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  • AFP

¿Hasta cuándo terminara la violencia contra la mujer y los feminicidios?


Sin duda muchas familias de las cuales han perdido un ser amado, víctimas de violencia o feminicidio, desearían que todo fuera tan solo un sueño. Incluso son más los que se suman a ese deseo, de que un día termine la violencia contra las mujeres. Precisamente ayer se conmemoro el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Pero pasa como los cumpleaños, no debería ser solo un día sino siempre. Desde que se desató el brote de COVID-19, los nuevos datos e informes que presentan quienes están en primera línea revelan que se ha intensificado todo tipo de violencia contra las mujeres y las niñas, sobre todo, la violencia en el hogar. Es la pandemia en la sombra que crece en medio de la crisis del COVID-19 y necesitamos un esfuerzo colectivo general para detenerla. Dado que los casos de COVID-19 siguen sobrecargando los servicios de salud, los servicios esenciales, como los refugios y las líneas de atención en los que se atiende a quienes padecen violencia en el hogar, han alcanzado el límite de su capacidad. Es preciso redoblar los esfuerzos para que enfrentar la violencia contra las mujeres pase a ser una prioridad en las medidas de recuperación y respuesta a la COVID-19. A nivel mundial y pese a la pandemia de COVID-19, las protestas se mantienen, exigiendo más acciones y leyes que erradiquen con este mal que aqueja a millones de niñas, jóvenes y mujeres en edad adulta. Y es que, seis de cada 10 mujeres han vivido algún tipo de violencia; ocho de cada 10 mujeres sienten temor a ser agredidas física o verbalmente al transitar por las calles; cada día, 32 niñas de entre 10 y 14 años se convierten en madres, víctimas de violación. La verdad que la situación es preocupante, las acciones y campañas se han multiplicado para erradicar la violencia contra la mujer, pero nada ha sido contundente hasta ahora. Este año es único. Incluso antes del brote de COVID-19, la violencia contra las mujeres y las niñas había alcanzado proporciones pandémicas. En el último año, 243 millones de mujeres y niñas han sufrido maltrato por parte de sus compañeros sentimentales en todo el mundo. Mientras tanto, menos del 40 por ciento de las mujeres que sufren violencia lo denuncian o solicitan ayuda. Actualmente, aunque las voces de activistas y sobrevivientes han llegado a un punto en que no pueden ser silenciadas o ignoradas, el fin de la violencia contra las mujeres exigirá más inversión, más liderazgo y más medidas.

No es algo que pueda quedar al margen; debe ser parte de la respuesta nacional de todos y cada uno de los países, especialmente durante la crisis actual de la COVID-19. Pequeñas acciones pueden tener grandes impactos para poner fin a la violencia contra las mujeres. Cada persona tiene un papel que desempeñar. Como mínimo deberíamos incluir en nuestro hogares la cultura de respeto, incluirlo entre familia para ir poniendo fin a esta situación, porque realmente la crisis de feminicidios que sufre el país se originó por la “pérdida de valores”. Ojalá paráramos de las desintegración en las familias, porque ahí se pierden muchos valores”. Pero lo que acá urge es implementar acciones para eliminar la violencia contra las mujeres.

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