top of page

El séptimo arte del Sie7e: Nouvelle Vague de Richard Linklater

  • EDITORIAL
  • hace 1 minuto
  • 3 Min. de lectura

Comienza viendo películas, después atrévete a criticarlas y, al final, dirígelas… pero siempre sin reglas.

ree

En una época en la que se dice que el cine es cada vez menos humano, saturado de artificio y excesos tecnológicos, existió un movimiento en Francia entre los años 50 y 60 que se rebeló contra el cine comercial de su tiempo. A lo largo de la historia, el cine ha tenido momentos de ruptura, pero la Nueva Ola Francesa se consolidó como uno de los movimientos más importantes, rompiendo reglas narrativas y técnicas del cine clásico.

Hoy resulta curioso que un cineasta estadounidense se acerque a uno de los directores más emblemáticos de aquel movimiento y al rodaje de una de las películas más influyentes de la historia del cine francés. Hablamos de Nouvelle Vague, la nueva obra de Richard Linklater que llega a cartelera.

Sinopsis

A finales de los años 50, Jean-Luc Godard (Guillaume Marbeck) filma con recursos mínimos su primera película. Sin saberlo, encenderá una auténtica revolución en el lenguaje y el pensamiento cinematográfico. Entre tensiones con sus actores y la improvisación constante, el rodaje se convierte en un campo de batalla creativo.

ree

Su director

Richard Linklater, guionista y director estadounidense, es uno de los cineastas más influyentes del cine independiente. Explora temas como el paso del tiempo, la memoria y lo cotidiano. Aunque mantiene un estilo autoral, muchas de sus películas han alcanzado reconocimiento mundial.

Entre sus principales cintas se encuentran la trilogía Before (1995-2013), que sigue una relación amorosa a lo largo de casi dos décadas; School of Rock (2003), comedia que demostró su versatilidad y capacidad para conectar con públicos masivos; y Boyhood (2014), filmada durante 12 años con los mismos actores, que le valió múltiples premios.

Linklater se confirma en cada película como un cronista del tiempo, proyectando en sus historias la juventud y la vejez de sus personajes, y recordándonos la brevedad de la vida. Quizá, pensándolo de manera onírica, el cine tenga más eternidad que nuestras propias existencias.

En Nouvelle Vague

Richard Linklater recrea la odisea caótica que fue el rodaje de A bout de soufflé (al final de la escapada, 1960). Nos presenta a un Godard inexperto pero con seguridad, surgido de un grupo de críticos de Cahiers du Cinéma que se convirtieron en los máximos exponentes del movimiento: Truffaut, Chabrol, Rivette, Rohmer, entre otros.

Más que explicar la Nueva Ola Francesa, Nouvelle Vague funciona como una puerta de entrada al movimiento y su estilo, a través de una de sus películas más representativas. No esperen una cátedra exhaustiva: Linklater nos muestra cómo Godard dirigió su primera obra rompiendo todas sus reglas, filmando en las calles, improvisando diálogos y escenas, creando así el sello del movimiento.

ree

Aunque se adentra en terreno ajeno, Linklater ofrece un tributo lleno de nostalgia, como un cinéfilo que quiere reencontrarse con las personalidades que lo inspiraron. Y pese al riesgo, logra una auténtica carta de amor al cine francés. Junto a Blue Moon, otra película estrenada de Linklater este mismo año, reafirma el buen cineasta que es.

La cinta nos invita a reflexionar sobre la libertad creativa, la manera “correcta” de rodar una película y las consecuencias de romper con lo establecido. Godard filmaba sin permisos, con guiones incompletos y diálogos improvisados, y de esa precariedad nació un lenguaje propio.

Destaca la sólida interpretación de Guillaume Marbeck como Godard: un personaje obsesivo y visionario que, seguramente, el propio Godard no habría aprobado, pero que transmite la energía de aquel rodaje. A su lado, Zoey Deutch y Aubry Dullin dan vida a la pareja protagonista, regalándonos una mancuerna que se disfruta y que encarna el espíritu de la época.

En recomendación

Nouvelle Vague retrata un rodaje que parecía destinado al fracaso, saltándose todas las reglas, pero que terminó siendo dirigido por uno de los cineastas más controversiales y prolíficos del cine francés. A veces la creatividad está a un paso del caos, y en este caso nos regala un acto de libertad, un homenaje de Linklater y una película que nos recuerda que el cine es un camino que debe arriesgarse para seguir vivo.

251128 950x125.jpg
251128 950x125.jpg
Estar Consiente.jpg
bottom of page