La aventura de ser mamá: Fin de semana de novios
- ALEJANDRA OROZCO
- 15 oct 2023
- 3 Min. de lectura
Este sábado, decidimos salir de la rutina y hacer algo que tenía muchos años que no podíamos hacer: una escapada de novios -bueno, técnicamente seguimos siendo novios porque no nos hemos casado-, solo Rodrigo y yo, sin niñas, ya que todo se alineó con el eclipse y se nos dio la oportunidad perfecta para pasar tiempo a solas.

Todo empezó porque me gané una rifa, que he de admitir, tengo mucha suerte en las rifas y sorteos, en la que nos ganamos una noche de glamping en La Cañada, está ubicado sobre el nuevo libramiento sur, muy cerca de Berriozábal, yo ya lo conocía y se me hacía increíble, y pensé que a Rodrigo también le iba a gustar; en un primer momento pensé en ir los cuatro, pero hubo ciertos puntos que consideré no aptos para ellas, y también pensé que nos hacía falta pasar tiempo en pareja.
Fue así como le pedí ayuda a mi mamá para que se quedara con las niñas, afortunadamente este fin no me tocó guardia y ella no tenía otros compromisos, así que le llevamos a las niñas, que por cierto no durmieron siesta para que no le costara trabajo dormirlas, las dejamos con sus respectivas dotaciones de lechitas, fruta y cena, y agarramos rumbo a la aventura, a nuestra primera noche en pareja en mucho tiempo.
Bueno, hace un par de meses también las dejamos durmiendo con mi mamá para poder salir con Rodrigo y unos amigos, pero no estábamos solos y además, al otro día temprano nos tocó trabajar a los dos, por lo que no fue precisamente una escapada romántica, ahora sí íbamos dispuestos a relajarnos, disfrutarnos y olvidarnos un ratito del estrés diario que nos implica ser papás.
Luego de hacer un recorrido por todo el complejo, nos cayó la noche y nos metimos al glamping, que era un domo geodésico con baño, energía eléctrica, aire acondicionado y una vista espectacular, también nos dieron una tabla de quesos y un vino en cortesía, obvio a mi me cayó de perlas porque no llevábamos más que café y agua, Rodrigo se apropió del café y yo del vino, pero no quise tomarme más de dos copas porque sé que me da sueño y no iba a aguantar mucho tiempo despierta.

La verdad no hicimos mucho: vimos una película, muchos videos chistosos, botaneamos, platicamos, pero sobre todo pudimos tirarnos un rato a no hacer nada juntos, sin interrupciones ni gritos de: “mamá, papá, pipí, popó, tengo sed, tengo hambre”, que para ser honestos, amamos ser papás, pero es una friega que no te dejen sentarte cinco minutos seguidos a relajarte, a simplemente tirar la flojera.
Íbamos preparados con algunos snacks para hacer de cenar en la freidora de aire, pero a la hora, de tanto botanear ni nos dio hambre, nos quedamos viendo cosas en el iPad y ya pasada la medianoche, me venció el sueño y me dormí, Rodrigo se quedó un rato más viendo videos, pero también ocupada el dormir al menos de corrido, y vaya que lo disfruté.
No les voy a mentir: pensamos en las niñas todo el tiempo, las extrañamos a cada rato, pero era necesario desconectarnos de esa responsabilidad por un rato y centrarnos en nosotros, tampoco somos los más románticos del mundo, pero disfrutamos mucho nuestro tiempo juntos, como lo hacíamos antes de ser papás, y me di cuenta que nos pasamos gran parte del día de malas o estresados, pero que en el fondo seguimos siendo los mismos y que necesitamos planear más momentos solos.

Tampoco es como que nos olvidamos de ellas, estuvimos al pendiente y en comunicación, tanto así que solita me desperté a las 7 de la mañana y ya no me volví a dormir, pero me sentí muy descansada, justo a esa hora también me avisó mi mamá que se despertaron ellas, luego me quedé otro rato acostada para que Rodrigo durmiera un poco más, y nos fuimos al rato ya por fin a reencontrarnos con ellas.
Les recomiendo ampliamente buscar momentos para conectar con su pareja, no tiene que ser algo caro, puede ser una ida al cine, encargarlas para quedarte viendo una película en casa, ir por un café; y es que a todos nos pasa que con la rutina diaria, las niñas, la chamba y las tareas de la casa, pasan días sin que nos volteemos a ver o platiquemos de algo que no sea el mismo día a día, eso termina hundiendo muchas relaciones y no debe ser así, darse tiempo en pareja no significa primero nosotros, significa nosotros también, nuestra relación también es importante y creo que esta escapada nos sirvió para recargar pilas y seguir haciendo lo que podamos para ser los mejores papás para Elisa y Renata.
ความคิดเห็น