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Ismael Quintero, el gigante de los deportes

ALEJANDRA OROZCO

Tuxtla.- En esta ocasión, contamos con una visita muy especial: la de Ismael Quintero, quien se ha consolidado como un grande, el gigante de los deportes locales, rompiendo todos los paradigmas y dando testimonio de talento, vocación y perseverancia para luchar y cumplir sus sueños, siendo una persona de talla baja.


Ismael “Mayel” tiene 40 años, nació un 27 de enero de 1984 en Toluca, Estado de México, pero desde los 12 años se vino a vivir a Tuxtla Gutiérrez por cuestiones de trabajo de su papá, aquí estudió la secundaria, la preparatoria, la universidad, se casó, tiene su familia, sus hijos, y se quedó a vivir, agradece al Estado de México, pero está enamorado de todo lo que le ha dado Chiapas, que conoce desde la zona norte hasta el Soconusco, no hay lugar que no conozca.



“Mi papá estudió teología, pero al venirse para acá trabajó mucho tiempo en la Secretaría de Agricultura, había muchos programas de ir a comunidades y nos tocaba visitar desde las cabeceras municipales, hasta los poblados más escondidos en terracería, gracias a Dios y al trabajo de mi papá lo pude conocer, y ahora también conozco otros lugares”, señaló.

El deporte engloba todo lo que es Ismael Quintero, desde que tiene uso de razón ha desayunado, comido deporte, son aficionados al Cruz Azul, a los vaqueros de Dallas, a los Toros de Chicago, a los Yankees de Nueva York, a los finales del béisbol, se levantan a las 2, 3 de la mañana a ver carreras en Japón que tenía Adrián Fernández, su papá lo involucró mucho eso, pero lo que más le gusta es el fútbol.

“Me ha tocado estos 20 años en los medios de comunicación, de expresarle eso a la gente, pero de dos años para acá, me tocó vivir esa disciplina, llegar a la Selección Nacional, fue un sueño, es algo que me pone la piel de gallina, porque creo que cualquiera que jugó al fútbol siempre tuvo ese sueño, yo comencé a jugar fútbol entre el quinto y sexto año de primaria, me encantaba el fútbol, pero ya había unas diferencias de tamaño, de estatura, recuerdo a una persona que me hizo el comentario, si te gusta el fútbol, tú juega, nada más que no tengas miedo, van a tener más miedo ellos de golpearte que a lo mejor tú, pero sí te advierto que va a haber uno que otro que va a entrar y que no, tú tienes que estar sabedor”, recuerda.

Desde ese momento se quitó el miedo, y aunque había uno que otro que sí le valía y le entraba con todo, aprendió eso, después vino la secundaria, los torneos en la escuela y lo mismo, jugar al nivel de ellos, con ciertas limitaciones, pero jugar al todo, en la prepa no fue tanto, se dedicó a otra cosa, ya después en los medios de comunicación, que si el fútbol entre los cronistas deportivos, el amistoso con el equipo de Jaguares, con prensa, contra la directiva, pero sí fue un sueño de querer jugar fútbol, de vivir la experiencia, de poder vivir una concentración, cerraba los ojos y soñaba con los viajes, con los vuelos, los aviones, bajarse del autobús, como se ve en la televisión, vivir una concentración en el hotel, todo eso era su sueño, y conforme iba avanzando el tiempo, decía, ya no se iba a cumplir ese sueño.

Fue hasta los 35, 36 años que le llegó la convocatoria a la selección nacional, cuando la mayoría de los jugadores en esa edad ya están por retirarse, para empezar, ese día estaba naciendo su hijo, recuerda que la convocatoria fue el 1, 2 y 3 de febrero del 2020, su esposa ya estaba en los últimos días de embarazo, y cuando se despidió de ella, le dijo: aguántame, que vaya a la visoría y regreso, pero no; se fue viernes, sábado, y el domingo a las 6 de la mañana le habla su esposa para decirme que se iba a ir al hospital, que ya no aguantaba.

“Ese día yo me levanté, me cambié, me bañé, fue el último día en las visorías, estaba pendiente con el celular por cualquier cosa, para unas llamadas, por si lo que pudiera pasar y necesitar, dejaba el celular y córrele, porque había que hacer los ejercicios, todo lo que nos ponían, obviamente le dije en ese momento al entrenador, estoy pasando esto, por si en algún momento yo tengo que salir a tomar el celular, la llamada, y si eso va a impedir que por alguna otra razón yo no pueda quedar, pues se lo anticipo, y no, lo entendieron también muy bien, en ese momento inició el último día de visoría, mi hijo nació a las once de la mañana, a las doce estaban dando la lista de los veinte convocados, fue un choque de que pasaban muchas cosas por mi cabeza, y yo decía eso, que valga la pena, el no estar ahorita con mi esposa y con mi hijo, que valga la pena estar aquí, esforzarme, estar”.

Eran muchos jugadores de 18, 19, 20 años, a un ritmo impresionante, contra una persona de 35 años, de hecho sigue siendo, de toda la selección que fue a Perú, el más bajo de estatura, mide 1.12 de estatura, y la mayoría de sus compañeros de 1.18 a 1.30, entonces era todavía más complicado, difícil, pero el corazón, las ganas, el cumplir ese sueño, era lo que lo mantenía con fuerza, y lo que se vino después, todavía fue mayor el esfuerzo.

“Una cosa es el antes y otra cosa es cuando entras, pisas pasto y dices, ¡guau!, ahí parece que la cancha se hace así, como un óvalo y se te viene encima, fue un flashback, el llegar a Perú, el pisar la cancha, pasar de fútbol duela, fútbol sala, y llegar, ver las tribunas, la cancha, pintado todo, Copa América, fue un flashback, de 2019 al 2022, todo lo que pasé, al estar ahí, y ahí está el video en redes sociales, se me cerró la garganta, lloré en ese momento, todavía no empezaba el partido, era nada más ir a reconocer el lugar, la verdad lo recuerdo y se me cierra otra vez la garganta, porque es como si estuviera todavía ahí, fue el sueño cumplido, decir gracias Dios, por darme la oportunidad, a mi familia, a mi esposa por darme la oportunidad, porque otra me hubiera dicho me dejaste, estuve aquí sola, justamente el equipo que vas formando, es también el que te va permitiendo acceder a esos sueños”, recordó.

 Y es que el tener un gran deportista en casa, implica a toda la familia, desde las dietas, horarios de entrenamiento, viajes, el esfuerzo económico, si su esposa no lo hubiera apoyado en ese momento, no se hubiera cumplido el sueño, dejó a su familia durante un año y medio por ir a entrenar fuera de la ciudad, fuera de la casa, ir a cumplir, les pidieron durante un año y medio correr cinco kilómetros diarios como mínimo, algunos trataron de engañar a los entrenadores, pero cuando llegábamos no tenían la condición, era tener una dieta, bajar de peso, cumplir entrenamiento funcional, fue un esfuerzo muy grande y que sin su esposa no lo hubiera logrado, ella le tenía preparada la comida, se hacía cargo de los niños, fue un año y medio de un proceso de toda una familia que lo respaldó y que hoy  ahí está el resultado: una medalla.


“A mi esposa, Luz Selene Pérez Alemán, mi hija mayor, Débora, y el niño más pequeño, Noé Jordán, agradecerles, lo sabes Luz, que sin tu apoyo esto hubiera sido imposible, hasta la fecha todavía se lo dije, acabando Copa América se termina el fútbol y creo que no lo he cumplido todavía, porque hice un torneo en enero, y te agradezco porque no me has abandonado todavía en este sueño que se sigue cumpliendo, yo le he dicho que es parte de dejar un legado, no solamente para Ismael Quintero, sino para nuestros hijos, la verdad que agradecido contigo, con mi familia, con mis hijos, solamente puedo decir eso, gracias porque se sigue dejando un legado para nuestra familia”.

Señaló que esa medalla significa el dar un poquito más de lo que uno está acostumbrado, ir más allá de lo que la gente espera de ti, si bien pudo haber sido el Ismael como hasta ahora, la medalla significa haber dado el esfuerzo más allá, mucha gente cuando regresó de Perú ha demeritado lo que se hizo, porque piensan que fue un grupo de amigos que se juntaron para ir a echar una cascarita y no, fue un año y medio de viajes, de concentraciones, económicamente, el tiempo con la familia y cuando cierra los ojos y ve la medalla, poniéndosela en el cuello, ese flashback de decir, valió la pena no haber estado el 3 de febrero con su hijo cuando fue llamado por primera vez a concentración, más allá de la medalla física y de que es bronce, todo lo que significó, todo lo que representó, el que ahora sus hijos la toman y se la ponen en el cuello, esa medalla es de ellos, ese esfuerzo es de ellos, no es de Ismael, es de ellos.

“Me han preguntado ¿y cómo quieres que te recuerden? Así, como mis hijos, que recuerden que su papá, a pesar de las circunstancias, de las adversidades físicas, nunca se se dejó vencer, nunca puso peros, yo soy el mayor de tres hermanos y yo les decía, si yo lo puedo hacer, no me digas que no puedes hacer, no pongas pretextos y hoy es el mismo mensaje para mis hijos, los dos son talla promedio, entonces les digo, si yo lo puedo hacer, no me pueden poner peros que no lo pueden hacer, hija, tú también puedes hacerlo, no hay imposibles, eso es ahora lo que hago, la medalla en sí es eso, demostrarles que no hay un una barrera para poder lograr las cosas; para mi familia, para las personas de talla baja que ahora represento, para con las que estoy haciendo el trabajo, con la asociación Amigos Pequeños de Chiapas y con todos, esa medalla no es solamente física, sino todo lo que conlleva en que no hay una barrera para poder lograr las cosas”, reflexionó.

Admitió que sus papás le han inculcado esos valores, su mamá nunca le puso peros, cuando les dieron la noticia de que iba a ser una persona de talla baja, acudieron con un psicólogo, su papá fue pastor de una iglesia, están muy apegados a tener una relación con Dios, a saber que hay algo supremo, por encima de nosotros, que nos creó, respeto la creencia de todos y las ideas de todos, esa energía proviene de haber inculcado eso, la psicóloga también era congregante de la iglesia con mis papás, entonces les dijo, qué mejor psicólogo que Dios, hablen con él, pregúntenle, tengan una relación con él, el por qué tuvieron un hijo así, desde ese momento sus papás entendieron y le han hecho entender también a él.

“Yo viví una etapa muy difícil, a los 4, 5 años todavía no tenía uso de razón, pero sí a los 7, 8, 9 años ya había diferencias, ya me comenzaba a ver, a comparar con mis otros compañeros, sabía que Dios me había creado, mis papás cuando me regalaron la Biblia, en Jeremías 1, 5 dice: antes que te formases en el vientre de tu madre te conocí, y antes que naciste te santifiqué y te di por profeta a las naciones, yo le decía eso, y dónde está ese Dios del que me han hablado, y por qué me hiciste así, y por qué estoy así, fue un reclamo, decirle Dios, por qué, un año, dos años, yo soñaba, dormía y quería levantarme con una estatura normal, y no, yo seguía con esa estatura, después ya fui creciendo, entendiendo y sabiendo el que Dios me había creado con un propósito, entonces dije, si voy a ser así toda mi vida, no me puedo quedar así toda mi vida, con tristeza, con amargura, que la gente no me pueda ver, mi papá también fue pieza importante, mi mamá, me han dicho siempre, aprovecha tu condición, no te quedes ahí saca ventaja de eso”, añadió.

Recuerda que su a mamá le decía, pásame eso, no lo alcanzo, y le decía, pues jala una silla y tráelo, nunca le dijo espérate, yo lo hago, a la fecha en su casa no tiene adaptado nada, ni la cocina más pequeña, ni la estufa, todo está conforme a una estatura promedio, sí ocupa un banco, pero todo está de estatura promedio porque así fue inculcado, su mamá le ha dicho, no te creamos un mundo para ti, sino te criamos para que tú enfrentaras ese mundo, y eso es lo que ha hecho, con una persona amiga de talla baja de Guadalajara coincidía en que cambiar al mundo es muy difícil y complicado, nunca terminaría, es más fácil cambiar a las personas con alguna discapacidad o condición, poder adaptarse, asimilar que van a vivir así toda la vida y que tienen que echarle ganas, no hay de otra.

“Siempre va a haber quién te juzga, salgo al ratito y me encuentro una persona en la calle y lo primero que me dicen es Chucky, medio metro, y me hacen esos comentarios, si no estuviera yo preparado mentalmente, emocionalmente, saliera yo y ya no dar entrevistas, pero he entendido que desde que nací hasta que yo Dios me preste vida voy a vivir con esto, entonces simplemente adaptarme, claro, en algunos momentos puedo enfrentarme a ellos y decir basta, en otros simplemente decir no, lo único que le pido a Dios es darme sabiduría, cuándo poder hablar y cómo hablar, y cuándo tener que callar, a veces aprendes o resulta más callarte que enfrentar y otras veces sí tienes que ponerles un alto”, confesó.

El slogan de Mayel es “el gigante de los deportes”, fue el licenciado Javier Figueroa Niño, con quien le tocó trabajar ocho años en radio, fue algo espontáneo, no lo pensó, así se le salió: “vamos con Ismael Quintero, el gigante de los deportes”, y por mucho tiempo, casi seis años, él así lo presentaba, después dejó de trabajar con él, dejó ese pseudónimo y de un año para acá lo ha retomado, incluso fue el protagonista de un documental realizado por unos amigos que están haciendo una maestría sobre periodismo, fueron varios temas, entre ellos el del niño Damián que falleció, un caso de de Pantelhó, un rapero, Mr. Elliot, y él, por lo que se dijo agradecido, fue un boom, también se le erizaba la piel cuando lo veía, pues le hicieron la entrevista pero ya verlo es otra cosa, donde pudieron expresar todas las facetas de Ismael Quintero, desde el cronista, el luchador, el futbolista, el padre de familia, esta oportunidad le ha abierto muchas puertas, como el hoy estar aquí.

Este documental se puede ver en su Facebook, en el de Kike Hernández, en la página Amigos Pequeños de Chiapas, que es la la asociación donde está trabajando, pues dice, en Dios no hay casualidades, todo son propósitos, causalidades, ya que cuando comienza lo del fútbol ve la convocatoria y se comunica al Consejo Nacional Gente Pequeña de México para pedir información de las visorías, donde le piden que se comunique con la asociación en su estado, pero no había aquí, entonces lo invitan a hacer una asociación y ahí comienza, la pandemia detuvo muchas cosas, pero el futbol le dio ese ímpetu para poder trabajar, ahora tiene ya varios compañeros desde los cuatro hasta mls 30 años, ya se ha dado a la tarea de juntar más compañeros de talla baja y visibilizarse.

“Una de las cosas que tiene la talla baja, la condición es acondroplasia o muy comúnmente llamado enanismo, es que la gente nos conoce así, el enanito, el enano, de manera despectiva, por eso se ha tomado como talla baja, talla pequeña, y de alguna otra manera visibilizando porque en la ley no están consideradas las personas de talla baja como una discapacidad, sí está silla de ruedas, ciegos, débiles visuales, autismo, Asperger, síndrome de Down, pero la talla baja no está considerada dentro de la ley, desde el transporte público, en donde las personas de la tercera edad y con discapacidad tenemos el derecho a pagar una cuota, desde ese momento a veces somos discriminados, de que paga tu pasaje completo, yo ahorita con esto pago mi pasaje conforme a la ley, porque así está y de repente me dicen: ¿y tu credencial? y yo le digo, ¿necesitas la credencial? o sea físicamente me estás viendo, he pagado boletos de autobuses cuando voy a México y lo mismo, desde ahí no está considerada dentro de la ley, de ahí muchas reformas, muchas situaciones que se pueden mejorar”, consideró.

Incluso en los trabajos, hoy se ve que en diferentes empresas de servicio público, supermercados le dan trabajo a personas con discapacidad, Ismael tuvo la bendición de poder sus papás apoyarlo, de terminar una carrera universitaria, pero hay otras personas que no, que por la vergüenza del bullying ya no terminaron la escuela, prefirieron quedarse en su casa, cuando las personas necesitan un trabajo porque no están expensas a irse a la calle y recibir una limosna, tienen la capacidad, ir buscando esos espacios para que puedan ganarse el pan de cada día, y si tiene la oportunidad de poder apoyarlos, es a lo que se ha dado la tarea, como dice la palabra, dar de gracia lo que de gracia, estas entrevistas y mensajes no son para Ismael Quintero, o para que pueda recibir algo, sino porque detrás de él vienen muchas personas que no tienen oportunidad de estos espacios, pero que a través de él pueden lograr muchas cosas.

“Está este niño, Emmanuel, 15 años, cuando lo conocí, no quería estudiar por el rechazo y la discriminación, hoy ya ha participado dos veces en los Paranacionales CONADE en natación, ha ido a Sonora, Cancún y ahora Oaxaca, si lo que yo hago les ayuda a encontrar su propósito, bienvenido sea; otro compañero, Iván, tiene un problema en sus piernas, es casi de mi estatura y sordomudo, de los Altos, ya fue a un torneo, ya viajó en avión, si puedo arrastrar a alguien más, yo encantado, el mejor pago es que cambien su vida y su perspectiva, como yo he tenido la bendición de viajar solo, no me han limitado mis papás, se aguantaron el miedo desde que fui luchador profesional, lo dejé por el fútbol pero lo voy a retomar, luché contra la Parka, mi primera lucha con Mexican Power, recientemente contra Tinieblas, el Aluxe”, recordó.

Ismael es chile de todos los moles, muy loco, aventado, eso sí, muy tímido, en cuanto ponen la cámara cambia, ha aprendido, pero cuando no tiene la confianza es muy reservado, su hija es así, pero una vez que le dan la confianza cambia porque le gusta lo que hace, lo hace bien, sin esfuerzo, es darle gracias a Dios de un nuevo día, levantarse y hacer algo nuevo, no tiene nada planeado, pero es muy dado a aventurarse a hacer las cosas, lleva ocho años de casado, 11 de conocerse, su esposa es igual, muy aventada, extrovertida, se han compaginado, aventarse a hacer muchas cosas, ha viajado, le tocó la Nascar, subirse a un helicóptero, tripular un globo, a veces no piensa en hacer las cosas, salvo desde que nacieron sus hijos, paseó en dos ruedas desde el Puente de Colores hasta el Parque de la Marimba, entrevistó al señor y lo invita a subirse, esa es la esencia, es preferible decir recuerdas, a lo hubiera hecho, incluso quiere partir del documental que le hicieron para titularme, es egresado de la Unach, pero con su historia de vida quiere expresar quién es a través de una tesis, que no tuvo miedo a nada, esperando que se dé la oportunidad.

“Las palabras convencen, pero el ejemplo arrasa, si no me ven algo diferente, aunque yo les hable no va a pasar nada, toda mi vida trato de convencer a la gente de que una discapacidad no te limita a lograr tus sueños, tengo grandes ejemplos, si ellos lo han hecho yo también, qué me motivaban, antes yo mismo, ahora dos niños a quienes darles el ejemplo, dos hermanos, que ya hicieron su vida, ahora vienen mis hijos y después los nietos, tengo que seguir, la gente te critica, te señala, por qué no tomarlo para hacer algo bueno, no soy santo ni perfecto, tengo debilidades y defectos, vivo muchas situaciones, pero si me detengo no logro nada, todos los días hay que pedir perdón, arrepentirse, tratar de ser mejor, ir cambiando, es lo que hago, con quienes tienen y no alguna condición, por más adversidades, nada pasa porque sí, hay un propósito, Dios no hace las cosas por hacerlas, todo obra para bien y depende de uno tomar así las cosas, si no sabes te enseño, si no puedes te ayudo, pero si no quieres es diferente, nunca dejes de soñar y hazlo sin límites, día a día ir por algo más, diferente, lo que pasó ayer que quede ayer”, reflexionó.

Finalmente, dijo que al volver de la selección lo invitaron a Leones del Pedregal, que es uno de los pocos equipos que promueven la inclusión, con jugadores con síndrome de Down, autismo, Asperger, el año pasado en la Copa Chiapas tuvo la oportunidad de jugar con ellos, niños de 10, 11 años y él de 39 años, algunos más altos que él, se ha dado a la tarea de promover la inclusión, le abrieron las puertas y le cayó como anillo al dedo, de nada le sirve hablar si no hay un ejemplo. Síguelo como Ismael Quintero en su cuenta personal, o en sus páginas El Gigante de los Deportes, Línea Deportiva, y Amigos Pequeños de Chiapas, para no perderle la pista y mantenerte informado de todas sus actividades.

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