento del 27.8 %. Sin embargo, el informe también evaluó indicadores de género y determinó resultados mixtos en el caso de México. “Por un lado, el Índice de Desarrollo de Género (GDI) –medido como la diferencia en el IDH de mujeres y hombres–, México se encuentra en el Grupo 1, conformado por los países con menor brecha de género al tener las mujeres un IDH de 0.777, comparado con 0.797 de los hombres”. Esto debido, detalló el informe, al cierre de las brechas de género en dimensiones educativas y de salud pero que persiste en ingresos. De igual manera, señaló que el Índice de Desigualdad de Género (GII), que contempla indicadores de salud reproductiva, empoderamiento y participación en el mercado laboral, reveló retos pendientes en el acceso a oportunidades igualitarias para el desarrollo, pues alcanzó un valor de 0.358, “colocándolo en la posición 88 de 172 países“.

En cuanto a los indicadores de desigualdad y presiones planetarias, las estimaciones del informe determinaron que el valor del IDH de México se redujo a 0.646 en el primer caso, lo que implica un pérdida en el desarrollo del 18.1 %. “Finalmente, el Índice de Desarrollo Humano ajustado por presiones planetarias (PHDI) es de 0.721, lo que implica una diferencia del 8.6 % respecto al IDH, reflejando el impacto ambiental, derivado de las emisiones de CO₂”, añadió. Si bien los resultados indicaron mejorías para México, el PNDU señaló que el desarrollo humano experimenta una “desaceleración sin precedentes”. El informe presentado este martes reveló un progreso débil y no se experimentó una recuperación tras el periodo de crisis de 2020-2021, cuando ocurrió la pandemia por el Covid-19. “En lugar de experimentar una recuperación sostenida tras el periodo de crisis excepcionales de 2020-2021, el informe revela un progreso inesperadamente débil. Si exceptuamos esos años de crisis, el escaso avance del desarrollo humano a nivel mundial previsto en el informe de este año supone el incremento más bajo desde 1990. Asimismo, el informe expuso las desigualdades entre los países ricos y pobres, las cuales, apuntó, siguen aumentando “Durante décadas nos encaminábamos a vivir en un mundo con un desarrollo humano muy alto en 2030, pero esta desaceleración representa una amenaza muy real para el progreso global”, dijo Achim Steiner, administrador del PNUD. Si el pobre avance de 2024 se convierte en ‘la nueva normalidad’, los objetivos fijados para 2030 podrían demorarse durante décadas, haciendo de nuestro mundo un lugar menos seguro, más dividido, y más vulnerable a las perturbaciones económicas y ecológicas.







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