El Séptimo arte en el Sie7e: Materialists de Celine Song
- EDITORIAL
- 1 ago
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¿Y si te dijera el día que más te odié y el día que descubrí que te amaría para siempre? ¿Aún estarías conmigo?

El amor es una de las sensaciones más recurrentes en la vida: amor propio, amor hacia una amistad, una mascota o un objeto. Pero aquel que va más allá suele estar ligado al amor de pareja. Basta con mirar la historia del arte para comprobarlo. En su nueva película, Materialists, Celine Song reflexiona sobre el amor en tiempos de algoritmos y superficialidades. Porque, aunque hoy lo tengamos todo al alcance de la mano, el amor parece haberse convertido en algo desactualizado.
¿De qué va?
La historia sigue a Lucy (Dakota Johnson) una casamentera que trabaja en una agencia exclusiva llamada Adore, especializada en emparejar a personas ricas y atractivas. Tras una relación fallida con John (Chris Evans), Lucy decide que solo saldrá con hombres adinerados. Todo cambia cuando conoce a Harry (Pedro Pascal) un financiero encantador que representa el ideal materialista. Pero cuando John reaparece Lucy se ve atrapada entre el romance imperfecto o la promesa lujosa del presente.
Su directora

Celine Song, dramaturga, guionista y directora coreano-canadiense, es una cineasta que merece atención. Su ópera prima, Past Lives (2023), fue celebrada por critica y público, consolidándose como una de las mejores películas del año. Su estilo observacional, intimo y teñido de reflexión sobre la naturaleza humana nace de su experiencia en teatro, guion y vivencias personales.
Sus dos películas reflejan momentos reales de ella: Past lives se inspira en una antigua relación, mientras que Materialists toma forma a partir de los seis meses en que Song trabajó como casamentera. Su sello visual combina planos fijos, encuadres amplios y luz natural suave, integrando la ciudad, en este caso, Nueva York como un personaje más de sus historias.
En Materialists
Song vuelve a explorar cómo el amor puede alterar el rumbo de nuestras vidas. Cada decisión amorosa es un contrato invisible que puede transformarnos.
La película plantea una incógnita: ¿el amor se nutre únicamente de amor, o es preferible un futuro asegurado económicamente? Lucy vive esa tensión: por un lado, el ideal romántico que inspira y moviliza; por otro, la comodidad material que ofrece estabilidad. ¿Es posible amar y al mismo tiempo, delegar nuestra seguridad a alguien más, aunque eso implique relegar el amor?
Song se inspira en Woody Allen, especialmente en sus películas filmadas en Nueva York, y también en el clásico When Harry Met Sally (1989), pero imprimiendo una mirada moderna. Nos muestra cómo hoy buscamos parejas “a la carta”, con requisitos casi empresariales, como si el amor fuera un pedido personalizado. Esta lógica de exigencias sustituye la conexión genuina por compatibilidad superficial, quizá explicando por qué tantas relaciones actuales son breves, distantes o funcionales sin un verdadero lazo emocional.

En una época donde todo parece filtrado por la tecnología, Song nos enfrenta a un sistema donde el romance se mide por métricas como altura, ingresos, educación y etnia. Un algoritmo elige por nosotros. El dilema es claro: ¿elegimos el amor o negociamos con lo que nos conviene?
En cuanto a las actuaciones, cumplen con su cometido. Sin duda, Dakota Johnson destaca como la mejor del trio, mientras que Chris Evans y Pedro Pascal tienen un desempeño correcto. Aun así, otro reparto en sus papeles podría haber resultado más interesante.
Materialists tuvo un presupuesto de 20 millones de dólares, posicionándose como una propuesta independiente frente a los gigantes del verano. Hasta ahora ha recaudado 52 millones globales y acaba de estrenarse en Latinoamérica, consolidándose como un éxito comercial para A24.
En recomendación
Materialists ha divido opiniones: algunos la consideran dulce y reflexiva, otros acusan a Song de repetir formulas y clichés. Pero más allá de las expectativas creadas por su debut, la cinta reafirma su mirada sobre el amor moderno, sin perder su tono contemplativo.

Con Song, el romanticismo es reflexivo y materialists lo confirma: seguimos negociando con el corazón en tiempos donde todo parece tener un precio. Solo nos queda esperar su próximo proyecto y seguir preguntándonos: ¿el amor puede oxidarse o simplemente aún no hemos encontrado aquello que llaman “el amor de tu vida”?


















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