La aventura de ser mamá: El día de las madres
- ALEJANDRA OROZCO
- 11 may
- 3 Min. de lectura
Hace unos días, leí un post con el que me identifiqué mucho… es sencillo, hasta parece obvio, pero es verdad: si quieres tener hijos, tenlos, es lo más bonito que he hecho en mi vida; pero si no quieres o no sabes si quieres no los tengas, porque también es lo más difícil que he hecho en mi vida… es así de simple, así de complejo y así de inexplicable, ser mamá.

Este sábado, celebramos el Día de las Madres, y para nada me siento la mejor mamá del mundo, creo que últimamente he tenido más… áreas de oportunidad, como le dicen, nuestra dinámica ha cambiado y la etapa en que están mis hijas nos tiene chocando constantemente, pero es bonito recibir regalos y palabras lindas sobre el esfuerzo que estoy haciendo.
Desde el miércoles tuvimos el festejo en la escuela de las niñas, que a diferencia de otros años fue sin canto, baile o participación alguna de los niños, simplemente nos invitaron a una comida, hubo show de payaso, rifas y la oportunidad de convivir con otras mamás del salón de las niñas, la verdad sí extrañé ver a mis hijas haciendo algún número para mi, pero por otro lado estuvo bien poder comer tranquila y despejarme un rato, además de no gastar en trajes o disfraces y batallar para ponérselos.
El mero día, pensé que me merecía no cocinar ni hacer labores en casa, que antes hacía muy poco y ahora que trabajo en casa, fue como absorber dos trabajos, el de home office y las labores domésticas, así que ese día no hice más que lo necesario, pedimos desayuno y fuimos a comer con mi mamá y mi abuela, agradezco tener aún a mi mamá y mis abuelas con vida, que han abonado mucho al ejemplo que he tenido al convertirme en mamá, ni hablar de mi mamá que me sigue apoyando y consintiendo en todo aunque ya esté grande, sé que siempre puedo contar con ella y espero poder celebrarla y tenerla a mi lado muchos años más.

Entre la comida rica, los regalitos y haberme arreglado para sentirme más guapa, algo que ya casi no hago porque me la paso en casa, fue un día muy agradable, al ir por la calle, no podía evitar dejar de pensar por cada persona que me topaba, si aún tendrían a su mamá con ellos, si eran mamás o si algún día lo serían, cada persona es un mundo y cada quien celebra a su manera este día, sin dejar de mencionar a aquellas madres que perdieron un hijo, quienes no pueden serlo, quienes no tienen a su mamá o que atraviesan alguna situación que les impide disfrutar este día, a ellas también hay que abrazarlas con el corazón.
Tener hijos siempre fue parte de mi plan de vida pero no mi máximo objetivo, por eso estoy de acuerdo en que es lo más bonito e inexplicable que me ha pasado pero también lo más complicado, me sacudió de pies a cabeza, me reta a diario, me preocupa y me ocupa, y al mismo tiempo no me cabe tanto amor por mis dos hijas, tan distintas en su forma de ser y tan parecidas físicamente.
Felicidades a todas las mamás de esta generación, que se atreven a cuidar su salud mental, que se ponen a ellas en primer lugar sobre sus hijos porque una mamá feliz es la base para un hijo feliz, a las que se atreven a romper el patrón y empoderar a su familia, a las que no siguen prácticas de antaño que son obsoletas y dañinas, a las que se informan para practicar la mejor crianza, a las que dijeron no a los golpes y a las que hacen tribu para criar en comunidad, ya sea en pareja o de manera autónoma.
Y también felicidades a la generación de nuestras mamás, de nuestras abuelas, que hicieron lo que pudieron con las herramientas que tenían a su alcance, que desde el amor y el sacrificio nos sacaron adelante, que se han transformado en puro amor para nosotras y nos siguen maternando aunque ya tengamos hijos, las necesitamos más de lo que se imaginan. Que vivan las maternidades deseadas, que viva el amor de todas las mamás.









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